Capitulo 6

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Levanto la manga derecha del suéter y comienzo a pasar la hojilla por mi brazo, sintiendo el ardor que me causa, pero eso no es nada comparado con el dolor que estoy sintiendo por dentro, deseo de corazón dejar de sentirme así, pero es tan fuerte que todavía siento miedo y ese dolor en mi pecho.

《Observo como la sangre empieza a descender de las heridas de mi brazo, es mucha sangre, recién me doy cuenta que son cinco rayas las que me hice. Realmente no me di cuenta que me había hecho varias hasta que logré salir de mi trance. Me levanto del piso, me acerco al lavamanos para enjuagar mis brazos con agua, ya que las heridas me empezaron a sangrar mucho, pero no como para morir desangrada así que normal. después de lavarme el brazo con jabón y agua sentí ardor, pero no tanto así que termino se lavarlo, lo seco, bajo la manga y me dirijo a la cocina donde me encuentro a todos sentados.

Estaban hablando algo, pero cuando llegué se callaron. Me molesta que hagan eso da a entender como que hablaban sobre mí

—Hola princesa, ¿Cómo estás? —Habla mi tío en cuanto me ve llegar a la cocina.

—Hola tío Bien ¿y usted? —Bajo la cabeza para que no miren mi cara y se den cuenta de que estuve llorando porque es obvio que queda rastro después de que lloras por más que te laves la cara.

Después de llorar, lavarse la cara no sirve para nada.

—Qué bueno princesa, yo bien —Me dice para después seguir hablando— ¿Porque cuando llegaste pasaste de un solo para el cuarto y no comiste? Tienes que estar fuerte

—Es que andaba con mucho sueño y preferí dormir un rato —Digo levantando la cabeza para observarlo.

—Ha bue... ¿Estabas llorando? —Frunce el ceño preocupado.

—No —Bajo la cabeza para evitar que me siga observando como lo hace en este momento. Me incomoda

—A mí me parece que si estabas llorando y tu cara lo dice todo —Dice Ian metiéndose a la plática.

—Si, Sophia ¿qué pasó? —Pregunta Eliecer dejando de comer para prestarme atención.

—Nada del otro mundo, solo se me metió basura a los ojos y yo me los restregué con los puños así que se me pusieron así de rojos. —Alego poniéndome una mano en la nuca.

—¿Estas seguras que fue por eso? —Pregunta con el ceño fruncido. No me cree

—Si, tío —Enderezo la cabeza tomando una postura firme.

—Ya déjenla, no se preocupen por esta arrimada que más bien los hace perder el puto tiempo —Murmura Óscar, malhumorado.

—¿Que te pasa, Óscar? Respeta, se supone que ya habíamos hablado de esto. Ella para mí no es una pérdida de tiempo, a como me preocupo por ustedes me preocupo por ella, es mi hija, no de sangre, pero lleva los mismos apellidos que todos ustedes así que prácticamente es tu hermana. Ya te he dicho es mejor que no hables si vas a decir estupideces porque no me gusta estarte tratando, pero te pasas—Le dice mi tío muy molesto.

—Si, mejor respétala. Óscar es momento de que le bajes dos a tu humor de perros siempre tienes que meterte y cagarla te ves mejor callado —Habla Ian furioso.

De verdad que sí está molestó.

—Cállate Ian. No te metas imbécil porque aquí todos sabemos que lo que yo digo es verdad. —Tira la cuchara con la que estaba comiendo sobre la mesa.

No entiendo su molestia o bueno sí, si una desconocida estuviera invadiendo mi espacio me molestaría, pero él no está molesto. Esta furioso

—A mí me respetas Óscar soy tu hermano mayor y me debes respeto — Dice este empezando a molestarse y con intenciones de tirarse le encima.

—YA BASTA...






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