NARRA LUZ.
El reloj marcaba las diez de la noche, todas las luces de mi casa estaban apagadas a excepción de una pequeña lámpara en mi habitación. Leía un libro, era de romance; leí la última página de este y venía con una frase que me encantó tanto que la remarque con un marcador color lila y que me encontré por ahí.
No impidas que el tu miedo detenga las cosas maravillosas que te pueden pasar, si te desagrada algo, dilo, si quieres hacer algo, hazlo, si amas a alguien, ámalo.
No pude evitar sentirme identificada con aquellas palabras tan sabías del escritos del libro, más de una lágrima se derramó, y mojó mis mejillas. Apague todas las luces y me acurruqué bajo las sábanas de mi cama; pero había algo que no se podía salir de mi mente, y era la remota idea de que Paulo había terminado con Melissa por mi, que el me quiere a mi. Es difícil pensar que después de todo lo que le hice a ese chico, me quiera, así que son muy pocas las probabilidades de que esa loca teoría mía sea cierta.
A la mañana siguiente, caminaba por el pasillo cuando un chico, ese chico, el que tenía ganas de ver, me toma de brazo y cuando me doy la vuelta lo veo ahí parado, con su cabello despeinado y sus ojos que no se ven tan bien por su cabello; esbozo una sonrisa pareciendo una tarada en frente de el pero esta causa que el la imita aún más linda.
—¿Quieres que te acompañe al salón de clase?—pregunta con una voz suave que me gusta en el.
—Por favor, ni que la escuela estuviera tan grande—mi nerviosismo se hace prevente, pero de una manera no tan agresiva; pongo uno de los mechones sueltos de mi coleta atrás de mi oreja.
—Si, pero no quiere que te pase nada—las palabras de Paulo salen tan normales que empiezo a creer que está coqueteando.
—Está bien, aunque no me pueda pasar nada, te voy a acompañar.
Caminamos a la clase uno al lado del otro, pero nuestra tranquilidad se ve interrumpida por el grito agudo de Melissa.
—Con permiso—dice una vez llegando a mi lado, y con sus caderas me empuja más a un lado para separarme de Paulo.
—Melissa, ten más cuidado—Paulo la mira con un poco de furia en sus ojos pero, ella lo ignora y toma a un chico de primer grado del brazo.
—Déjala, quiere llamar la atención—me limito a decir el Vizcarra baja ya que ella aún no se iba completamente de donde estábamos.
Al entrar al salón me encamino a donde estaba Vilu, su rostro está emocionado, tiene una gran sonrisa en el rostro e irradia luz.
—Ay por dios, ¿ya le gustas a Paulo?—en cuanto termina de decir su pregunta le tapo la boca para que no siga gritando.
—¿Te he dicho lo gritona que sos? Y no, solo que ahora creo que somos amigos—respondo, ella me lanza una mirada incrédula y ríe para después seguir mirando sus apuntes haciendo creer que está estudiando.
Durante todas las clases, no pude evitar mirar de reojo a Paulo, algunas veces cruzábamos miradas, y al finalizar la clase salí como si no fuera pendiente a donde se iba Paulo pero el camino detrás de mi y se puso a mi lado, siguió caminando en silencio hasta que llegamos a una mesa y ni el ni yo dijimos nada.
—Peli teñido...—lo llamó groseramente pero el solo puede reír, que más le queda.
—Dime, enana—se ríe de mi estatura, no es algo nuevo, todo el mundo lo hace.
—¿Te gustan las galletas con chispas de chocolates, o de cualquiera?—mi voz suena un poco rápido, y a la vez nerviosa.
—¿Hablaste con mi hermana o algo?—mi cerebro parece no entender a lo que el ríe y aclara: —es que me encantan las galletas con chispas de chocolate, son mis favoritas.
—Ah, que bien porque, estás invitado a mi casa a comer algunas—el abre los ojos y parpadea varias veces.
—Claro que si, ahí estaré, ¿a que horas?—responde.
—Las ocho está bien—el asiente reiteradas veces y sus ojos se ven más brillantes que nunca antes.
Al llegar a casa lo primero que hago es contarle todo a Violeta y después limpiar un poco mi casa para que no sea un desastre. Mi madre tendrá turno extra en su trabajo y mi hermana me vendrá a visitar pero hasta mañana así que tengo toda la casa para mi sola hoy.
Apenas estaba sacando los materiales para hacer las galletas pero alguien toca el timbre de la puerta, sin previo aviso, Paulo estaba parado en la puerta esperando a que le abriera; limpie todo lo más rápido que pude e intente verme bien, esperando lo peor de ese momento abro la puerta y en cuento Paulo me ve, sonríe, con esa sonrisa que me encanta demasiado.
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I'm back yEAH!!
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Helga ━ paulo londra
Fanfikce➳H E L G A | Esconder mis sentimientos no me ayudo en nada, el nunca se va a fijar en la chica que le hace bullying. Luz está enamorada de Paulo desde que lo conoció pero le da miedo expresar lo que siente y sus nervios le ganan siempre que tiene al...