19. De ti nunca tendré suficiente.

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Advertencia: Leves descripciones de relaciones sexuales. Puedes pasarte al siguiente capítulo si no quieres leerlo.


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— Ven conmigo. — Cole la llevó a su despacho con calma, cuando él ya no tenía mucho por hacer.

— ¿Es por la consulta? — Cuando se vio sola con su Alpha en el despacho, puso llave a la puerta, iba a convencerlo de no ir al médico. Ella no quería.

— Te agendaron para mañana. — Dijo él simple. Sacó una pequeña caja de terciopelo, y cuando la abrió frente a ella, no pudo evitar sonreír.

— ¿Dónde la encontraste? Pensé que la había perdido. — La vio con admiración, era una de esas joyas que Cole le había dado a Tawny para el cabello, pero esa era especial porque tenía una pequeña esmeralda que le recordaban los ojos de su Alpha.

— Por ahí. — Dijo sin mencionar la golpiza y las ganas que aún tenía de matar al tipo que lo guardaba.

— Puedo ponerme... — Él simplemente lo puso en su cabello y sonrió con orgullo al sentir el aroma de su Omega dulce y sensual como siempre. Ahora que no iban a esconderse ella podría ponerse todos los regalos que él le daba.

— Creo que yo no tengo nada para ti. — Ella hizo una mueca.

Él sonrió como si lo hubiera planeado. Se sentó sobre el enorme sofá cómodo de cuero frente a su escritorio. Y le indico a su Omega que se sentara en su regazo. En realidad planeaba destrozarla, había extrañado todo de ella, desde su carácter, sus sonrisas, hasta su cuerpo.

— Así mismo tiene que ser. — Mencionó mientras ella se sentaba en su regazo y él hundía su nariz en su cuello desquiciándose en su delicioso aroma.

— Cole. —

— ¿Mmm? —

— ¿Podemos ir a la habitación? — Él sonrió, sabía que no podría controlarse. No cuando se sentía en el paraíso con solo olfatear su aroma y sonreír al saberse causante de su lubricación.

— Creo que será aquí Tawny. — Ella notó la desesperación en sus ojos negros cuando ella comenzó a despedir feromonas, y su estrecho interior comenzó a lubricar más respondiendo al aroma de su Alpha, al padre de su cachorro. Quien comenzó a estrujar su cintura tentado a arrancarle de un tirón la ropa.

— Pensé que solo hablaríamos. — Rió nerviosa, porque no había estado con él en unos meses, y la espera se había hecho eterna.

— Contigo solo hablar no es suficiente. — Ella jadeó cuando su Alpha pasó sus enormes manos sobre su voluminoso trasero, estrujandolo fuerte. Tal vez dejaría un par de marcas, pero ella no iba a quejarse de los deseos de su Alpha.

— Creo que de tí nunca tendré suficiente. — Susurró causando un delicioso escalofrío en su omega que terminó por hacerla mojar más. Ella soltó un pequeño gemido cuando sintió una palmada en su trasero. La joya en su cabello se agitó con su movimiento, y ella sonrió.

— No sabía que el pago por tener esto de vuelta sería así. — Mencionó Tawny señalando la joya en su cabello, acomodándose sobre su regazo a horcadas, sabiendo que sería un poco castigada y ella lo necesitaba.

— Ni toda la riqueza del mundo podría pagar por todo lo que vales. — Él sonrió cuando su Omega decidió dar el primer paso, besarlo con ternura y delicadeza. Mientras él paseaba sus grandes manos por su pequeño cuerpo a comparación del suyo.

Hell ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora