8. Ella tiene el corazón de ese Alpha.

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— Buenos días. Creo que ya voy a irme. — Tawny estaba cambiada y lista. Así que quería salir de la mansión, pero Luna la detuvo amablemente.

— Tranquila, puedes quedarte. Ya le pedí a alguien que preparara tu desayuno. —

— No se preocupe...— Alana salió aún con su pijama y vio asombrada a Tawny quien quería irse.

— Quédate un rato más, ire a dejarte. — Pidió Alana. Tawny asintió finalmente y fue a sentarse junto a Alana con cautela.

— ¿Qué tal durmieron anoche? — Su hermano levantó una ceja a su hermana y Alana puso cara de asco, haciendo carcajear a Luna.

— Asco cerdo, solo dormimos. — Tawny rió un poco.

Además ahora Alana entendía porqué la insistencia de su Alpha interior queriendo que la Beta estuviera bien, no era más que por su embarazo. Sentía lástima por ella, pero sabía que la chica era fuerte.

— Alpha. Envían un recado de la frontera. — El Alpha Mitchell observó la carta que le habían enviado.

— ¿Quieren que me vaya para que lo discutan a gusto? — Preguntó Tawny avergonzada de hacer mala compañía...

— No, de hecho creo que tú mejor que nadie podrías decirnos tu opinión. — Tawny lo vio sin entender nada. — El Alpha de Hell. — Ella tragó fuerte al sentir las motas del olor característico de su pareja sobre el sobre, había lubricado otra vez sin querer.

— ¿Si? —

— Quiere que busquemos una omega. Su olor es a Manzana Verde. Tiene 25 años, es un poco pequeña y supuestamente está marcada. — Todos en la mesa voltearon a verla.

Ella se observaba relajada, pero su corazón estaba latiendo muy fuertemente. ¿Qué? ¿Por qué la buscaba? ¿Para que la quería? Ella ya no necesitaba ser parte de su vida. Ella ya había aceptado que su Alpha ya no era suyo más, y realmente había esperado con que él no se dignará a buscarla. Tragó fuerte asimilando la fuerte información.

— ¿Conoces a una Omega con esa descripción? — Ella negó, intentando con todas sus fuerzas no delatarse.

— Dice que si no la entregamos tomara eso como falta a la cláusula de comunicación, lazos de amistad, y por lo tanto nos acusará de traición y conspiración con el enemigo. — Tawny tragó fuerte y volvió a negar.

— No conozco a nadie con esa descripción. —

— ¿Segura que no eres tú? — El Alpha la vio acusadoramente y Alana comenzó a reír. En la carta no decía que la Omega estuviera embarazada, así que se negaba a aceptar que fuera Tawny.

— Tawny es una beta y ni de lejos huele a manzanas verdes. — Mitchell rodó los ojos.

— ¿Segura que no viste cuando venías o salías de tu manada a alguien con esa descripción? — Preguntaba el Alpha Mitchell, a quien tampoco le parecía que Tawny fuera una Omega.

Entonces ella lo meditó, si su Alpha no sospechaba ni por cerca que ella estaba en esa manada, entonces estaría a salvo.

— Vi a una chica con esa descripción, pero iba en otra dirección. — Se le ocurrió rápidamente improvisar. Mitchell siguió comiendo su desayuno.

— Tráele papel para una carta y algo para escribir. Quiero que pongas todo lo que sabes en una carta para enviárselo. Porque no quiero tener problemas con ese Alpha del demonio. — Todos los Alphas a sus órdenes asintieron. Y fueron por algo para que Tawny escribiera cuando ella terminara con su desayuno.

Ella comenzó a describir a la persona con calma, y la dirección que había tomado. Observó ligeramente hacia su carta y le gustaba como estaba quedando porque estaba haciendo otro tipo de letra, además de que estaba inventando la historia allí mismo, pero intentando que sonara realista. Una gran mentira, pero que parecería verdad.

— ¿Porque buscará ese Alpha a una Omega? — Preguntó Luna.

— ¿Para matarla quizá? Ya saben por traición tal vez. — Luna hizo una mueca con miedo.

— ¿Crees que sea capaz de matar a una omega? — Mitchell rió sin gracia.

— Por supuesto que es capaz. Incluso hace dos semanas nos informaron que acaba de arrancarle la garganta a su propio padre. — Todos soltaron resoplidos, jadeos de susto y miedo.

— ¿Entonces es cierto todo lo que dicen de ese Alpha? — Preguntó Alana atemorizada, viendo ligeramente a Tawny quien estaba en shock luego de haber escuchado aquello.

¿Como? ¿Había matado a su propio padre? ¿Por qué? ¿Se habría enterado que el padre del Alpha fue quien ayudó o obligó a escapar a la omega? ¿Se habría enterado que su padre intentó tocarla? ¿Cómo, cuándo? Ahora que sabía que el Alpha la buscaba se sentía un poco abrumada, sin saber qué hacer en sí. Sólo sabía que la decisión estaba tomada. Él ya no sería sólo su Alpha y no estaba dispuesta a compartirlo.

— ¿Qué? ¿No tiene un lobo? — Apenas pudo asentir Tawny.

— Si, no lo tiene. — Todos tenían un lobo interior, alguien que los guiaba y los conectaba directamente con su instinto, pero Coleman Hell no tenía un lobo. Él era el lobo. Él sentía directamente su instinto.

— Él mismo es su propio lobo. — Habló Mitchell, porque no solo había escuchado la leyenda, lo había visto con sus propios ojos. — Un lobo como ese simplemente no tiene corazón. —

Lo que todos en esa sala desconocían era que ese Alpha si tenía corazón, pero lo estaba llevando con ella la persona que estaba haciendo una carta en esa mesa.

Esa pequeña omega con carita de un ángel muy delicado e inocente. Ella tenía consigo el corazón de ese Alpha cruel, y demente.

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Cabe mencionar que las manadas se comunican oficialmente por cartas con sellos como en la antigüedad, no utilizan tecnología para eso, porque a menos que haya una amistad de por medio se comunicarán por teléfonos celulares etc.

Pero en el caso de las manadas Bloom y Hell, ellos tienen tratados, pero no son manadas amigas.  

Hell ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora