Capitulo 19- Siempre nos quedará París

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Ya había pasado un mes, y Carol y Fran regresaban a Córdoba, lo harían al día siguiente. Habían hecho una fiesta en casa de Luc, había alrededor de 30 personas, todos sus compañeros franceses y algunos chicos de su instituto, que gracias a ese viaje habían conocido mejor, tiene gracia, ¿verdad? Conocer a personas que están a 2 metros en otro país. Paradojas de la vida.

Todos bailaban, reían, hablaban… Todos menos Carol, claro. Se fue a un sitio más alejado y empezó a llorar. No quería irse. No quería. Allí tenía el amor de Nathan, Juliette, una amiga que era casi como una hermana, su mejor amigo estaba con ella… Aunque vale, en Córdoba le esperaba su familia, y María, su mejor amiga, y Tony… En verdad ese era el problema, no quería cambiar a Nathan por Tony.

-¿Otra vez llorando?- Preguntó Fran sentándose a su lado- Me vas a dejar sin pañuelos- Fran le ofreció un pañuelo y Carol se rió entre lágrimas.

-No me quiero ir, joder…- Dijo Carol aumentando su llanto.

-Ni yo… Voy a tener que renunciar a vivir en esta casa, a pasear por París… Pero es lo que hay, además, veremos a Juliette y a Luc en un mes aproximadamente.

-Ya… Pero, ¿y Nathan? Seguro que no lo vuelvo a ver.

-Carol, sabías que esto iba a pasar… Anda, ven aquí- Fran abrazó a Carol, y ella intentó cesar su llanto, pero Nathan llegó a dónde estaban.

-¿Puedo hablar con Carol?- Preguntó Nathan a Fran. Fran asintió, cogió la mano de Carol y la fue soltando a medida que se alejaba.

-Si lloras, tú te pones fea- Dijo Nathan a Carol secando sus lágrimas con la mano y acariciando su mejilla.

-No me creo que me vaya a ir mañana, no quiero irme, quiero quedarme aquí contigo- Carol apretó la mano de Nathan.

-Siempre nos quedará París- Nathan sonrió, luego besó a Carol fogosamente, sería su último beso.

Era por la mañana. Carol estaba recogiendo sus últimas cosas, cerró la maleta y se asomó por la ventana. Observó la Torre Eiffel, iba asumiendo poco a poco que se acabaron esas vistas, que de ahora en adelante lo único que vería bonito sería el Guadalquivir…

Cogió el diario que Feli le había regalado, observó todas las fotos que había pegado en él, casi tres meses en París plasmados en un pequeño libro tamaño cuartilla con unas 90 páginas.

-Si se te olvida algo, yo te lo llevo cuando vaya a Córdoba.- Dijo Juliette apareciendo en la puerta, tomó el diario de Carol y lo observó lentamente- Salgo muy mal en esta foto- Señaló una foto en la que estaban ellas, Nathan y Luc en una crepería.

-No, ¡qué va! Sales muy bien- Carol acarició el rostro de Nathan en la foto- ¿No se ha levantado?

-No, Carol… Mi hermano es sensible, no es capaz de despedirse de ti.

-Ni yo de él, la verdad…-Dijo Carol con sinceridad.

-Me ha dado esto para ti- Juliette entregó a Carol una carta- Dijo que lo leas por el camino.

-Lo haré- Dijo Carol con una sonrisa forzada.

-Es una pena que no podamos ser cuñadas…- Dijo Juliette apretando los labios.

-Bueno, lo hemos sido durante algún tiempo meses.

-Es verdad… Bueno, pues Frédéric te espera para llevarte, estoy deseando conocer Córdoba- Dijo Juliette entusiasmada.

El camino de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora