Capitulo 20- Buenos amigos

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Tras pasar un rato con su madre y con sus hermanas, Carol se fue a su habitación a deshacer la maleta. Se estaba cambiando de ropa, la carta de Nathan cayó de su bolsillo. Vaya, no la había leído, se le había pasado por alto totalmente.

Suspiró fuertemente y abrió la carta despacio, muy despacio. Comenzó a leer:

Querida Carol, quiero decirte que gracias por estos meses. Tú has sido muy especial por mí- Carol se rió de ese fallo y una lágrima calló de sus ojos más tarde- y te amo mucho, aunque lo nuestro haya durado poco tiempo. Si algún día vuelvo a verte, a mí me gustaría verte feliz con otro chico, tal vez con ese Tony,- Carol negó con la cabeza- ten cuenta que todos merecemos segunda oportunidad. Cuídate mucho, guapa, y recuérdame, yo te recordaré a ti.

Siempre tuyo, Nathan.

 

Carol guardó la carta en su cajón, junto con el diario, se secó las lágrimas y se miró al espejo. El cuerpo que siempre había soñado. Decidió que dejaría de lamentarse por París y por Nathan, había vuelto, y ya está, estaba en su casa, con sus amigos y familia, y Tony… Ya se vería lo que hacía con él.

-Carol, cariño, ¿podemos hablar?- Dijo su madre pasando a la habitación y cerrando la puerta, se notaba que lo que quería decirle era algo top- secret, nadie, exceptuándola a ella podía saberlo.

-Claro mami, dime- Ambas se sentaron en la cama.

-Verás, hija, mientras tú has estado en París, han pasado varias cosas…- Su madre empezó a mover los dedos, eso lo hacía cuando se ponía nerviosa.

-¿Qué tipo de cosas?- Carol empezaba a tener miedo, y a la vez intriga.

-Verás, hija, tu padre…

-Mi padre murió- La interrumpió Carol, no consentía que la gente dijera que Manolo era su padre (aunque así fuera), para ella su único padre había sido Julio.

-Bueno, pues Manolo, verás…- Su madre tomó aire- Lo han sacado de la cárcel.

-¿¡Cómo!?- Carol se levantó de la cama, se puso las manos en la cabeza y empezó a dar vueltas con desesperación. No se lo podía creer.

-Primero de todo, quiero que estés tranquila- Intentó explicar su madre.

-¿Cómo narices quieres que esté tranquila?

-Carol, tiene una orden de alejamiento…- Dijo su madre para tranquilizarla, pero fue inútil.

-¿Y? ¿Te crees que eso servirá de mucho?

-Yo… Yo lo único que quiero decirte es que gastes cuidado, y por supuesto, no le digas nada a tus hermanas, si tú te has alterado así, no quiero pensar en cómo se pondrán ellas dos, sobre todo Feli.

-Pero tienen que saberlo- Dijo Carol volviendo a respirar y sentándose en su cama de nuevo.

-Mira, a Laura aún la puedo cuidar yo, y no creo que tu pa… Manolo- Corrigió Carmen- le haga nada, ni siquiera la conoce.

-¿Y Feli?- Preguntó Carol con tono desesperante.

-Feli está muy feliz ahora que ha encontrado novio, no quiero que se ponga mal, ¿vale? Ya se lo diremos.

-Está bien, como quieras- Dijo Carol encogiéndose de hombros.

-Gracias, sabía que podía confiar en ti.- Carmen abrazó a Carol con fuerza- Me alegro muchísimo de que hayas vuelto.

El camino de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora