—Tienes una cara horrible—dice Karmi entrando en el laboratorio un martes por la mañana.
Hiro alza la vista del circuito en el que está trabajando y la mira con fastidio.
—Señorita directora, muy buenas tardes. Verá, esta cara es el resultado de la abstinencia. Toda una tragedia, ¿no cree usted?
Karmi se ha esforzado mucho. Incluso Hiro tiene que admitirlo, aunque jamás en voz alta. Terminó su doctorado tres años atrás, al igual que él, y en tan solo dos años consiguió ser la directora de la universidad. Hiro ha propuesto que conviertan el despacho de Karmi en un centro de reunión. Meter un televisor gigante, un microondas para las palomitas y verse con Kyle, Gogo y Rachel (una amiga de Kyle desde la escuela media) allí para perder el tiempo. Pero, como era de esperarse, la chica se niega rotundamente a permitirles invadir su lugar de trabajo.
— ¿La abstinencia, en serio? —Karmi alza una ceja— ¿Ahora me vas a decir que no cogiste apenas esta noche?
—A veces creo que me espías, K—Hiro se pone de pie y avanza hasta donde esta ella— ¿Vamos por un café?
Karmi no le responde, pero sale del laboratorio y comienza a avanzar hacia las escaleras.
—Es por el maquillaje. Solo dejas que te golpeen en la cara cuando acabas de coger con ellos.
Hiro se ríe y se encoge de hombros.
—Abstinencia de ser yo mismo—explica Hiro—. Ya sabes, la ropa y todo eso. La forma de hablar, de caminar. El closet, mi querida amiga, es un lugar oscuro y falto de glamour. El closet es... esta ropa horrenda que traigo puesta.
Hiro se señala a sí mismo y Karmi ríe negando con la cabeza. Hiro esta vistiendo un traje café. Sí, es un traje sastre a medida que cualquier heterosexual se moriría por tener. Hiro no, Hiro lo odia. La única forma de mejorar, aunque sea un poco, su horroroso atuendo, seria subiéndose en unos tacones de diseñador. Solo unos tacones de diseñador podrían reparar semejante atrocidad. Sin embargo, Hiro siente sus talones demasiado cerca el suelo, envueltos en esos aburridísimos zapatos hechos en serie.
—Deberías darte una escapada—le dice la chica al tiempo que llegan a la planta baja—. Te acompañaría, pero mañana yo sí trabajo. Además, ya sé que voy a terminar quedándome sola.
—El problema no es escaparme, tonta, eso ya lo hago—le reclama Hiro—. El problema es usar esta ropa horrenda el resto del tiempo y tener que fingir esta tontería de ser heterosexual. Tengo que irme en estas fachas al bar y andar cargando la estúpida maletita a todas partes para cambiarme después.
Karmi suspira. Entran a la cafetería. Interrumpen su plática mientras piden un capuchino cada uno y galletas para compartir. Luego avanzan hasta una mesa.
—Solo tienes quehacer eso en tu casa, ¿sabes? —continua Karmi como si nada.
—Tadashi podría verme—Hiro toma cuatro sobres de azúcar, los abre juntos y los vierte en su café.
— ¡Tadashi nunca sale de tu casa!
— ¿Y qué pasa si lo hace? ¿Qué tal si un día se le ocurre salir a dar un paseo y me encuentra en la calle vestido de perra y caminando sobre un arcoíris?
—Del brazo de uno de tus Sugar Daddys.
—No ayudes, bruja—Hiro toma más sobres de azúcar.
Karmi ríe y niega con la cabeza. Luego suspira.
— ¿Por qué no vas a casa de Kyle desde hoy, consigues algo de ropa, te diviertes y vuelves a casa de Kyle? De cualquier manera, estarás con él todo el día de mañana. Aunque, también puedes ir saliendo del closet, ya sabes, es más sencillo que andarte escondiendo.
ESTÁS LEYENDO
Viva las Gaygas
FanfictionTadashi Hamada lleva 10 años en coma. La vida de Hiro es una antología de rebeldía, sexo, vicios y excesos que solo empeoró cuando terminó su relación con Miguel dos años atrás. Kyle se ha encargado de no dejarlo hundirse por completo, pero ha tenid...