Cuando Marisol me dijo bar gay, me esperaba eso, no que me llevaría a un maldito club.
La música rítmica, las personas bailando junto con las luces de colores, tragos de todos los colores posibles iban y venían en bandejas, e incluso en el lugar se podía oler una esencia dulce.
Podría estar disfrutando de todo eso, no obstante realmente estaba sentado en lo más apartada del bullicio, leyendo los mensajes una y otra vez, esperando uno nuevo, cualquier cosa que me subiera el ánimo. En vez de eso solo tenía el último mensaje de Briam hace unas horas.
"Tener sexo contigo no me va a aclarar que me gustas, ni me va a enamorar de ti, son cosas que aún no sé, pero tal vez a ti si te funcione que te hagan algo por allá - 1:23 pm"
《Lo hice molestar, ¿cierto?》la respuesta era tan obvia que hasta me dió un poco de risa.
-Oye -la voz de mi mejor amiga hizo que despejará mi vista de mi aparato, para centrarme en el joven hombre que estaba con ella-, él es Manuel, así que follen -finalizó y se retiró, dejándonos a nosotros dos.
Posiblemente él era unos años mayor que yo, tenía un excelente físico y su vestimenta era algo elegante para este tipo de lugar; un cabello rubio degradado en la puntas, ojos color café y un pendiente en una de sus orejas.
-Esa chica nunca cambia -dijo entre risas, para cortar la incomodidad-. Te llamas Seik, ¿cierto?
-Si, ¿Mari te habló de mí?
-Claro, llevo conociéndola desde hace tiempo, la verdad es que si te hubieras presentado aquí sin hacer las paces con ella, yo mismo te hubiera golpeado -confesó, siendo un poco más serio al final.
-Que galán -dije con tono sarcástico.
-No te ofendas, es solo que le hiciste mucho daño, cada vez que lo recordaba lloraba, y un día llego diciendo que se habían reconciliado, eso fue muy extraño.
-Siempre fuimos raros, en especial ella -contesté con una sonrisa.
-Lo sé, normalmente me gusta mucho de ella, pero alegrarse tanto por una persona que le hizo tanto daño se pasa de la raya -soltó suspiro pesado, mientras se acariciaba la nuca.
-No sé si siento dolor por como hablas de mi, o lastima por vos, ya que nunca vas a lograr nada con esa forma de coquetear -me quejé, cruzándome de brazos.
-Hasta donde sé te gusta alguien más, y tampoco puedo coquetearte si estás siendo tan cruel -contraatacó de forma burlona-. ¿Quieres algo de beber?
-Ya me siento lo suficientemente mal, como para agregarle soportar resaca mañana -sin hacerle caso a mi palabras, le hizo señas a un mesero.
-Lo mismo de siempre y... -me miró de reojo- un juguito de naranja para el niño.
Le saqué la lengua apenas el hombre anotó la orden y se fue. Resultó que pudimos tener una platica bastante tranquila y agradable, hasta que llegaron los tragos. Él de el era blanco con menta, y el mío solo era jugo en un vaso de plástico.
-¿Y qué harás con tu vecino? -preguntó dándole un gran sorbo a su bebida- Lo hagan o no, las cosas se pondrán incómodas. Al menos deberías aprovechar.
-Si las cosas llegan a salir mal, lo perder para siempre intente -intente probar mi jugo, apenas un poco del líquido entro en mi boca sentí una inmensa concentración de alcohol, igual me obligue a tragarlo-. ¿Qué mierda?
-¿Qué pasa? ¿Esta amargo? -interrogó preocupado por mi reacción.
-Tiene tanto alcohol que debe ser ilegal -de inmediato Manuel le hizo señas a l mismo mesero, que se apresuró a llegar.
-Te dije que solo jugó de naranja.
-Ay, amor, yo pensé que te quería llevar a la cama, creí que era una indirecta para que lo embriagará -se escusó.
por supuesto que no, y si lo vas a hacer mínimo el que sabor nose note tanto.
-Pero es que tiene viagra -abrí mis ojos aterrado por la idea-. Espera, ¿fue a ese que le eche? ¡Mau! -gritó, haciendo que nos asustaramos- ¿Sabes a qué fue que le eche viagra?
-¡Ese se derramó, y José preparó otro, pero ya no quedaba viagra! -respondió el otro a lo lejos.
-¡Ok, gracias, amor! -finalizaron los gritos- Olvídalo, no le echamos nada, disfruten su noche sin viagra.
Lo sucedido pareció tan irreal que nos costo asimilarlo, duramos varios segundos sin decir nada y con una expresión de idiotas.
-Lo creas o no, este lugar realmente es muy bueno, solo están un poco locos habló primero Manuel, bebiendo otra vez-. Entonces, ¿qué harás?
-No lo sé.
-Oye, hasta donde sé, por ahora tienes un mejor amigo, no un príncipe como para que venga a buscarte y tampoco eres una doncella -esta vez hablaba en serio, intentando sonreír para no parecer tan duro-. Podrá ser algo cruel, pero eso chico tiene razón, son tus decisiones.
Comencé a jugar con mi jugo, moviéndolo de un lado a otro. De cierta forma lo entendía, si fuera una chica experimentar no fuera tan raro, sin embargo, soy un hombre y aún así Briam me está dándome una oportunidad.
-¿Qué harías en mi lugar? -él se acercó, llevando sus labios a mi oreja.
-Compraría toda una caja de condones y disfrutaría esa noche como su fuera lo última, porque tal vez si puede ser -luego me dió una palmada en el hombro y se levantó-. Adiós.
Le sonreí como despedida y me levanté. Posiblemente la persona más importante en mi vida ahora sea Briam, no quiero perderla, ni causarle daño, tampoco puedo ignorar mis sentimientos; igual de una manera u otra, si las cosas están destinadas a un mal camino, terminarán así.
Me despedí a lo lejos de Marisol, y me fui corriendo de su vista para que no me detuviera. Ya estando en la puerta, algunas dudas me entraron, tal vez fue por ese pequeño trago de alcohol o por la mirada tan tenebrosa del guardia, pero decidí arriesgarme. Salir ahora significaba que perdería a mi mejor amigo, no sé di para mejor o peor, es algo que tenía que descubrir.
Abrí la puerta el clima era helado, posiblemente porque era medionoche. Mis labios no tardaron en temblar, y apenas salí completamente del lugar, no sabría explicar si mi confianza cayó o subió completamente.
Un pelirrojo casi congelado esperaba afuera del local, recostado de las paredes de éste. Sus labios estaban pálidos y sus mejillas rojas por el frío, tenía los ojos cerrados y respiraba lentamente, mostrando una nube blanca cada vez que expulsaba el aire. Estaba muy bien vestido, buenos zapatos, unos pantalones algo ajustado y una camisa junto con una chaqueta negra, podría jurar que vino fue para entrar al lugar.
Me atreví a tocar su cachete, haciendo que abriera los ojos lentamente, al verme paroadeó varias veces y recuperó la compostura.
-¿Buscas a alguien? -pregunté con una sonrisa.
Beibis, que tal? :D estoy actualizando rápido para ustedes.
Le gustó?
Bueno nunca responder mis preguntas :')
Nenes, quiero llegar a los 500 votos, así qué les pido que voten en todos los apartados, también estamos apunto de llegar a las 1K visitas. Recomienden el libro a sus amigos de wattpad, me ayudarían un montón.
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Sentir en silencio (Gay/yaoi)
RomanceUn joven de 17 años pierde toda relación amistosa, cuando anuncia su orientación sexual. Hasta que sus esperanzas regresan acompañadas de un camión de mudanza. Una sonrisa, eso fue todo lo que necesito para caer rendido a los pies de su nuevo vecino...