Con derecho propio.

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El dolor no cesa y mi agonía no tiene fin. Coloco mi mano sobre mi cuello tratando que la sangre deje de brotar. Mis dedos recorren la enorme herida que atraviesa mi cuello. Miro mi mano que esta cubierta de sangre y entonces lo veo.

Atado a mi dedo anular se encuentra un hilo. La sangre corre a través de el haciéndolo visible el recorrido de aquel hilo que marca mi vida hasta que termina en la mano de Evaristus.

- El suicidios y el asesinato son pecados, al atentar contra tu vida y al ayudarte tu existencia y la mia se han unido.

Toma la daga y esta vez traza una larga y profunda línea a lo largo de su cuello.

- Vida y muerte una vez mas se cruzan – lo que mana de su cuello es una sustancia oscura y espesa – mi existencia y la tuya se volverán una.

El liquido comienza a correr hasta su brazo y de ahí comienza a correr hacia el hilo que nos une.

- Te cedo existencia, pero del mismo modo, te comparto mi condena

Es entonces que su sangre y la mia se unen

De pronto siento que algo me invade, que algo me golea y una visión inhunda mi ser.

Miraba a dos pequeñas niñas de seis y cuatro años jugaban en una hermoso prado, una corri hasta él mientras le entregaba un pequeño jazmin, sus sonrisas inundaban sus oídos mientras una gran paz cubría sus ser. Él tomo la flor y se la ofrecio a la mujer frente a el quien sonrio feliz ante su regalo.

La visión cambio de repente, una mujer de cabello negro miraba directo a el con las manos manchadas de sangre. A sus espaldas los cuerpos inertes de dos pequeñas yacían en el suelo

Su corazón se estrujo, su alma se desmorono, el dolor que sintió lo enloquecio.

La imagen una vez mas se desvanecio, miro sus manos y estas estaban repletas de sangre, tomo entre sus brazos a las pequeñas mientras las arrullaba. Las lavo, las vistió y las coloco sobre su cama, acaricio sus rostro, besos sus frentes, salio de la habitación, miro por un instante el cuerpo de la mujer en el suelo, camino un poco mas y se dejo caer en el enorme acantilado frente a el, mientras una inmensa sonrisa se dibujaba en sus labios.

Doy una larga bocanada, aun me encontraba en el suelo. Estaba muriendo lo podia sentir.

Un frio comenzaba a recorrer su cuerpo, pero entonces mis ojos se volvieron mas agudos, mis oído fuero nuevamente capaz de oir el leve repique de su corazón, las formas y los colores ante mis ojos se volvieron mas nítidos y hermosos, el aire en mis pulmones ya no parecía tan importante, el aire en el ambiente se inundo de nuevo de jazmines.

- Levantate Angel de la muerte – dijo de pronto Evaristus mientras golepaba el suelo con su báculo – paga tu pecado y recolecta almas

Un vació se instauro en mi corazón, un anhelo se apodero de mi. El deseo de mirar una pequeña sonrisa, el anhelo de tomar un pequeño cuerpo en mis brazos, ese siempre habia sido su deseo. Volver a estar con esas pequeñas.

Cerre los ojos mientras aquellos sentimientos me llenaban. Al mismo tiempo mi cuerpo cambiaba, mi corazón lentamente se apagaba y mis ojos una vez mas reflejaban mi castigo. violetas una vez mas mi mirada era violeta.

- Has regresado... - susurro Evaristus - y esta vez con derecho propio

La condena anticipada - El inicio de la destrucción. (CA 2) ¡¡TERMINADO!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora