A cada galope que el enorme lobo daba en su territorio, su ira parecía aumentar. Por medio de la conexión con los miembros de su manada estaba soltando órdenes, pero al ser un lobo muy poco le importaba su manada, porque sabía que el exterior no iría en contra de su manada, pero sí buscarían matar a su Omega, y eso no pensaba permitirlo.
— ¿Qué pasa? — Tawny fue despertada por una servidora.
— El Alpha desea que tome estos. — Tawny observó extrañada los supresores de aroma, porque eran demasiados.
— ¿Qué? —
— Habrá que hacerla tomar un baño. — Mencionó otra. Y Tawny realmente no sabía de qué hablaban.
— ¿Qué sucede?—
— Háganos caso Luna, son órdenes del Alpha. —
Y ella aún adormitada fue dirigida por las betas quienes la ayudaban a lavarse bien, lo suficiente como para quitar rastros de su propio aroma cuando fue bañada en supresores, sin entender mucho. Tawny solo podía hacer lo que le indicaban. Cambiando su ropa a una sin olor prácticamente.
— ¿Qué sucede? — Volvió a preguntar un poco asustada por la respuesta, pero nadie tenía permiso para hablar hasta que el Alpha alcanzará a llegar al castillo.
Cuando Cole entró al castillo su instinto que predominaba sobre todo quería hacerle saber que su Omega estaba a salvo, quería marcarla con su olor porque ahora que la tenía frente a él sin aroma parecía más descuidada e indefensa que nunca.
— ¿Qué pasó Alpha? — Preguntó Tawny casi perdida queriendo refugiarse en su aroma, pero él negó de inmediato impidiendo que se acercará a él de la manera en que quería.
— El resto de manadas se enteraron de ti Tawny. — Ella tragó fuerte sabiendo que muchos la querrían ahora muerta.
— Puedo escapar. — Murmuró la Omega inconscientemente pidiéndole permiso a su Alpha para hacerlo, porque no quería que fuera como en su niñez donde casi toda la manada se vio reducida.
— No. —
Cole no podía dejar de caminar alrededor de su Omega ahora sin aroma alguno, se sentía furioso y muy molesto, porque aunque esa era la respuesta natural ella tenía que huir y esconderse, pero su propia naturaleza no le permitiría que su Omega con su cachorro fuera caminando sola por ahí, desamparada.
— ¿Qué? — Ella estaba ciertamente muy asustada, temía que de verdad le hicieran daño, y sabía que lo harían si tuvieran la oportunidad.
— Regresaré Cole, y-yo... — Él volvió a negar.
— Vamos a hacer esto... — Pensó en relajarse y pensar con la cabeza fría. Porque podía tomar el mundo para su Omega, pero sabía que ella no lo querría si se lo obsequiaba a base de muertes, torturas y sangre.
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— Relájate Tawny. — Ella negó muy asustada y casi molesta, era una suerte que nadie lo sabía porque su aroma estaba siendo suprimido.
— No es lindo saber que muchas manadas del mundo han venido con la excusa de querer hacer tratados cuando en realidad me quieren muerta. — Se quejó la Omega con los dos Alphas frente a ella.
— Si sigues molesta solo no podrás evitar que tus feromonas se noten. — Le decía Alana para calmar a la Omega. Jared se encontraba afilando un cuchillo en la ventana de aquella humilde cabaña cerca del bosque frente al castillo.
— Cole va a hacer que me maten. — Se quejaba la Omega, porque bien pudo a haber escapado cuando tuvo la oportunidad de salir del territorio de la manada.
— El Alpha solo se está asegurando de que si algo sale mal, él sea capaz de protegerte. — Decía Jared muy atento a cada aroma, sonido o cualquier movimiento del exterior, porque la vida de la Omega había sido puesta en sus manos otra vez, solo que esta vez no pensaba decepcionar al Alpha.
— Es un estúpido muy posesivo. — Negaba la Omega muy molesta, porque se sentía expuesta sin el aroma de su Alpha en su piel, sin su nido en el que podría acurrucarse y sin poder manejar a los otros con su propio aroma, se sentía aturdida a decir verdad.
— Él solo quiere que su omega y sus cachorros estén a salvo. — Ella solo volvió a quejarse con un chasquido.
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Una semana fue suficiente para que los Alphas del continente entraran a su territorio sin permiso alguno, no parecían querer atacar a las personas, pero si buscaban un aroma en particular. Que de hecho no los dirigía más que hacía el castillo. Ellos miraban asombrados la tranquilidad de la manada Hell, porque no parecían lo que en realidad eran.
El Alpha de Hell solo era amable dejándolos husmear por aquí y por ahí. Esperando a que todo estuviera en su lugar para poder expulsarlos cuando fuera necesario.
Casi sintió su piel arder con ira cuando sintió la molestia en su Omega a través de la conexión, sabía que estaba molesta cuando mandó a que se hiciera específicamente lo que él quería.
Aunque también muchas veces sus órdenes implicaban muchas muertes. Intentó relajarse en el salón de reuniones de su castillo, observando la ventana con insistencia. Por primera vez en mucho tiempo se estaba conteniendo de su instinto, porque solo quería matarlos a todos, pero debería tener paciencia.
— ¿Está todo listo? — Jared asintió.
— Si. Los nuestros llegaron a las fronteras hace dos días. Y también consideran que solo están preparándose para atacar cuando bajemos la guardia.—
Muchas jaurías de las manadas del continente rodeaban ahora su territorio, pero pretendían camuflarse cuando los de Hell sabían su posición exacta ya, listos para atacar.
— ¿Mi ventaja? —
— Ellos están en el sótano. —
— ¿Tawny? —
— Molesta, dice que no quiere usar nada de eso. —
— Tendrá que hacer lo que le pido. — Él sabía que hacer para que su Omega estuviera bien y lo haría.
— Y quiere estar en su nido. — Esos eran simples síntomas que le advertían al Alpha que pronto nacería su cachorro, porque ella no se sentía segura fuera de su nido y sin su aroma.
— Solo vuelve con Tawny. — Jared volvió a asentir. — Y Jared. Si algo sale mal, quiero que la lleves lejos. — Este volvió a asentir.
— Yo los buscaré luego si eso llega a ocurrir. — En realidad esperaba que todo terminará pronto para que ella estuviera nuevamente tranquila otra vez.
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Hell ©
WerewolfTawny se encuentra huyendo de Cole. Ayreh Coleman Hell El Alpha más... ¿Como decirlo amablemente? ¿Cómo decir que es el Alpha del que nadie deseaba huir porque sabían la clases de muerte que les esperaba si huían? Porque no podían escapar de él, al...