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Corrió hasta no sentir las piernas y se sintió triunfante al cruzar el puente que lo separaba del pueblo. Pensó rápidamente en dónde esconderse y optó por lo más fácil.

La mansión de Lisa.

La lluvia atacó y sus pisadas quedaron grabadas en el sucio barro. Su carrera paró al ver las puertas cerradas, su única opción era escalar la enramada que cubría la columna que llegaba hasta la alcoba de la habitación de la fastidiosa rubia.

Pero era la única manera de huir, aunque estaba dudando seriamente de si realmente quería alejarse del peliazul.

Tomó una bocanada de aire y comenzó con su segunda escalada de la noche. Parecía que resbalaría pero no lo hacía, subía con más rapidez hasta llegar al balcón y acercarse a la puerta, golpeando con algo de fuerza.

La rubia se volteó y saltó de su silla para abrir la puerta.

¡Jungkook!

[...]

—Bueno, ya ha pasado mucho tiempo... —susurró para sí mientras miraba las huellas en la nieve de Jungkook.

Aunque sonase estúpido o algo extraño, contó los minutos que pasaban y cuando llegó a veinte, se cuestionó porqué tardaba tanto si el pueblo no estaba tan lejos.

Mordió su pulgar y miró el camino que su marido tomó.

¿Debía hacerlo?

Se levantó y siguió el rastro de huellas que su Jungkookie dejó sobre la blanca nieve. Vió una que otra tumba abandonada por ahí y se prometió adornarlas con smeraldos la próxima vez que subiera al mundo de los vivos.

Cruzó el puente sin mayor dificultad y continuó siguiendo el rastro bajo la fuerte lluvia, todo hasta llegar a una columna. Miró hacia arriba encontrando un balcón y la duda llegó.

¿Porqué subiría por una enredadera si era su casa?

Tomó rama por rama y subió hasta el balcón. Su cabello mojado tapaba su vista mas no le fue un problema abrir la puerta.

—Kookie, cariño —habló mientras apartaba el cabello de su vista. —¿Porqué tardabas...tanto...?

Su brillante sonrisa desapareció al ver a una rubia pegada al pecho de su marido para dar paso a una mueca. Agarró el brazo de Jeon y lo atrajo hasta él para pegársele como garrapata mirando con recelo a la chica frente a él.

—¿Kookie, quién es ella?

—Eh, uh...

—No, no, ¿Quién eres tú? — preguntó Lisa analizando al peliazul; portaba un traje celeste claro, casi blanco, con una corbata azul y una pequeña corona de pequeñas flores blancas y azules igual que su cabello. Tenía labios gruesos y nariz de botón, piel pálida y unos ojos que hipnotizarían hasta al más fuerte. También se fijó en la herida de su mejilla, pero no le dió importancia pues no era tan grande.

Jimin sonrío con arrogancia y extendió su mano derecha mostrando con orgullo un anillo de oro en su anular.

Soy su esposo, ¿Así que tú eres...?

—¡Yo soy su prometida!

Se sintió desconcertado y entonces unió todas las piezas sabiendo que su pobre y muerto corazón se hacía pedazos por segunda vez. Abrazó a Jeon por la cintura y con todo el odio del mundo miró a la estúpida rubia.

¡Infernáculo!

¡Por favor, díselo a mis padres, Lisa! —gritó mientras era arrastrado para atrás y un montón de cuervos lo cubrían a él y al chico tras suyo.

¡Jungkook! ¡Jungkook! ¡Jungkook!

[...]

Oficialmente me rindo, parece que voy a sobrepasar las 500 palabras en todo, ah.

Vayamos al drama.

Corpse Brigde  [Ggukmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora