Los Rivera

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Hola, chicos!!!

El día de hoy venimos a presentarles a un personaje nuevo al que queremos muchísimo.

Esperamos que lo amen tanto como nosotras ✨💖💕

Con ustedes, José María (Chema) Rivera:

Mil gracias a Kalatl (N3rdx) por este hermoso arte ❤❤❤

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Mil gracias a Kalatl (N3rdx) por este hermoso arte ❤❤❤

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José María Rivera era el mayor de sus hermanos y de todos sus primos. Conejillo de indias por excelencia, único nieto hasta los 2 años e hijo único hasta los 9. Interesado en los zapatos desde los 7. El orgullo de la familia y niño consentido hasta que se le comenzó a notar lo maricona a los 11. Y luego todo a la mierda.

Chema no recuerda realmente la época en la que fue el único niño de la casa. Lo que sí, es que tiene vagos recuerdos de su primo Abel en los brazos de su tía Carmen. Al principio, el bebé le daba curiosidad y luego molestia, porque nunca paraba de llorar. Pero Abel creció y, mientras más crecía, más fácil era lidiar con él y, sobre todo, más fácil era jugar con él. Estuvieron así por unos años. Solo Abel y él en la casa. Y la nieta de Doña Lupita, la mejor amiga de su Abuelita. La niña se llamaba Hilaria y a veces iba a jugar con ellos a la casa. Pasaba tanto tiempo juntos, que comenzaron a considerarla como otra prima. Además, era la mejor amiga de Chema.

Cuando Chema tenía 6 años, Hilaria 5 y Abel 4, nació Rosita. Chema miraba a la bebé de lejos, torcía una mueca de desagrado y se iba a jugar. En aquel entonces, todos tenían una habitación propia, incluso la bebé. El problema había sido que dos años después, cuando Chema estaba por cumplir 9, nació Marco, su primer hermanito. Sus padres metieron una cuna a la habitación de Chema y acostaron al pequeño engendro en ella. Era horrible tener que compartir su espacio con él, tener a su madre ahí metida todo el tiempo y escuchar llorar al bebé por las noches. Además, sus padres ya no le prestaban la misma atención que antes. Consideró muchas veces perder al niño, regalárselo a alguna señora en el mercado o algo así. Pero sabía bien que sus padres no se lo perdonarían jamás.

Para buena o mala suerte suya, su madre se embarazó de nuevo en menos de un mes y al año siguiente Miguel estaba naciendo. Como era más fácil tener a los dos bebés en una habitación, mandaron a Chema con Abel y dejaron a Miguel con Marco. Chema estaba enojado por perder su habitación de toda la vida, pero al menos soportar a Abel era mucho más fácil que lidiar con los bebés.

De los primos, las únicas felices por los bebés eran Rosita e Hilaria. En parte porque a ellas no la habían sacado de su habitación ni habían invadido su espacio. En parte porque eran unas niñas cursis que tenía demasiado romantizado el asunto de los bebés. Además, Rosa estaba muy pequeña y creía que ahora tendría alguien mejor con quien jugar porque era mucho más pequeña que los demás y a veces la corrían. E Hilaria, por su parte, ni siquiera vivía con ellos y no tenía que andar soportando los chillidos por las noches.

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