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Yoo Hee estaba terminando de poner correctamente la corbata de Jung Dul. El niño miraba al suelo mientras que con su pié dibujaba inexistentes círculos en el suelo.
Josang solo se mantenía con sus audífonos puestos escuchando quien sabe que. Hanna descansaba en el porta bebés, los tres infantes vestidos de negro y de manera formal.

—Iré a ver a su padre –La cobriza se levantó y caminó escaleras arriba.

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YoonGi se veían en el espejo mientras acomodaba su corbata, al terminar solo se sentó en el borde de su cama y miró su mano, un anillo de matrimonio adornaba su dedo anular

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YoonGi se veían en el espejo mientras acomodaba su corbata, al terminar solo se sentó en el borde de su cama y miró su mano, un anillo de matrimonio adornaba su dedo anular. Pensó en todo, en su linda Yang Hee.
Podía decir que estaba bien, podía ir y controlar sus lágrimas ante los demás, verse tan frío y sin ningún sentimiento, pero joder, si le dijeran que destrozarse frente a miles de personas haría que Yang Hee volviera una vez mas, mandaría todo a la mierda y lo haría, solo por verla sonreirle y decirle que todo estaría bien, que confiaba en él para después abrazarlo como solía hacerlo, sin duda eso extrañaba mas YoonGi de todo lo demás, sus abrazos, su sonrisa y aquella sensación de que estaba en casa, de que estaba en el lugar correcto con la persona correcta.

Tres toques se escucharon en la puerta haciendo este levantarse de la cama.

—¿Estás listo?–Le preguntó la chica que se encontraba en el marco de la puerta.

YoonGi solo asintió pasando sus manos por su rostro.
Miró a la cobriza, esta también tenía un vestido negro de mangas y su cabello estaba recogido en una coleta. Por un momento quiso no mirarla, no ahora, no cuando sus ojos le mostraban aquella seguridad que sentía cuando miraba Yang Hee, de alguna forma pensaba que le estaba faltando al respeto a su difunta esposa, aunque YoonGi sabía bien que ya se lo faltaba a ella se encargó de mantener su boca cerrada mientras que Min conducía con la vista en la carretera.

Los niños bajaron del auto cuando Yoo Hee les abrió la puerta del vehículo, con Hanna en sus brazos esperaron a YoonGi que aún seguía con sus manos en el volante y su vista el frente.

Era difícil para él tener que ir y darse cuenta que su primer amor estaba ahí, estaba enterrada. Santo cielo, si tan solo le hubieran preparado para eso, aún así, YoonGi sabía que sería el mismo dolor que ahora sentía.

Bajó del auto y esa fue señal para Yoo Hee de tomar la mano de sus hijos. Este caminaba con normalidad.
Desde atrás Yoo Hee podía visualizar su espalda, podía ver lo tenso que se encontraba desde allí, su padre tenía el mismo aspecto que este cuando le tocaba hacer eso, llevar a sus hijos a visitar a su madre. No entendía mucho el sentimiento que podía sentir un padre cuando acababa de perder a su esposa, pero lo intentaba, ya que perder a una madre tampoco era algo simple, así que si entendía a los niños, ya que para ellos tampoco es nada lindo saber que su mamá está en un lugar como este y no con ellos en casa.

Se detuvieron en frente de una lápida que decía claramente el nombre de la persona por la cuál habían venido.
Shin Yang Hee.

Yoo Hee conoció a la pareja Shin, los padres de Yang Hee, los abuelos de los niños. Estos eran una pareja de casados de 53 años. Eran amables y respetuosos, con ellos estableció un tema simple de conversación, era sencillo llevarse bien con ellos, pero también se dio cuenta de lo apegados que eran los niños con sus abuelos.

Young Father |Min YoonGi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora