Viva las Gaygas

24. ¿Qué estás haciendo Rivera?

Marco llega por la tarde a casa directo de la escuela, avienta la mochila al sillón y sube arrastrando los pies hasta su habitación. Justo como espera, Miguel está tumbado en su cama boca arriba mirando el techo con cara de no querer existir. Suspira. Apenas abrió la puerta pudo sentir toda la oleada de sentimientos que vienen desde su hermano.

Confusión, hartazgo, ansiedad, tristeza... ni siquiera podría enumerar todo lo que siente venir desde Miguel. Todo se apila con su propio malhumor y de repente lo único que quiere es echarse en la cama y mirar al techo. Así que lo hace, se tira en la cama al lado de su hermano y se deja perder en sus pensamientos. En cuanto se acuesta siente al otro darse la vuelta y darle la espalda. Marco suspira de nuevo.

Agradece en silencio que el hermano del idiota del ex de Miguel ahora trabaje en la zapatería, les ha dado bastante tiempo libre desde que llegó. Aunque probablemente en este momento no le iría tan mal tener algo que hacer. Se siente demasiado extraño estar en casa a esta hora. Lleva semanas yendo al Zuǐ Lóng en cuanto acaban las clases.

Pero hoy no, es miércoles, el día de descanso de Kyle. La semana pasada lo pasaron juntos en el centro comercial comprando cosas para Donna, paseando por las tiendas viendo ropa y luego

pasaron por un helado. Ugh. Siente el estómago revuelto y la cara caliente de solo acordarse.

Seguro que Kyle no se dio cuenta, bueno al menos eso está rogando, pero todo ese día estuvo... nervioso. TODO fue culpa de Chema y esa maldita facilidad suya para meterle ideas a la cabeza. Si hay algo que no tiene su hermana, es un pelo de tonta. Marco ha sido especialmente cuidadoso en no dejar que sus hermanos se enteren que es amigo de Kyle. Miguel está tan metido en su depresión que en realidad no le pone atención, pero Chema sospecha que está ocultando algo.

Ha intentado despistarla diciendo con tono travieso que va a salir a divertirse y soltando casualmente nombres de chicas y chicos al azar. Eso podría funcionarle si saliera solo por las noches como siempre lo ha hecho. Funcionaria si acabando sus clases fuera a su casa y no saliera hasta la noche. Si al menos pisara su casa para cambiarse de ropa. Sin embargo, muy a su pesar, no lo hace.

Se les ha hecho una rutina. Va al restaurante de Kyle apenas acaban las clases y espera a que termine de trabajar. Normalmente se queda en alguna mesa en el fondo leyendo, estudiando, escuchando música o componiendo. Cuando está más tranquilo y hay menos clientes se queda en la barra de la cocina platicando amenamente con Kyle o con Rachel. Luego cenan algo rápido juntos, acompaña a Kyle a cambiarse a casa de su madre y se van al bar. Nunca llega antes de media noche a su casa, tiene suerte de que sus clases sean después de medio día porque así puede dormir como es debido.

Chema claro que ya dedujo que todo ese tiempo fuera lo pasa con una sola persona, por suerte no sabe aún con quién. No quiere que nadie sepa de él y Kyle, si sus hermanos se enteran, nunca se callarían con que son novios cuando claro que no es así. Marco Rivera no tiene novios ni novias, solo ligues y sexo. No quiere una relación. Ha visto cómo acaban y sabe muy bien que no quiere pasar por ello. Mierda, solo tiene que voltear a su lado en la cama para ver el ejemplo más claro del porqué enamorarte de alguien es malo.

Además, Kyle es solo su amigo. Solamente salen como amigos. O eso es lo que creía hasta que Chema fue a meter su cuchara.

La semana pasada cuando iba saliendo para encontrarse con Kyle en el centro comercial, Chema lo detuvo, lo miró de arriba abajo y luego le dijo con una sonrisa traviesa: "Vaya que te arreglaste para impresionar, suerte en tu cita".

Cita. Cita. Cita.

Sintió la necesidad urgente de corregir a su hermana y gritarle que no era así, que solo iba a una amistosa salida de amigos con su amigo y que él siempre se viste impecable y perfecto así sea para ir al Oxxo. Claro que no iba a servir de nada y ni siquiera se molestó en hacerlo.