➳ Pop corn

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Jeno

Mordía, mordía y mordía hasta hacer sangrar mis dedos, mis dientes atrapaban los pequeños cueritos que vivían a los costados de mis uñas y los tiraba agresivamente, mis ojos estaban clavados en una parte de la alfombra que yacía en mi habitación y mi persona, solo podía pensar.

Me encontraba nervioso, mas bien frustrado, mi cabeza era como un puzzle sin piezas en este momento.

Levantándome me dirigí al gran ventanal que daba a la terraza de mi apartamento, pase las manos por mi cabello, y quite con fuerza la húmeda playera negra que se apegaba a cada parte de mi piel. Cerré los ojos y estire mi cuello hacía atrás, las gotas que fueron expulsada de la mojada prenda comenzaron a resbalar por mi torso desnudo, estaba asfixiado, intranquilo.

De un impacto abrí las dos grandes placas de vidrio, en tan solo una milésima de segundo percibí el frío y puro aire, respire hondo llenando mis pulmones y haciendo desaparecer la ansiedad que en estos momentos, carcomía cada parte de mi ser.

Tenía en mi apartamento a Jaemin, al chico que hace tan solo unos días bese, toque y sentí. Mi corazón era un total motor en descontrol y mi mente un tornado lleno de recuerdos.

Debía pensar, actuar con normalidad y tomar las cosas con calma, en unos cuantos minutos él saldría de la habitación de invitados y mi existencia lo único que pedía era que todo saliera bien.

Entré de vuelta a la habitación y a paso lento me dirigí hasta el armario para sacar una camiseta abotonada de color negra, de hecho, el noventa por ciento de mi ropa era negra, por lo que no tenia muchas opciones. Sacudí un poco mi cabello y antes de salir del cuarto, tomé un dulce de menta de muchos que se encontraban en la fuente de cristal parada en mi cómoda.

Camine por el pasillo sin escuchar ningún ruido en absoluto, todo seguía en completa quietud, como si solo yo estuviera en casa. Mis pies descalzos recibían la helada del piso y esto también ayudaba a que no hiciera sonidos al andar. Llegué a la cocina, y como cualquier mortal en su vida cotidiana, saque dos tazas de los gabinetes y apreté el botón de la cafetera para prenderla. Asumí que Jaemin tendría hambre, por lo que busque algún aperitivo o snack, finalmente termine sacando una bolsa de palomitas de maíz y la deje preparándose en el microondas.

Ya había pasado una media hora desde que salí de mi cuarto, y Jaemin todavía no hacía aparición por ninguna parte. Mis manos comenzaron a sudar, por mi cabeza pasaban una y otra vez las palabras que había planeado decir como para comenzar una conversación sin hacer el ambiente incomodo, pero conociendo la mala suerte que me persigue, lo mas probable es que se me olviden en un dos por tres.

El pitido del microondas sonó indicándome que la comida - que no es tan comida - ya estaba lista. Busque un plato hondo para verterlas, pero antes de hacerlo, una voz hizo que mis dedos se volvieran flojos y provocara que se quemaran.

- ¿Qué haces? - Dijo Jaemin.

Hice un gesto de dolor y rápidamente aleje los dedos de la bolsa, introduciéndolos en mi boca para evitar el ardor.

Intentar no hacer las cosas incomodas, ja! muy bien Jeno.

Me quede mirándolo unos segundos, tenia puesta la camisa blanca y el pantalón de buzo gris que le había dejado, claramente le quedaban mucho mas grandes, las prendas eran de Johnny, pero nunca vino a buscarlas, así que me las quede.

Tenia el pelo despeinado y las mejillas rosadas por la reciente ducha, mis ojos se clavaron en sus clavículas, que se dejaban ver por completo, trague en seco, ¿y la verdad? me quede como piedra.

- Eeh... hice palomitas, ¿te gustan? - dije en intento de no parecer un tartamudo.

- Me fascinan, ¿quién iba a creer que le atinarías a todos mis gustos Lee Jeno? - dijo acercándose y tomando una de las tazas de cafe caliente que se encontraban a mis espaldas. - Y ni hablar del café, esta genial. - Sonrió con sus blancos dientes y pego un pequeño salto para sentarse en la mesa de la cocina.

Jaemin estaba actuando con demasiada naturalidad, ¿como no puede estar aunque sea un mínimo de tenso después de lo que paso?, definitivamente estoy a nada de sacarme los pelos de la cabeza.

- Déjame ver eso - Volvió a hablar e hizo un gesto para que me acercara a la mesa.

Tomo mi dedo con delicadeza, lo miró y frunció el ceño. Me hizo un ademan con la cabeza para luego dirigirse hasta el refrigerador, yo solo observaba embobado cada movimiento del chico.

Lo vi abrir la hielera y hurgar para terminar sacando un pedazo de zanahoria congelada, ¿qué?.

- Es lo mas pequeño que tienes, seria ridiculo colocar una bolsa entera de guisantes o un pedazo de carne en tan solo un dedo. Eso ayudara a la inflamación y disminuirá el dolor.

- Gracias. - Le sonreír con una sonrisa cerrada.

Okey, creo que podría sentirme cómodo con esto, solo no debo pensar demasiado y evitar quedarme como inepto mirándolo como si fuera un bicho raro.

- No hay de que, después de lo que hiciste por mi, creo que te debo mucho. - Guiño su ojo y camino hasta el sofa que se encontraba fuera de la cocina.

Tome el plato con palomitas de maíz, mi café y di dirección hasta llegar a su lado.

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- ¡No puedo creer que estes comparando a Thor con Capitan America! - Jaemin gritó arrodillándose arriba de los cojines.

- El que sea un dios no quiere decir que sea mejor - Lo desafie apuntándolo con mi dedo.

- ¡Dah!, obvio que si, osea... controla los rayos y puede volar con un martillo que solo ¡el! puede levantar, ¿dime que es mejor que eso? - Argumentó

- Capitan es mas inteligente, y eso es mejor que cualquier cosa, y por cierto... también puede tomar el martillo.

Jaemin hizo como si entrara en un estado de llanto y no pude evitar la risa, parecía un niño pequeño cuando buscaba tener la razón.

Ibamos por la tercera película de la noche, extrañamente nos encontrábamos ambos muy cómodos con la compañía del otro, todo era mas agradable de lo que había imaginado.

Exploté en carcajadas cuando me miro con ojos grandes y dejo fuera su labio inferior formando un puchero, de verdad que demostraba diez años cuando se ponía así, nose cuanto tiempo paso, pero mi estomago comenzó a doler al igual que mi mandíbula.

- ¿Te molesta si me quedo esta noche?, no tengo como irme, tampoco tengo ropa seca y es tarde. - Ya después del genial momento, su cuerpo se compuso y preguntó mientras rascaba su nuca.

- Claro, si quieres ve a dormir, yo antes debo bajar a revisar el invernadero. - Le sonreí de la mejor manera.

- Ahora que lo mencionas, ¿recuerdas esa promesa de dejarme pintar unas cuentas flores? - Me miró y yo asentí - Bueno, no tengo mis pinturas a mano, pero me gustaría ir y dibujar en mi libreta.

- ¿La verdad?, ni siquiera deberías preguntármelo. - Hice un movimiento con mi cabeza para que se levantara a ponerse algo en los pies y a buscar sus materiales.

La curiosidad me come vivo, y cuando se trata de ver a Jaemin hacer lo que mejor sabe, es una de las mejores bellezas que se pueden deleitar en persona.

Viridescent || Nomin (Fanfic Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora