16. Son de Hell.

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— ¿Segura que te sientes bien? — Tawny asintió por quinta vez, a la quinta pregunta de su Alpha.

Así es, el viaje se alargaría un poco porque aunque a él no le gustara su Omega dormiría en el auto, y se repartirían sobre quien conduciría, no quería parar en algún otro camino o manada. Sin embargo ella tenía ganas de comer cada tanto, y de vomitar otras tantas.

— ¿Tienes ganas de ir al baño? — Ella suspiró.

— Hice hace rato, aguantaré unas horas más. —

— ¿Quieres carne cruda? Puedo cazar algo por ti. — A ella le pareció hasta un poco tierno el ofrecimiento de su Alpha. Todos cazaban para sí mismos, y bueno el Alpha ahora tenía que proveer a su Omega. Jared tuvo que ayudarle a subir la quijada a Alana, ella no sabía que el Alpha más temido era el más feliz y preocupado cuando estaba con su Omega.

— Estoy bien. — Sonrió Tawny negando, la verdad era que aún no tenía hambre, aunque pronto la tendría.

— ¿Cuánto falta? — Preguntó Alana intentando estirarse un poco, porque llevaban cuatro días en el auto, y su trasero dolía del viaje tan largo y movido, porque Jared manejaba a una gran velocidad con la intención de alejarse de los poblados.

— Ya quiero llegar. — Decía Alana.

Tawny intentó no quejarse porque eso solo molestaría a su Alpha, aunque deseaba con tantas ansías tomar una ducha caliente sin necesidad de correr al hacerlo.

Comenzaron a notar a lo lejos un par de casas asomarse, aún hacía un poco de frío, pero no todo estaba cubierto de nieve por el territorio que estaban pasando, las camionetas y otros Jeeps que los acompañaban no se quedaban atrás.

Cole iba sencillamente tomando la mano de su Omega, parecía cerrar los ojos por momentos, cualquiera diría que estaba cansado. Cuando la realidad era que estaba usando sus agudos sentidos para saber cuán alejados estaban otros lobos. No quería a nadie cerca, apenas soportaba a su propia manada, pero con Tawny cargando su cachorro era como si a la menor señal de peligro iba a despedazar unos cuantos cuerpos.

— ¿Tienes sueño? — Le preguntó Cole. Ella bostezo un poco. No era sueño, era cansancio sobre todo.

— Un poco. — Admitió. Su Alpha sonrió.

Duerme un poco. — En realidad su Alpha había usado su voz con ella. Porque no quería que ella estuviera despierta.

— ¿Pasó algo? — Jared le preguntó.

— Hay un par de lobos siguiéndonos desde hace unos 5 minutos. — Alana tragó fuerte un poco asustada.

— ¿Qué querrán? —

— No voy a esperar a saberlo. — Cole se quitó la chaqueta y la puso sobre su Omega. Así como su camiseta para poder transformarse a gusto. — No te detengas por nada del mundo. Yo los alcanzaré más adelante. —

— Alpha, tenemos un par de tratados con esta manada. — Cole gruño un poco, la palabra tratado no venía a su mente cuando los seguían tan insistentemente.

— Me bajaré a ver que sucede. —

— Tawny se enojara si se entera que mató a alguien solo porque sí. — Advirtió Jared.

— Intentaré no hacerlo, pero si algo le ocurre será tú culpa Jared, y no dudaré en arrancarte el corazón hasta que detenga su latido entre mis dedos. — Advirtió y él asintió sabiendo que no tenía de otra.

Solo salto del Jeep en movimiento, transformándose en su forma lobuna, una que sabía controlar incluso más que su versión humana. Una que pocas veces usaba porque aunque era mucho más poderosa que su forma humana, no iba a transformarse solo porque sí.

— ¿Siempre es así? — Preguntó Alana un poco asustada. Jared sonrió.

— Está de buen humor. — Asintió volteando a ver a Tawny, porque en serio estaba de buen humor.

— ¿Y qué ocurre cuando se enoja? — Jared hizo una mueca.

— Créeme no quieres verlo enojado. — Dijo riendo Jared, porque esperaba que realmente al menos con Alana no se molestara.

Al poco tiempo de conducir más adelante los esperaba una jauría, se veían amenazantes, de hecho Jared no quería detener el auto porque si lo hacía probablemente el Jeep daría vuelta. Tuvo que detener el auto aunque sabía que recibiría una reprimenda por parte del Alpha.

— Quédate cuidandola. — Le pedía a Alana mientras se bajaba al igual que otros Alphas de las camionetas de atrás.

— Estábamos de paso. — Fue lo primero que dijo Jared.

— Si lo sabemos, pero olimos a una Omega. ¿Ella viene con ustedes? Porque podría quedarse. —

Jared asintió sabiendo que a veces simplemente algunas manadas hacían eso, quedarse con Omegas que querían pasar de paso, bueno y luego morían o simplemente obligaban a que se quedaran en su territorio. Porque había muy pocos territorios afortunados con Omegas.

— No entiendo qué tiene que ver eso con pasar por su territorio. — Decía Jared, solo un poco molesto, porque si seguían más tiempo ahí, sabía que Cole se enojaría mucho. Cuando vio que varios se pusieron en guardia al ver a un enorme lobo tras el Jeep, lo supo. Varios iban a morir y adiós a los tratados.

— Nosotros sólo queríamos...— En realidad, solo querían egoistamente a la Omega y tal vez no matarían al resto.

— No. — Cole acababa de dejar su forma salvaje.

— Ni siquiera hemos terminado...— El hombre corpulento que estaba hablando fue interrumpido por otro de su manada.

— Hell. — El resto casi tembló al escuchar ese nombre.

— Son de Hell. — Susurro otro, todos reconocían los ojos negros en Cole y la forma en que hacían contraste con una enorme cicatriz sobre su pecho desnudo, donde estaba el corazón.

O más bien se supone que ahí debía estar su corazón aunque muchos dudaban que tuviera uno. Esa cicatriz era la muestra de que había sido sacrificado a la Luna, y había recibido la maldición de volver a la vida esa noche.

— Está bien nosotros solo... —

— Quiero llegar rápido a mi territorio. — Cuando varios se pusieron en guardia Jared supo que ese había sido su peor error.

— Tenemos tratados. — Habló Jared fuerte. — No quieran arruinar eso. — Pidió.

— Solo quiero a la Omega. — Fue el peor que pudo cometer ese Alpha y todos iban a pagar por ello.

— ¿Qué pasa? — Cuando Tawny salió del Jeep, somnolienta siendo seguida de Alana que le había dicho más de tres veces que se quedara dentro, su olor a Omega hizo que un par de lobos se distrajeran.

Eso fue suficiente para que un lobo negro enorme de más de dos metros los despedazara más que como simples ramitas y hojas secas, al menos un par de rostros se veían reconocibles cuando sus cabezas y brazos brutalmente amputados rodaron por la nieve. Ante la escena sanguinaria Tawny cubrió su nariz, pero fue tarde se encontraba vomitando en la nieve sosteniendo su vientre un poco asustada.

Incluso Alana se puso a vomitar al ver la horrorosa escena que había causado que el puro color blanco de la nieve se manchara con muchos rastros de sangre. Cuando terminó con los cuerpos se acercó a su Omega con un corazón en su enorme hocico y con su cuerpo con muchos rastros de sangre.

— Cole, dije que no tenía hambre. — Murmuró Tawny, pero aún así tomó el corazón que su Alpha le ofrecía, sabía que era un obsequio.

Porque había matado a lo que significaba peligro para ella. Pero ahora estaba bañado en el hedor de la sangre y a Tawny le daba náuseas.

— Creo que vas a necesitar un baño antes de entrar al Jeep. — Sostuvo el corazón con una mueca sin despreciarlo. Alana se levantó. Y el Alpha de Tawny corrió a un río cerca para quitarse ese hedor que molestaba a su omega.

Jared soltó un suspiró, si Tawny no estuviera embarazada tal vez los dejaba vivir, pero con su Omega cargando a su cachorro no iba a dejar que nada que significaba peligro estuviera cerca. 

Hell ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora