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—¿Qué? —murmuró el peliazul sin aire.

—Si, Jimin, casémonos —repitió el pelinegro con una pequeña pero dulce sonrisa.

Ya no tenía nada que perder. No estaba asustado, ya no, en cambio, estaba seguro de que debía estar con el peliazul sentado a su lado.

Sentía que lo conocía de algún lugar, que tenían una conexión tan fuerte...

Si, no quería morir, pero prefería hacerlo y permanecer con Jimin que vivir en monotonía junto a la hija de los Manoban, en donde su única función era brindar dinero a la codiciosa familia.

Definitivamente se quedaría donde él era feliz.

Limpió las lágrimas del pequeño chico mientras reía suavemente ocultando las suyas propias.

¿Porqué se sentía tan pleno y feliz? ¿Tenía derecho a sentirse así después de todo? No lo sabía, pero no le importaba en lo más mínimo, quería conocer mejor al hombre que era su esposo.

Esposo.

¿Quién diría que esa palabra sonaría tan bien dicha por otro hombre? Simplemente, la idea que antes consideraba rara y extraña, ahora le resultaba tan hermosa y cálida.

Besó su frente y oyó una suave risa.

—¿Lo dices enserio? Por favor, no bromees conmigo de esta manera Jungkook, no es divertido —dijo mirándolo a los ojos.

—No bromeo, Minnie. Quiero casarme contigo, pero esta vez quiero hacerlo de manera correcta —se arrodilló y río al notar el anillo en la mano de Park. Jimin también río. —Okey, hagamos esto bien.

Se miraron a los ojos y el rubor cubrió sus mejillas.

—Park Jimin, no nos conocemos lo suficientemente bien, o eso creo, pero estoy seguro que estamos destinados a estar juntos porque aquí hay algo de amor.

—Como las princesas —dijo Jimin riendo.

Inevitablemente, Jeon se contagió de ella.

—Sé que cuando llegué, estaba completamente asustado, porque, Dios mío, ¡Estaba entre gente muerta! La situación me sobrepasó y simplemente reaccioné mal, hice lo que hice por las ganas de salir, completamente impulsado por el miedo.

—Es comprensible, además yo no estuve del todo bien —susurró cabizbajo. —Sólo pensé en mí y en lo que quería.

Su voz y expresión se habían apagado como quien cubre una luz. Obviamente, no pasó desapercibido para Jungkook, quien apoyó su cabeza en las piernas del más pequeño.

—¿Quieres hablar de ello? —Jimin lo pensó por un rato.

Jungkook quería casarse con él. Esta vez sería enserio, así que no vió el por qué no.

Tragó duro y frotó sus manos contra la tela del sillón.

—No tienes que...

—Tenía veintiún años, mi familia estaba en una posición económica muy por encima del resto. A causa de ello, mucha gente estaba interesada en mí, o mejor dicho, en mi dinero —suspiró. —Mis días normalmente eran monótonos, no hablaba con mucha gente pues mi familia temía por lo que pudieran hacerme.

»Entonces, llegó un nuevo ciudadano. En las calles corrían los rumores de que pertenecía a la clase alta, bien portado y hermoso, un hombre de primera clase dirían por allí. Jamás le presté atención a los que decían hasta que mis padres decidieron casarme con él.

»Estaba conmocionado, dos hombres no podían casarse, quiero decir, yo no creo en esto ni jamás lo hice, pero conocía los valores y creencias, así que me pareció extraño. Conocí al chico y caí rápidamente con tan sólo oír su voz. De nada serviría negarlo, así que lo acepté y se lo dije. Ya había aprendido que negar lo que sientes no te sirve de nada y te obliga a hundirte más y más.

»Aceptó mis sentimientos y yo no podía sentirme más dichoso. Los preparativos fueron terminados al instante y cuando menos lo esperaba, ya me había casado con quien creí, me haría feliz.

—No pude ser más ingenuo —Jungkook tomó su mano y le dió un leve apretón.

Estoy aquí.

—Puedes seguir. Toma tu tiempo, Jimin.

—Estoy bien —miró fijamente la pared y continuó: —En nuestra luna de miel, habíamos acordado ir a un lugar no muy lejano de casa. Él me estaba besando y luego...sa...sacó un maldito revólver...no lo sentí, y agradezco no haberlo hecho pues mi muerte hubiera sido peor —su memoria le recordó los momentos y en respuesta, formó una mueca. —Huyó y cuando me encontraron, ya estaba lejos. Me trajeron aquí y me enterraron.

A este paso, Jeon lo abrazó como pudo sintiendo la rabia acumularse en su pecho.

—Ese hijo de puta, voy a matarlo.

—Lo hizo por el dinero. Cuando nos casamos, mis padres nos regalaron una suma de dinero exhuberante. Yo no lo sabía, estaba tan cegado por mi "enamoramiento" que no lo noté, pero no me siento mal por ello, al menos ya no.

—Entoces, ¿Park era su apellido? —preguntó dando palmadas en su espalda.

—En efecto, lo es.

Pues puedes estar en paz, cariño, porque tu apellido ahora será Jeon.

[☠]

Episodio mil: todavía no se casan
4 capítulos más y se acaba.

Corpse Brigde  [Ggukmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora