Faltaba solo un día para mi cumpleaños, para ya ser todo un adulto, se supone que mejoraría, dejaría las farsas y tendría un modo de vida sano. Aún así, a pesar de mis esfuerzos por recuperar mis antiguas amistades ahora estoy perdiendo al ser que más me importa.
Pensé en dejar mi orgullo de un lado, dejar el incidente atrás e ir a visitarlo, pero en ese momento un reemplazo mucho mejor que yo llegó, su padre.
Eso no evitó que saliera al patio para intentar observarlo. Y ahí estaba, sembrando plantas en el jardín para que no fueran obvias mis verdaderas intenciones.
-Vaya, ¿qué tipo de mala hierba es esta? -una voz masculina familiar habló a mi espalda, para que luego esa persona agarra un mechón de mi cabello- No parece fácil de arrancar -antes de que pudiera reaccionar rodeo mis hombros con su brazo, y con su otra mano libre me acarició bruscamente.
-¡Señor Alan! -exclamé buscando la forma de liberarme- Basta, por favor.
El padre de Briam me soltó. Me volteé para saludarlo adecuadamente y me di cuenta que estaba negando lentamente con la cabeza.
-Si no fueras como un hijo para mi ya te hubiera tachado de marica -repartió varias palmadas en mi espalda, sonriendo amigablemente- ¿Cuántas veces debo decirte que puedes llamarme tío?
Reí algo incómodo. Él era un buen hombre, el problema es que era muy agresivo con sus gestos, no tenía ninguna delicadeza; por suerte su gran sonrisa más de una vez hacía ver nulo su comportamiento. Nos llevábamos bien, aún así siempre me ponía algo tenso cuando estaba conmigo.
-¡Hey, mamá te llama! -intervinó mi hermana, pide notar como su rostro cambió al ver al hombre al lado de mi-, ¡Alan!
Corrió hacia nosotros y él la recibió con un gran abrazo, levantándola del piso por unos segundos. Al bajarla la observó por un rato.
-Estás realmente hermosa, eres toda una señorita -mi hermana se sonrojó por su comentario.
Se podría decir que mi hermana está enamorada del padre de mi mejor amigo, según ella él es lo que se llama "un verdadero hombre".
Mi padre salió de la casa, al ver la escena se apresuró a llegar, sin embargo, su ceño se relajó al darse cuenta de quién se trataba.
-Oh, Alan, llevaba mucho tiempo sin verte -saludó mi padre, tomando disimuladamente a Natalie y alejandola un poco.
-Si, si, los he dejado un poco descuidados -palmeó la espalda de mi padre con fuerza.
-¿A nosotros? Briam es el que debe sentirse algo solo -mi cuerpo se tensó al escuchar ese nombre-. Mi hijo le a hecho compañía, pero también debe extrañarte.
-Los dos estuvimos por mucho tiempo juntos, solo nosotros dos, ahora él quiere su espacio y lo entiendo -mostró un poco de nostalgia en su tono-. Por cierto, ¿ustedes se pelearon? Hoy no has ido a la casa.
-No, es que yo estoy ocupado, decidí adornar el frente con unas flores -me excusé.
-Lo sé, desde que te pusiste aquí Briam te está viendo por la ventana, por eso pregunto si se pelearon.
Sentí una presión en mi pecho, alcé la vista hacia su casa, esperando verlo a través de la ventana que daba vista a mi ubicación.
-Si quieres tu padre y yo nos quedamos haciendo este trabajo, no me importa ensuciarme las manos -se ofreció Alan.
-Realmente yo ya me tengo que ir a trabajar -dijo mi papá, acomodando su atuendo.
-Entonces, ¿qué tal si me ayudas tu? -le propusó a Natalie, la cual no dudó en aceptar- Muy bien, yo terminaré tu trabajo.
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Sentir en silencio (Gay/yaoi)
RomansaUn joven de 17 años pierde toda relación amistosa, cuando anuncia su orientación sexual. Hasta que sus esperanzas regresan acompañadas de un camión de mudanza. Una sonrisa, eso fue todo lo que necesito para caer rendido a los pies de su nuevo vecino...