Capitulo 6

222 10 2
                                    

Luna 

Aparco el auto con toda la tranquilidad que mi estado me permite. Mis nudillos están blancos y las manos me duelen por afirmar tan fuerte el volante. También me duelen los pies, lo que me sorprende, porque tomando en cuenta que no recuerdo haber apretado otra cosa que no fuera el acelerador desde que dejé a Victoria, mi pie tendría que estar relajado.

Algo había salido mal en esa cabaña, no entendía como, pero algo había salido ridícula y estúpidamente mal.

Comenzando por el hecho que fue mi madre quien escribió ese artículo.

Lo recordaba a duras penas, había sido el año pasado. Recordaba que papá estaba especialmente interesado en la historia de mamá ya que le serviría para su nuevo libro, o algo así. No lo leí, ese año fue un tanto ocupado para mí. Aun así, sin haberlo leído, había algo que no lograba cuadrar con lo que Eric decía…

Cuando entro a la casa lo primero que siento es a mi padre y hermano lanzase encima mío lloriqueando sobre algo de la cocina.

- ¿Qué…?

- Lo siento, ¿Sí? Hija, mira, yo… Es que el pan… Y tu madre… - Levanto una ceja sin entender y de pronto el olor a pan quemado me llega a la nariz y me apresuro a la cocina dejando a mi hermano y padre atrás, esperando que sólo sea idea mía y que por favor no se hayan metido a la cocina de nuevo.

- Oh… Yo no limpiaré esto. – Es lo único que digo antes de darme vuelta y encarar a los dos integrantes masculinos de mi familia. A Benjamin no le recrimino nada, él es un niño de 5 años nada más. Mi papá acá es el responsable de que en el suelo de la cocina haya huevo revuelto y un huevo crudo también, y que haya pan quemado en la tostadora. Y definitivamente es su culpa que la olla con arroz que dejé hoy en la mañana ahora esté dada vuelta sobre los radiadores. – Mira papá, hoy tuve un día terriblemente agitado. Quiero descansar y hacer nada. Limpien ustedes por favor. Yo pediré pizza a domicilio por mientras…

Los ojos azules de mi papá me atraviesan, escudriñándome. Me empiezo a sentir incomoda, porque de alguna manera siempre me ha inquietado esa mirada de mi padre, es tan intensa, tan fuerte que hace que quieras dar un paso atrás. Yo sé que no lo hace con intención, él sólo evalúa cuales pueden haber sido mis problemas hoy día y si puede sacar de eso una historia.

Al parecer se dio cuenta que la cosa era seria, porque el sonrió de manera despreocupada, como siempre hace y miró a Benjamin:

- Bien Ben, vamos a hacer trabajos de chicas.

- Pero papá… Mooni siempre lo hace… - Él hace un puchero y se cruza de brazos. Río entre dientes y me inclino hasta quedar casi su altura.

- Vamos enano, ¿no me digas que no puedes hacer algo que yo sí puedo hacer? – Sus ojos brillan, reconociendo la competencia y se adentra en la cocina decidido. Me levanto y miro a mi padre. Él parece preocupado. – Papá… Santo cielo, necesito tu ayuda… Rápido…

- ¿Qué ocurre cariño? – Pregunta él, frunciendo el ceño. - ¿Qué te pasó? Luces como un fantasma…

- Eric Stone… ¿Lo recuerdas? – Pregunto casi esperanzada de que él no lo recordara. Me sentía asustada de algo que aún no sabía. Era ridículo, pero inevitable al mismo tiempo. Ese chico me había inquietado demasiado. No quería ser descortés, y él era simpático… Pero algo iba mal.

- Claro. Tu madre escribió de su caso, ¿No? Recuerdo que la ayudé a conseguir información…

Mí respiración se torna dificultosa, y noto que me estoy hiperventilando. Eso no es bueno Luna, puedes desmayarte.

Tormentos Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora