Capitulo 23- Algo está pasando

238 5 0
                                    

María escuchaba el disco de Sentimiento, Elegancia y Maldad que Sebas le había regalado la noche anterior. Acariciaba la carátula, en ella Arcángel salía con cara de seguridad, como siempre, esa era una de las razones por la que María lo admiraba tanto, su seguridad.

La fiesta había sido una de las mejores cosas que le había pasado en la vida, ella soñaba con viajar a Colombia, con ir a una de esas discotecas y bailar reggaeton con el primero que se le pasara por delante. Le estaba tan agradecida a Sebas… Sebas… Era un ángel, María había olvidado que existían chicos así. Estaba muy feliz de que hubiera pasado de ser su amor platónico a su amigo, porque era su amigo… ¿O no? ¿Seguía habiendo alguna llama encendida del amor que sentía antes por él? No… Espejismos, simples espejismos, no había nada de qué preocuparse.

*

Tony estaba sentado en su salón acabando los deberes de francés, la verdad es que le costaba, le costaba bastante, pero bueno, no podía darse por vencido. La cuestión es que llamaron al timbre, sus padre no estaban, así que no tenía ni idea de quién podía ser, bueno, ¿qué mejor forma de comprobarlo que abriendo la puerta?

-Buenas, hijo, ¿cómo estás?- Dijo Germán abrazando a Tony.

-Bien, pasa- Los dos entraron en el salón y se sentaron. Tony quitó los libros de la mesa.

-¿Molesto?

-No, no te preocupes, tengo tiempo de acabar- Aclaró Tony- ¿qué querías?

-Bueno, yo… Verás… ¿Estás solo?- Preguntó mirando a su alrededor.

-Sí, así es, ¿por qué?

-Bueno, yo quería ofrecerte algo, pero necesito la autorización de tus padres, al menos de uno de ellos.

-Bueno, tú dímelo y en cuanto vuelvan hablamos con ellos, tú no los conoces, pero son muy liberales- Insistió Tony.

-Está bien, lo haremos así. Hace falta un nuevo entrenador para los pequeños futbolistas, y he pensado en ti, ¿qué te parece?

-¿Entrenador? ¿Yo? No sé… La verdad nunca lo he pensado…

-Bueno, yo creo que sería bueno para ti, seguirías estando relacionado con el fútbol, hasta que te pusieras bien. De todas formas, puedes pensártelo, no es inmediato.

-En ese caso, lo haré, pero tienes que hacerme un favor- Pidió Tony.

-Bueno, dime- Respondió el señor Germán extrañado.

-Cuéntame qué te pasó- El señor Germán puso cara de no tener la más remota idea de qué hablaba Tony- lo que me dijiste el otro día, tú ibas a ser futbolista, ¿qué pasó?

-Bueno…- El señor Germán empezó a incomodarse- Hace mucho que no hablo de ello, pero bueno, lo haré:

Era 12 de enero de 1998. El equipo se dirigía a un viaje a Francia, yo era el capitán, todo iba fenomenal, hasta que recibí una llamada, LA llamada, la llamada que cambió mi vida. Me dijeron que mi novia había tenido un accidente y acababa de morir, y lo peor, estaba embarazada, embarazada de mí. Sólo tenía 16 años en ese momento, habíamos tenido relaciones durante el mes anterior. Por culpa de ese viaje no puede despedirme de ella, ni supe qué pasó con mi hijo, así que odié el fútbol, renuncié a mi carrera de futbolista.

-Joder… Lo siento- Dijo Tony con tristeza y con los ojos llorosos.

-Luego- Prosiguió el señor Germán- Fui a un psicólogo, fue un golpe demasiado fuerte para un chico de 16 años, mi novia muerta, y era padre… Fue demasiado.

El camino de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora