| e p í l o g o |

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—¿Etonces Mimin desapaleció?

—Jungmin, déjame terminar primero — se quejó Taehyung.

—¡Eso! Deja que el tío Tae termine la historia, JungJung —respondió Jihyo con una sonrisa.

—Pues bien, callense y escuchen.

Su cuerpo iba desapareciendo con cada paso que daba, su alma desprendiéndose de lo terrenal y su corazón quedándose con aquél hombre de ojos universo.

Lo dejaría ir si eso significaba hacerlo feliz.

Incluso si eso acababa con él y su último recuerdo.

Se despidió silenciosamente y cerró sus ojos para irse de una vez.

Pero jamás se fue.

Unos fuertes brazos lo apresaron y el aroma a roble lo envolvió por completo.

Jungkook lo estaba sujetando.

No lo estaba dejando ir.

—Jungkook, vamos, suéltame, tengo que irme —dijo en un hilo de voz.

—No. Tú no tienes que irte y yo no tengo que dejar que te vayas. No, de ninguna manera.

En otro momento, Jimin sonreiría y aceptaría, pero este no era el momento.

Él había aceptado que Jeon no era suyo.

—Jungkook, tu vida es esta. No voy a tomarla y echarla a perder.

—No la echas a perder, mi amor — sintió un escalofrío y su cuerpo volviendo a materializarse. —Tardé tanto en recordarte y encontrarte, no esperes que te suelte ahora, Park Jimin.

Lloró como nunca y se aferró fuertemente al pelinegro. Vió a Lisa sonreírle y pasarle un pañuelo.

—Jungkook, al contrario de lo que crees, si es tuyo, ustedes se pertenecen. Son almas gemelas, ¿Y quién soy yo para separarlos? Se conocen desde siempre, crecieron juntos. Yo ya no me interpondré en ello, merecen ser felices.

Les sonrió y abandonó el lugar.

Si, ella decidió que haría las cosas bien de una vez por todas.

Jeon acarició el rostro de Jimin y besó sus lágrimas. Rieron y susurraron promesas de amor entre lágrimas.

—Veo que aún no huyes, Kook — Seokjin se acercó a la pareja con la copa nuevamente llena. —Pero ahora que haz visto lo que pasará una vez que bebas el vino, ¿Sigues dispuesto a seguir con esto? Debes saber que ya no hay vuelta atrás.

—Iré hasta la luna si es por Jimin.

Bebió de un solo trago y besó los labios de su marido.

De su Jimin.

—¡Wow! ¡Si acabaron juntos! — celebró Jihyo.

—Duh, estas cosas siempre acaban bien, ya sabes, material para Disney — se quejó Taehyung.

—¿Qué e diney? — y ese era Jungmin.

Reí y tomé a mi hijo en brazos.

—Te diremos otro día bebé, ahora es hora de que vayas a dormir — dije mientras miraba a Kim encogerse de hombros. —¿Cuánto esperaste para contarles?

—Pues, no sé, ¿Ocho años? Ya sabrás tú, Jeon.

Negué divertido y despedí al moreno mientras tomaba la mano de Jihyo y subía las escaleras para llevarla a su habitación.

Oía a ambos hablar de lo fabulosa que fue la historia de su tío Tae y de lo valientes que eran los personajes. Rodé los ojos y asentí ante cada cosa que decían.

Jihyo tenía ocho, así que había preguntas a las que debía responder; en cambio, Jungmin sólo tenía cuatro, así que no había mayor preocupación.

Mi pequeña y hermosa familia.

—Buenas noches, papá Jimin — besé la frente de mi pequeña y cerré su puerta. Jungmin se había dormido tan profundamente que ni un terremoto lo despertaría.

Bajé y sonreí al ver a mi marido en la puerta.

Caminé y lo abracé con fuerza antes de besar sus labios.

—Veo que aún no huyes de mí, Kookie.

—Jamás huiría de ti, mi hermoso Minnie.

En otra historia, acabaríamos separados, pero eso no pasó.

Esta era nuestra historia. Nosotros si acabamos juntos.

Él era yo y yo era él.

Lo amaba y él me amaba a mí.

La muerte no siempre podrá separar a aquellos que nacieron para estar juntos.

Historia dedicada a:
iangogh

Corpse Brigde  [Ggukmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora