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—¿Entonces eres un doctor?–Preguntó Jung Dul a JiMin que estaba revisando los signos vitales de Hanna.

—Doctor de niños. –Respondió JiMin. –Mas conocido como pediatra.

—Entonces si yo me enfermo, ¿Tú cuidarías de mi?–El castañito ladeó la cabeza.

JiMin sólo revisó la temperatura de Hanna, normal, lo cual alegró a JiMin, la pequeña Hanna lo había preocupado mucho, sería horrible si esta llegaba a enfermar de epilepsia, pero incluso en las radiografías se vio claramente, Hanna estaba sana.

JiMin miró con una sonrisa a Jung Dul y asintió.

—Si, yo te cuidaría y daría una receta para que te sientas mejor. –Dijo.

—Waaa, Yoo Hee, tú hermano es genial –Le dijo Jung Dul a la castaña.

—Ajá, demasiado~ –Dijo en un tono sarcástico.

JiMin la miró desde su lugar con los ojos achicados mientras su hermanita solo le sonreía de labios.

—Y como soy tan genial, llevaré a los niños por un helado a la cafetería –Dijo su hermano. Los niños se levantaron emocionados y Yoo Hee sonrió mas y se paró para poder abrazar a su hermano.

—Y me traerás a mi también, ¿Verdad hermanito?–Usó un tono chillón y tierno.

—No. Tú te quedas aquí cuidando a la paciente sin helado.

La castaña se separó y JiMin sólo le ofreció una falsa sonrisa para tomar la mano de los otro dos infantes.

—Cuida bien de Hanna, si pasa algo solo presionas el botón rojo y vendré corriendo hasta acá. –Le dijo.

Los niños avanzaron a la puerta junto al mayor y salieron.

Yoo Hee corrió hasta el pasillo y vio a su hermano alejarse con los dos niños a ambos lados.

—¡Espero que Irene te deje en abstinencia!, ¡Enano desgraciado! –Gritó la castaña.

—¡Al menos yo comeré helado! –Gritó en respuesta JiMin. –¡Y napolitano!

Y se fue dejando a Yoo Hee parada en el pasillo con ojos achicados.

Maldito enano nalgón, si no fueras mi hermano... Pensó Yoo Hee antes de volver a entrar al cuarto junto con Hanna.

Hanna jugaba con el oso que Yoo Hee se había encargado de llevarle a la pequeña.

—Hanna –Le llamó Yoo Hee para sentarse en la silla a un lado de la camilla.

La pequeña niña volteó con una sonrisa. Por dios, su sonrisa era idéntica a la del padre, y a decir verdad adoraba que fuera así.
Hanna estiró los brazos para que la castaña la cargara. Yoo Hee se acercó y tomó a la niña en brazos para después sentarla en su regazo.
La niña solo se acurrucó en esta y Yoo Hee sólo la atrajo mas a si misma.

Un hijo, cuando era mas pequeña soñaba en cuando sea mayor tendría muchos hijos, pero ahora, tenía miedo de tener unos propios, ¿Que tal si no era una buena mamá? ¿Que tal si sus hijos no la querían? O ¿Que pasaría si ella llegaba a faltar?
Eran preguntas que la castaña constantemente se hacía.
Pero al ver a los niños Min, hacían que quisiera serlo, porque aunque no fueran hijos que hallan crecido de su vientre, los sentía suyos, los adoraba como si fueran hijos propios.

—¿Sabes Hanna? Quiero tener un bebé –La castaña hizo un puchero. –, uno que me abrace, al cual alimentar... Cuidar, uno que me diga mamá. –Miró a Hanna. Esta la veía con los ojos brillosos como si de alguna forma le entendiera lo que dice. –¿Quieres ser mi hija?

Young Father |Min YoonGi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora