Viridescent || Nomin (Fanfic Version)

➳ I will save you

Jeno

Desesperación, así es como podía definir el beso.

Lleno de ansias y hambre, lo único que quería era mantenerme alejado de esto, de estos malditos sentimientos que me nublan la mente, que me hacen perder el control y la cordura.

Los labios de Jaemin se sentían tan bien junto a los míos, que podría determinarlo como el elixir más exquisito de la vida.

No podia parar, estaba extasiado, necesitando más de aquella sensación tan analgésica para mi cerebro y cada parte de mi ser.

Levanté el torso de Jaemin hasta ponerlo de pie y rodear el árbol de donde nos encontrábamos, si alguien nos veía desde las cabañas estaríamos jodidos.

Sus manos iban hasta mi nuca, los fríos dedos acariciaban mi piel de una forma descontrolada, y nuestras lenguas se complementaban una a la otra.
Lo oí soltar un gemido cuando oprimí ambos lados de su cadera empujándola hacia mi, y debo decir que era música para mis oídos.

Comencé a mover mi boca hasta la linea de su mandíbula, y con pequeños mordiscos fui dejando marcas en la piel que no perdurarían por mucho tiempo. Su respiración iba rápida bajo mi perfil, haciendo que me sintiera satisfecho por ver lo que podía provocar en él.

Note que sus manos bajaban, y deje mi acción para mirar lo que hacía, tomó la orilla de su buzo y poco a poco iba subiendo de este, pero lo detuve.

- No Jaemin, el viento esta frío. - Le tome ambas muñecas y las puse a cada lado de su cuerpo.

Rápidamente volví a él, y devore su boca, tomando cada una de sus piernas, levantándolas y apoyando su espalda nuevamente en el tronco.

El beso iba fugaz, sin ganas de detenerse, lleno de ansias y palabras mudas.

Enredó sus piernas al rededor de mis caderas, y esta vez si que me estaba preguntando cual era el verdadero paraíso. La erección que pedía a gritos salir, comenzó a ser mucho mas notoria en la tela de sus pantalones, rozando con mi parte baja del abdomen y volviéndome loco.

Dios, este chico no tenia idea de como quería tocarlo y sentirlo.

El brillo del sudor hizo aparición en su frente, y el olor a cereza plasmado en su cuerpo llego hasta mis sentidos. Hice presión contra su cuerpo pegado en la madera, y otro gemido ahogado salió de su boca.

- Hazlo... - Fue lo único que emitió él.

Quite ambas piernas que envolvían mi cuerpo y con movimientos rápidos desabroche la hebilla de su cinturón. No deje de hacer contacto visual en ningún momento, Jaemin tenia las pupilas dilatadas y los labios rojos e hinchados.
Ambos respirábamos velozmente, como si de falta de oxigeno se tratase.

Lo vi tragar y despegar levemente sus labios, dejando a la vista un pequeño fragmento de sus dos dientes delanteros. La lengua se arrastro por su labio inferior, y eso me desquicio.

Introduje mi mano derecha dentro de su boxer, y con mis largos dedos envolví todo su miembro. Los ojos de Jaemin se hicieron blancos por el placer, y cuando comencé a hacer movimientos hacia arriba y abajo, los jadeos no dejaron de salir de sus cuerdas vocales.

- Shh, te pueden escuchar - Me acerque y susurré en su oído, dejando una pequeña mordida en el lóbulo de la oreja.

Sus uñas se clavaron en la piel de mis brazos, y yo ataque su cuello, que ahora, se encontraba cubierto de venas marcadas.

Se sentía caliente bajo mi tacto, como si estuviera a punto de evaporarse. Jaemin lo estaba disfrutando tanto como yo, ver como su hermoso rostro hacia contraste con la luz lunar, me provocaba multiples sensaciones dentro de mi.

El chico se veía espectacular, como si estuviéramos hablando de una obra artística. Su piel lisa con gotas de sudor en ella, labios gruesos amortiguando jadeos de placer, y ojos brillantes plasmados de lujuria. 

Seguí unos segundos más, dando movimientos rápidos y viendo como el chico se retorcía frente a mi.
Un líquido caliente recorrió mi mano y eso fue la señal de que Jaemin había explotado.

Subí el cierre de sus pantalones y abroche su cinturón. No quería saber que pasaría ahora, tampoco quería entablar una conversación, necesitaba evitar a toda costa lo que tratase con verdades y emociones.

Deje que mis brazos colgaran mientras controlaba mi aliento, estaba con la cabeza gacha mirando nuestras zapatillas, él llevaba unas vans rojas y yo unas converse negras.

Mi cerebro en estos momentos no reaccionaba ni creaba ninguna idea de que hacer o decir, estaba escaso.

Pretendí dar media vuelta e irme de ahí, no quería mirarlo, no quería sentirme vulnerable.

El es tu distracción...

Mi voz interna hablaba y luchaba contra mi consciente para saber que hacer, que era lo correcto o incorrecto.

Unas palmas atraparon suavemente mi rostro, sentí una chispa resplandecer por mi piel erizada. Apreté los ojos sin saber que era este caos incrustado en mi pecho.

- Jeno, mírame - Su voz llego hasta mis oídos, y de verdad pude sentir paz.

Con una de sus manos tomo mi mentón y lentamente lo levantó. Mis ojos al fin contactaron con sus almendrados color café, y de paso volvió a poner su palma en mi mejilla izquierda.

Los pulgares rozaban suavemente mis mejillas, dándome una sensación desconocida, más bien, acogedora.

- Tienes miedo. - Susurró.

¿Miedo?

- Entiendo lo que sientes, el miedo puede ser tu enemigo, y a veces también tu mejor salvación. - Sus dedos llegaron hasta mi cabello y comenzó a peinarlo hacia atrás, creando una caricia sumamente agradable.

- No sé si sea miedo Jaemin. - Hablé bajo y ronco.

- Bueno, sea lo que sea entonces, quiero dejarte en claro que no estas solo.

Sus palabras sonaban tan sinceras, y mi corazón se aceleraba al darse cuenta de que todo esto era real, él lo era.

No pude formar ninguna palabra, mi interior se desmoronaba, y de verdad quería llorar, hundirme en la tierra o ahogarme en el lago que se presenciaba a unos tantos metros.

Sus brillantes ojos me expresaban lealtad y confianza, como nunca nadie lo había hecho.

- Yo te salvare, lo prometo.