El día que dije quien era en verdad, algo se rompió. Mi familia lo aceptó, ¿qué más iban a hacer? Seguro ya lo presentian. Mis amistades, desaparecieron. Yo los hice desaparecer. No soportaba que trataran como un prototipo, no estaba interesado en chismes, ni maquillaje, ni rosa. Aun así, lo demostré de la peor manera.
Cuando Briam llegó a mi vida...
—Uy si, la marica me va a golpear.
—Si, y te partiré la maldita cara —escupí con ira.
Justo en ese momento, estaba en una pelea con el novio de una de mis "amigas". La sangre me hervía, sin dudarlo me lancé sobre él. Fue una de las mayores palizas de toda mi vida, me arrepentía hasta el último gramo de mi ser. Solo que no le daría el placer de verme destrozado emocionalmente.
Al llegar a mi casa, me di cuenta de que no había nadie y justamente ese día deje las llaves arriba de mi cama.
Me senté al frente de la puerta a esperar. No le paré al gran camión de mudanza que estaba en la casa vecina. Flexioné mis piernas y escondí mi rostro entre mis rodillas. Pasaron unos minutos, hasta que sentí un suave toque sobre mi cabeza.
Me sobresalté, y me sorprendí aún más cuando vi a un chico desconocido, de cabello color toronja, sonriendome gentilmente.
Nuevamente metí mi rostro entre mis piernas, ya que no deseaba que notara los golpes esparcidos especialmente en mi rostro, e hicieran un escándalo.
—¿Qué quieres? —pregunté cortante. Después de unos minutos, al no recibir respuesta, alcé la mirada. Él seguía ahí, mirando el piso— ¡¿Qué quieres?!
Él mordió su labio inferior. Llevó sus manos a su oreja y a su garganta, dando unas palmaditas en ella y luego negó con la cabeza.
—¿Qué mierda te pasa?, ¿eres enfermo o que?
Me di cuenta de mi error al ver cerrar su mano en un puño, encajando con fuerza sus uñas en la palma de mi mano.
—Oh, yo lo siento, es que... —balbucee varias cosas bajo la presión. Mis pómulos ardieron por vergüenza. Me detuve al escuchar una sonrisa gruesa y ronca— Un momento, ¿cómo puedes entenderme?
Se colocó a mi altura, llevó su dedo índice a mis labios y los tocó un par de veces. Estuve apuntó de golpear su mano, realmente me detuve a solo unos centímetros, y en ese momento me di cuenta de que llevaba mucho tiempo desde que alguien me tocará tranquilamente. Aparte de mi familia.
—¿Eh?
Se sentó a mi lado, sacó un papel de su bolsillo y un lápiz del otro. Sentí mi corazón latir con fuerza.
"Puedo leer tus labios."
Sonrió nuevamente.
Seguro fue la cosa mas idiota del mundo, pero en ese momento desee que esa persona jamás se fuera de mi vida. Y para eso quería alejar cualquier rumor, él tenia una debilidad y yo una oportunidad.
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Sentir en silencio (Gay/yaoi)
RomanceUn joven de 17 años pierde toda relación amistosa, cuando anuncia su orientación sexual. Hasta que sus esperanzas regresan acompañadas de un camión de mudanza. Una sonrisa, eso fue todo lo que necesito para caer rendido a los pies de su nuevo vecino...