➳ I love you jeno

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Jeno

A veces la vida da saltos inesperados, aparecen personas las cuales no sabias que serian tan importantes, las perspectivas cambian, los sentimientos florecen, y los momentos se van creando a mil por hora para luego guardarlos en cofres bajo llave.

Por un momento creí que moriría, que la tristeza infectaría toda mi anatomía hasta tal punto que mis ojos se cerrarían. Era agobiante tener ese bichito del dolor saltando por todas partes haciéndome sentir miserable.

Mi vida dió un giro inesperado, el cual después de un tiempo lo emplee como un desafío, donde debía levantarme y aferrarme con garras para seguir adelante.

En el transcurso pensé demasiado, tanto que las noches se me pasaban en minutos. Y decidí tomar el control, hacerme fuerte y dejar de buscar la respuesta al "por qué" de los sucesos.

En estos momentos, justo a mi lado. Hay una persona que por alguna razón, logró encender un interruptor desconocido, tanto en mi vida como en mi mismo.

Cada que lo veía, era como una sensación de paz... como si el viento de la carretera golpeara mi rostro en un día de playa. Su personalidad chocaba con la mía haciendo una mezcla homogénea perfecta, con su compañía yo podia olvidarme de todo, podía ser fuerte, podía creer en que las cosas buenas si llegan, y de la manera mas inesperadas.

Miré sus dedos que se hacían blanquecinos al estar apoyados en la orilla del ventanal, tenía la vista fija al frente, sacando fotos en cada pestañeo y disfrutando de cada inhalación.

Puse mi mano encima de la suya, y con un suave toque, las entrelace. Demostrando en acciones lo mucho que me importaba tenerlo aquí conmigo. En un lugar tan especial, y bonito de mi pasado.

- Es hora Jaemin.

Volteó su cabeza hacia mi, obviamente demostrando confusión, como todas las cosas que siempre le digo e intento que entienda por si solo, pero lo admitiré, adoro mantener la intriga.

Apunté hacia el frente, para comenzar a divisar unos colores cálidos y fríos en el cielo. Azul, un violeta y unos cuantos sectores rojizos.

El amanecer estaba naciendo ante nuestros ojos, dando vida a un nuevo día, a un nuevo escenario para crear y comenzar de cero.

Los ojos de Jaemin brillaban de emoción, su boca creaba una pequeña "O" disimulada, parecía un niño viendo su primera película en el cine.

Los girasoles empezaron a moverse en cámara lenta, cada pétalo despertaba y se daba paso a la hermosa mañana. Todos en dirección al sol, alimentándose de energía y llenándose de vibraciones.

Muchas veces me he abordado al hecho de que podemos compararnos perfectamente con los girasoles. Bueno, en realidad siempre suelo comparar todo con las plantas, pero esta vez la explicación es mucho mas amplia.

Los girasoles suelen esconderse de noche, decaen y parecen débiles, aunque no lo sean, su apariencia hace creer que si. Pero al momento en que llega la luz a sus días... se abren, despiertan y demuestran una imagen saludable, una imagen feliz.

Varios solemos refugiarnos en la oscuridad de la noche, para llorar, pensar, o cuestionarnos a nosotros mismos. Como también algunos demuestran estar felices en el día, dispuestos a todo, fuertes y capaces sin importar que venga detrás.

En estricto rigor, podríamos ser una increíble ilustración de ello.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? - Escuche al castaño que se encontraba cabizbajo.

Asentí dando un leve apretón en nuestras manos juntas, y lo escuché soltar un gran suspiro.

- ¿Que significa el que me trajeras acá, al ver esto?

Lo miré por unos segundos. Sabía que nada de esto había sido hablado, simplemente sucedió y fluyó como el agua. Pero el merecía saberlo, merecía saber la verdad de todo lo que pasaba.

Caminé dos pasos para colocarme atrás de su cuerpo, mi mentón descansó en uno de sus hombros, mientras mi nariz rozaba contra la linea de su mandíbula. Viajé con mis palmas por sus brazos hasta tomar sus dos manos y crear un abrazo. Sus párpados cayeron, dejándome admirar la curvatura perfecta de sus pestañas ante el brillo del sol.

- Te traje hasta aquí, porque eras la última pieza que faltaba para completarme. - Susurré mientras depositaba un corto beso en su cuello. - ¿Recuerdas el día de la exhibición?

Su risa vibró bajo mi rostro, dando a entender que lo recordaba completamente.

- Bueno... desde ese entonces, nunca mas pude sacarte de mi cabeza, y al ir conociéndote, cada célula de mi cuerpo se enamoraba mas de ti. - Hice una pequeña pausa, para girar su cuerpo y juntar nuestras frentes. - Llegaste en un momento de caos, pero siempre fuiste tu quien me ayudaba a seguir adelante, aunque no lo supieras.

Espere unos segundos, no necesitaba que me respondiera absolutamente nada, pero aún así me quede esperando una reacción de su parte.

Lo vi sonreír, expulsar felicidad por todas las partes de su rostro, y de un momento a otro, lo tenia aferrado a mi cuello entregándome el abrazo mas acogedor que había recibido en mi vida.

- Te quiero Jeno.

Escucharlo decir eso fue como una emoción indescriptible, que no se puede definir en palabras. Estaba en paz, con él, entre mis brazos... solo nosotros dos.

Al separarse unos cuantos centímetros, no pude evitar juntar nuestro labios en un cálido beso.

Nuestra forma de congeniar era increíble, y lo mejor de todo, es que solo los dos sabíamos eso.
Cuando estábamos junto al otro, cuando nos besábamos, reíamos o nos encontrábamos mal, la energía que el otro emanaba, nadie podia percibirla.

Era algo intimo, algo personal y único...

Viridescent || Nomin (Fanfic Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora