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El camino fue silencioso en su totalidad. Jimin permaneció agarrado a su brazo durante el tiempo que pasaron caminando. Jungkook no dijo nada, pero podía sentir esa calidez ir en aumento.

Temía que esa calidez se volviese calor, y posteriormente, fuego que acabaría con él.

Se detuvo al ver a Jimin intentar abrir un portón sin éxito. Rió en silencio y se acercó a ayudar, logrando abrir la puertecilla sin mayor problema. El peliazul le sonrío y tomó su mano mientras subían las escaleras. No se opuso, no podría hacerlo cuando se sentía tan cómodo con ese pequeño apretón.

Cuando vió que Jimin no lo vigilaba, se dedicó a mirar sus manos entrelazadas. Pensó que se veían bien juntas, pero sin duda se sentían mejor unidas. La pequeña mano de Jimin encajaba con la suya y, aunque él estuviera teóricamente muerto, seguía siendo tan suave y cálida.

Le gustaría tener a alguien que sostuviera su mano así, alguien que con sólo tomarla le diera comodidad.

—Llegamos — anheló tener más, pero pensó en el plan que llevaría a cabo y descartó el pensamiento.

Entraron en una extraña cabaña repleta de libros y estantes con aún más libros, todo acompañado por el aroma a vino añejo y madera.

—¡Señor Kim! ¡Señor Kim! — se separó de Jimin para hurgar entre los polvorientos libros de texto mientras el otro iba hacia unas escaleras.

La mayoría eran sobre la muerte y magia negra, cosas prohibidas entre los vivos según recordaba.

—¿¡Quién anda allí!? — volteó rápidamente y cayó al suelo por culpa de un maldito cuervo que había salido de la nada.

Jimin, al ver eso, corrió hasta Jungkook y lo ayudó a levantarse. Escuchó el gracias por parte del castaño y el contacto visual apareció de nuevo. Jungkook se perdió en el precioso manto negro y estrellado que eran los ojos del peliazul y Jimin creyó que nunca vería un océano tan hermoso en la mirada de alguien.

Desde un escritorio en el balcón de una especie de segundo piso, Kim Seokjin observaba sorprendido la escena que transcurría entre las torres de libros y el polvo. Creyó que ambos chicos iban a besarse, pero los minutos pasaban y ninguno se movía.

Bien, suficiente, pensó.

—¡Oigan, si van a comerse las bocas, hay un lugar para eso y créanme que no es aquí!

Park se separó y avanzó lentamente hacia Kim. Sentía sus mejillas arder y jodidamente se preguntó cómo demonios era eso posible, además la vergüenza tomaba terreno y pensaba que no querría ver a Jeon a lo ojos en mucho tiempo, pero Dios, estaban casados y se verían casi siempre.

—Oh, Jiminnie —llamó Seokjin bajando por unas viejas escaleras y abrazando al pequeño peliazul —. Ha pasado mucho tiempo, y veo que trajiste a alguien.

Jungkook ignoró la bola de emociones y sentimientos que clamaban en su corazón y miró con recelo al pelinegro abrazando con fuerza al chico de ojos estrellados.

—Bueno, Jeon Jungkook y Park Jimin, si han venido aquí es por que quieren un favor del mundo de muertos — volvió a subir hasta su escritorio y se sentó tranquilamente en el sillón detrás de él mirando nuevamente a la pareja —. Así que díganme, ¿En qué los puedo ayudar?

Queremos ir al mundo de los vivos.

[...]

Ya va empezar el drama

Nuevamente me pasé del límite de palabras aaaaAAAAAH LRMP

Corpse Brigde  [Ggukmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora