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Miró tras suyo y se sintió estúpido por no haber visto la maldita escalera de mármol.

—Ven — el desconocido tomó su mano y lo guió hasta un banco en el que ambos se sentaron.

El silencio invadió a Jeon y miró al horizonte en espera a las palabras del muchacho sentado a su derecha.

—¿Cómo te sientes? — preguntó amablemente Jimin.

—No sé, ¿Cómo debería sentirse alguien que, aparentemente, se casó con un muerto y está entre muertos ahora, hum? — no lo miró ni intentó hacerlo pues para él, la furia tomaba terreno y sabía que no tenía una manera de ganarle.

El peliazul agachó su cabeza y una expresión de tristeza adornó su fino y pálido rostro, ¿Porqué su marido estaba enojado? ¿Acaso no podían hablarlo? Quiso llorar por la frustración de no encontrar respuestas, pero se contuvo lo más posible y sonrió nuevamente.

—Bueno, no lo sé, tal vez si me hubiera pasado a mí, intentaría hablar — Jungkook supo inmediatamente lo que el chico quería decir y se avergonzó hasta el punto de agachar la cabeza y jugar con sus finos dedos. —Bien, ya que estamos casados, yo... Quería darte tu regalo de bodas.

Jeon miró como el muchacho le pasaba una caja roja mediana envuelta con un lazo de color lavanda, y algo cohibido, la tomó.

—Vaya, gracias...

—Oh, cierto. Soy Jimin, Park Jimin — se sintió cegado por la linda sonrisa del peliazul pero era casi obvio que jamás lo diría.

—Gracias Jimin. Ah, supongo que ya conoces mi nombre — dijo un poco más tranquilo y calmado.

La presencia del rubio le hacía sentir como si estuviese flotando en las nubes.

Le sonrío sin mostrar los dientes y luego levantó la caja. Acercó su rostro a ella y la sacudió obteniendo como resultado el sonido de golpes secos, como madera o huesos chocando entre sí.

La abrió y lo primero que sacó fue un collar para perro rojo y polvoriento con un pequeño cascabel. Lo sacudió algo confundido, pero agradeció de todas maneras.

La caja se movió de un lado a otro hasta caer al suelo y desparramar los miles de huesos en el piso.

—Oh, gracias...supongo — susurró asustado.

—Aún no, bobito.

Quiso preguntar, pero calló mirando como cada maldita parte se movía hasta ensamblar un esqueleto.

De perro.

—¿Nochu?

Creo que voy a actualizar mucho esta semana y la próxima. Ha vacaciones y la inspiración no falta.

Corpse Brigde  [Ggukmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora