La condena anticipada - El inicio de la destrucción. (CA 2) ¡¡TERMINADO!!

El chico de mis memorias.

Lo que mas recordaba de él era su amable sonrisa, que no desaprecio ni un solo día hasta que el final llego. Fue el chico que me tendió su mano, que se convirtió en mi amigo, que se volvió mi refugio, fue el hermano que nunca tuve, fue el tipo de chico con el que siempre soñé. Y a pesar de quererlo tanto, a pesar de que era mi familia, mi mejor amigo, mi persona favorita le arrebate la vida.

Como a muchos otros antes de él, como a otros pocos después de su partida. Le arrebate la vida e intente seguir con la mia como si su vida y nuestra historia nunca hubiera sucedido. Por miedo a empañar su recuerdo, por el dolor de lo que había hecho, por no sentirme merecedora de preservar su recuerdo en mi memoria. por todo ellos intente no hablar de él, no recordarlo, olvidarlo por completo.

Y ahora él regresaba a mi, del peor modo posible, lleno de rencor, con el corazón envenenado, con el deseo de terminar conmigo sin importar las consecuencia de ese deseo.

- ¿quien es él? - me pregunta de pronto Evan mientras toma mi mano y comenzamos a correr

Antes de que pueda dar una explicación, imágenes surcan mi mente, a toda velocidad, con su poder puede ver todo, mi historia, la suya, la nuestra.

- ¿Acaso no estaba muerto? - me pregunta Evan

- Así era, o al menos eso creí... yo creí

Su alma se perdió entre todo el caos que causaste

la voz de Dimitri llena mi cabeza de pronto.

- ¿que?

- ¡¡dios!! ¿de quien es esa voz?

Soy Dimitri, mientras tengas contacto con Elizabeth podrás escucharnos a nosotros también

- esto es... - dice mientras seguimos escapando.

¿raro?
¿Escabroso?
¿Retorcido?

la voz de cada uno de los señores de la muerte se hace escuchar en mi cabeza.

- iba a decir demasiado, pero si. Es raro, escabroso y retorcido.

- ¿Que significa eso de que no supieron que fue de su alma?

No es momento de hablar de esto, tenemos que detener a los seres que viene tras ustedes.

- ¿como? ¿Como puedo detenerlos? yo no...

Eres fuerte, has despertado todo tu poder, y en tus sangre corre el poder y la magia de todos ellos.

- pero...

- puedes hacerlo, se que puedes - Evan toma mi mano con fuerza.

- yo

- Vamos- dice deteniéndose y colocándome detrás suyo - piensa en algo, yo te date algo de tiempo, pero la la única que puede detenerlos eres tu ¿entiendes?

Me quedo ahí, mientras Evan corre hacia todos los seres que se acercan a nosotros, yo elevo las manos y nuevamente intento visualizar como puedo detenerlos. Elevo las manos mientras veo como todos ellos se abalanzan hacia Evan, Algunos intentan atacarlo, el esquiva algunos golpes pero muchos de ellos son seres mas rápidos, mas fuertes y entrenados para la lucha, no podrá salir ileso si no me apresuro.

- ¡¡AHORA!! - grito lo mas fuerte que puedo, logro ver como Evan desaparece de entre aquella multitud mientras atrapo a aquellos seres.

Lo logro, aunque no se que tan bueno sea que todos estén dentro de ese cristal oscuro que he creado a su alrededor.

preservara los cuerpos y no los daña, cuando los quite buscaremos la manera de ayudarlos

Vladimir me alienta mientras yo corro hacia Evan

- ¿Estas bien?

- si - dice mientras se toca el hombro, esta sangrando y de forma profusa.

Extiendo mi mano e intento curarlo, pero no lo logro.

la energía para capturarlos a todos es mucha, deberás descansar por unos minutos.

Frunzo el ceño mientras miro con culpa a Evan

- ¿Que pasa?

- lo siento - mientras lo digo tomo su mano y los señores de la muerte vuelven a repetir lo que me han dicho.

- ¿y ahora que? - pregunta Evan mientras me mira, parece un poco preocupado.

- Ahora... - digo mirando a mi alrededor, no veo nada solo nieve y montañas, veo una gran montaña con una enorme entrada - debemos llegar hasta allá

- No hay problema

Evan toma mi mano y se que intenta desplazarnos hasta allá, sin embargo cuando abro los ojos veo que ya no estamos en el mismo lugar pero si un poco mas cerca de la cueva.

- pero que... - comienza a decir pero yo lo detengo

- te curaste hace poco, estas herido. Es normal que agotaras tus energías

- lo lamento - dice mientras parece avergonzado.

- Descuida, lo que hay que recorrer es menos por ahora - digo sonriendo

Tomo su mano y comenzamos a andar en busca de refugio.