NARRA LUZ.
—¡Luz, tráeme las luces led de la caja de allá!—grita Violeta desde arriba de una escalera muy alta que realmente me da miedo, ella es arriesgada y aunque yo le hubiera dicho que no se subiera, no me escucho.
—Voy—me acerco a la caja y las saco mientras escucho unos pasos que se acercan a mi.
—Hola, ¿las ayudó?—pregunta Paulo con Piero y Alan a un lado el.
—No, así estamos bien—dice Vi desde allá arriba.
Le llevo las luces y los chicos se quedan allí, en el gimnasio, a jugar basquetbol.
—Aún no se porque acepté ayudarte a arreglar el gimnasio para el baile—digo desde abajo.
—Ay, ya nos falta poco—dice sin mirar abajo para no perder el equilibrio.
Pasan diez minutos hasta que Violeta se baja de las escaleras y descansa un poco pero aún nos falta arreglar unas cosas.
—¡Tengan cuidado!—grita ella a los chicos que estaban a punto de golpear la mesa de dulces con la pelota.
—¡Ya, ya! mejor hay que ayudarlas—dice Piero, quien se acerca a nosotras.
—Bueno, si nos van a ayudar no hay que perder el tiempo—dice Vi—hay que separarnos las actividades.
—¿Que hago yo?—pregunta Alan.
—Vamos por el "bienvenidos" que voy a poner en la entrada, y Piero, vos trae la bola de disco que está en los vestidores.
—¿Y yo?—pregunta Paulo.
—Vos, ayuda a Lu a terminar de poner las luces, porfa—objeta y yo me levanto rápidamente.
—¿Que? Yo ni loca me subo a la escalera esa—espeto y Vi, quien ya iba para afuera con los chicos se da la vuelta.
—Será poco, aparte "Paulito bebe" te va a ayudar—hace ademán de comillas con los dedos y Paulo rueda los ojos.
—No me llamen así—se queja.
Vilu y los chicos salen por las cosas y me quedo con Paulo, sabiendo que esto es plan de Vilu para que me quede a solas con el; desde que le conté todo no para de hacerme burla o a veces quiere hablar de él conmigo, cosa que en realidad no me molesta pero lo hace para joderme.
—Bien, vos solo agarra la escalera para que no me caiga y cuando yo te diga me pasas la otra parte de las luces—le indico y el se limita a asentir con la cabeza.
—¿Te ayudó a subir?—dice e intenta tomarme de la cintura pero me muevo bruscamente para impedirlo.
—No, así estoy bien—sigo subiendo los angostos escalones de la escalera hasta llegar a el último.
Me pongo a arreglar las luces y al terminar, Paulo no hace nada más que tomar la escalera con fuerza.
—Paulo, me pasas la otra parte—digo sin hacer ningún movimiento para no perder el equilibrio.
—Sip, ya voy—dice y busca en la caja por un rato pero no las encuentra—¿en donde están?—pregunta y me giro para indicarle donde, pero mi pie se mueve y al no tener las manos en algo para agarrarme, me tambaleo hasta perder por completo el equilibrio y caer.
Cierro los ojos y escucho que Paulo grita mi nombre, toco el piso con mi espalda y siento un golpe en mi cabeza para luego quédame profundamente dormida.
[...]
Siento unas manos suaves haciéndome mimos en el cabello, una respiración conocida y al abrir los ojos me encuentro con el rostro de Paulo a un lado de mi.
—Ammmm—es lo único que puedo decir.
—¿Te duele algo?—pregunta Paulo y me alejo un poco de el para que me deje de hacer mimos.
—No, ¿si me caí feo?—pregunto y Paulo sonríe.
—Si, pero agradece de que un caballero estaba ahí para ayudarte—dice y se pinta una pequeña sonrisa en el rostro.
—Gracias cara de pan—digo y Paulo frunce el ceño.
Se hace hacia atrás en la silla en la que estaba sentado y empieza a tararear una canción, que luego pasa a cantar con ritmo.
Finalmente te encontré, tus besos y el cafuné, me enamoré de tu alma.
—¿Cafuné? ¿Que es eso?—pregunto.
—Así se le llama a los mimos que te hice en el cabello—dice y sigue cantando.
—Ah, voy a buscar la canción después.
De pronto, escucho la puerta de la enfermería abrirse y una voz falsa y aguda dice: —Paulito bebe, supe que estabas en la enfermería y me preocupe—dice Melissa.
—Mel, yo estoy bien, pero a Lu me duele la cabeza, ¿podes guardar silencio?—pregunta.
—Está bien, te espero en la salida—dice y se va.
—Melissa, está muy enamorada de vos, Paulo—le digo.
—Pero a mi no me gusta—dice y siento un gran alivio en mi corazón.
—Pero es linda, deberías invitarla al baile—contesto con todo el dolor de mi alma.
—Pero yo quiero invitar a alguien más—replica con dulzura en su voz y se acerca a mi.
—¿A quie...—no terminó de decir la pregunta, cuando los labios de Paulo se juntan a los míos con un beso que para nada me esperaba.
—A vos—dice cuando se separa de mi.
—Paulo, ¿que te pasa?—digo y el frunce el ceño—no me vuelvas a besar.
Intento contener las lagrimas pero me es imposible.
—Pensé...pensé que no te molestaría—dice con tristeza en el rostro y voz.
—No ves que a mi no me interesas, ¿sos tarado? Que asco besarte, no lo vuelvas a hacer ¡jamás!—grito y salgo de la enfermería dejando a Paulo sin palabras.
Aún me sorprende que Paulo me besara, más bien parece que el se callo y se le borro la memoria y no recuerda que esta chica le ha hecho bullying por toda su vida solo porque quiere esconderle sus sentimientos.
Y es otra razón de las tantas que hacen que Paulo me guste; el no me guarda rencor y tampoco se ha vengado de mi por todo lo que le he hecho, es una persona que irradia luz y me transmite paz, aunque no pueda demostrar que el me transmite tantas cosas buenas. Me duele mucho no poder decirle lo que siento y es horrible porque tengo que reprimir todas las cosas que quiero decirle.
Trato de desahogarme escribiendo pero me sentiría mejor si le mando las notitas, aunque sería ya muy evidente que siempre que me pasa algo con el, le llegue una notita.
Solo se que va a haber un punto en el que ya no le voy a poder ocultar todo, y solo quiero que no suceda ese momento.
✧✦✧
este si esta largo xd
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Helga ━ paulo londra
Fiksi Penggemar➳H E L G A | Esconder mis sentimientos no me ayudo en nada, el nunca se va a fijar en la chica que le hace bullying. Luz está enamorada de Paulo desde que lo conoció pero le da miedo expresar lo que siente y sus nervios le ganan siempre que tiene al...