Hiro llega al departamento de Kyle cerca de las cuatro de la madrugada. Avienta su chaqueta y su bolso sobre el sillón y arrastra los pies hasta la habitación. Adentró, se saca toda la ropa y se escurre entre las sábanas hasta quedar acostado de frente a Kyle. Según Hiro, no debe llevar ni una hora dormido, tal vez ni media.
—Kyle despiértate—Hiro lo toma del hombro y lo sacude suavemente.
Como era de esperarse, con el sueño tan pesado que tiene, Kyle apenas se queja. Hiro sabe que debe ser un poco (o bastante) más brusco con él, pero simplemente no puede. Hay algo dentro de él que se oprime ante la idea de despertar a Kyle. Pero sigue caliente a pesar de todo por lo que acaban de pasar y necesita que Kyle lo ayude con eso.
Hiro lo sacude con más fuerte.
— ¡Kyle! —alza más la voz, aunque la vedad es que sigue hablando suavemente.
Kyle abre los ojos y parpadea desorientado por un momento.
— ¿Hiro? —pregunta arrastrando las palabras.
—Despiértate, tengo ganas de coger.
Kyle frunce el ceño y aparta la mano que Hiro tiene sobre su hombro.
—Mañana, tengo sueño—Kyle toma las sábanas y se tapa mejor con ellas.
—Pero tengo ganas ahora—se queja Hiro sacudiéndolo sin consideración. Ya esta despierto, ya no le entra (tanto) remordimiento.
Kyle se encoge entre las sábanas mientras Hiro lo mueve. Al final, se desespera, aparta las sábanas y abraza a Hiro para que deje de molestarlo. A Hiro le cuesta un momento asimilar que Kyle lo acaba de aprisionar contra su pecho. Aunque cuando alza la vista, descubre que se ha vuelto a dormir. Perfecto.
No tiene corazón para despertarlo de nuevo, así que simplemente suelta un suspiro resignado y se acomoda mejor entre sus brazos para intentar dormir un poco.
.
El miércoles, el día que Kyle se da un descanso del trabajo y deja a Jane, su su-chef, encargado de la cocina, Hiro ya está fastidiando desde temprano en el departamento. Aunque temprano es un decir, ya que Kyle suele levantarse pasado el mediodía.
—Ya te dije que dejes de comer esas cosas—reclama Kyle.
Se acaba de despertar y lo primero que se encuentra al salir de la habitación es a Hiro. El muy chulo se ha instalado en el sofá con un bol lleno de osos de gomita y la repetición de las noticias matutinas en la televisión. Kyle aún se maldice internamente por nunca haberle pedido las llaves de vuelta el día que terminaron. Aunque lo cierto es que se las dio desde mucho antes de salir.
—Es mi maldito día libre. Haré lo que yo quiera y comeré lo que quiera—responde llevándose un puñado de gomitas a la boca.
—Sí, pero esa mierda la comes todo el tiempo.
Hiro se encoje de hombros y sigue comiendo.
—Dejaré el azúcar el día que tú dejes el tabaco.
—Sabes que no esto no funciona así.
—Pues si ya lo sabes, deja de pedirme imposibles.
— ¿A qué hora llegaste? —le pregunta pasando del tema.
—Como a las cuatro.
—Por favor, dime que dormiste algo.
—Dormí contigo idiota—le reclama Hiro echándose otro puñado de gomitas a la boca—. Te dije que cogiéramos, pero no quisiste. Luego me abrazaste y te quedaste dormido.
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Viva las Gaygas
FanfictionTadashi Hamada lleva 10 años en coma. La vida de Hiro es una antología de rebeldía, sexo, vicios y excesos que solo empeoró cuando terminó su relación con Miguel dos años atrás. Kyle se ha encargado de no dejarlo hundirse por completo, pero ha tenid...