Capitulo 12

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Luna

¿Confesión? Perdí todo mi ataque de valentía en cuando desaparecí del campo visual de Tori, y mis rodillas temblaron como las de un potrillo recién nacido.
¿Confesión vergonzosa? Noah tuvo que sostenerme todo el camino hasta mi clase de biología.
- No tienes por qué ayudarme, puedo caminar sola. – Comento en algo no más alto que un susurro, él bufa por lo bajo y afirma el agarre en mi cintura.
- Ya, cuando puedas bailar ballet de nuevo te soltaré Luna. – Quiero soltar un bufido y un comentario sarcástico, pero por esta vez, prefiero mantenerme callada.
- Gracias Noah… Tu decidiste ayudarnos y…
- No me hiciste caso. Te pedí a ti y Victoria que no se involucraran. – Dirigió su mirada chocolate a mí y temblé un poco. Bien, pensé, has hecho enojar a Noah, nuevo logro desbloqueado Luna.
- Bien, mira, yo no puedo dejar que algo malo le pase a alguien cuando puedo intentar detener al asesino. – Él se queda en silencio un poco y a lo lejos del pasillo veo la puerta de mi clase. El corredor está vacío, ya que todos están en sus salas, y a la velocidad con la que avanzamos Noah y yo posiblemente no lleguemos este siglo.
- Sabes, yo soy el que debería pensar así, digo, mi padre piensa muy parecido a ti, pero lo único en lo que realmente pienso es que estoy al borde de una crisis nerviosa. – Noah mantuvo la mirada en mí y pude estar segura que era lo más sincero que me había dicho jamás.
- Yo también, pero no puedo dejar esto… Además Sireno-man. – Él hizo una mueca de disgusto. – Los periodistas son casi tan arriesgados como los policías.
Él sonrió débilmente: Creo que eres la persona que más admiro Luna Gray.
Solté una risa suave: Creo que eres la persona más irritante que conozco.
- ¿Por qué me odias Luna? – Preguntó él, la puerta estaba tan cerca. – No lo sé, nunca lo he entendido… La primera vez que te vi, eras mucho más linda conmigo…
- Bueno Sireno-man. – Me solté de su agarre una vez y lo miré a los ojos, encogiéndome e hombros. – Tal vez ser linda no es mi naturaleza. Tal vez, simplemente estoy siendo real contigo.
Entre a la sala, dejándolo atrás sin siquiera dirigirle una mirada. Dioses, santo Poseidón, ESO había sido muy vergonzoso.
Cuando entré la profesora me miró curiosa, pero no dijo nada. El resto del día no tuvo nada demasiado especial. Me la pasé cerca de Tori, planeando lo último de nuestro loco proyecto. Luna, tendrás que robarle a tus padres. Lo siento chicos, pero yo no tenía hacer algo para evitar más muertes, siempre que estuviera en mis manos yo tenía que hacer algo.
Ese día me fui sola a casa. Y desde hace mucho tiempo, conduje lo más legalmente que pude. Cuando llegue, como esperaba, no había nadie. Eso está bien, pensé, amigo de arriba, por favor no hagas que mis padres lleguen antes de tiempo…
Subí al estudio, aún con la mochila al hombro. La lance a mí habitación cuando pasé delante de ella, y me adentre en el territorio perdido de las investigaciones de Mamá.
Ese lugar era terrible. Siempre estaba desordenado, con miles de carpetas abiertas y a medio estudiar, con librerías llenas de kardex de sus investigaciones anteriores, todos ordenados por años y meses de investigación. Cada carpeta con los detalles hasta más minios de la investigación. Cosas que se conseguían de manera legal e ilegal, en el periodismo sólo importa una cosa, ser el primero. Siempre, tener la información primero, sin importar los medios. 
Por tanto, todo lo que estaba ahí era total y completamente prohibido.
Bien, busca el año, la investigación, toma las fotos y listo. Me dirijo al kardex del año anterior, y la carpeta más repleta es la que tiene la simple tabulación de “Caso Stone”. La saco y la dejo sobre el piso, sentándome a un lado de la carpeta y mirándola por un par de minutos sin atreverme a hacer las fotos.
Tiemblo un poco y tomo el móvil, esperando que su resolución sea suficiente. Mis manos tiemblan un poco, así que las primeras fotos no están siquiera enfocadas. Son unas 40 hojas por lo bajo de investigación, llenas por ambos lados de notas, fotos, archivos policiales, información fiable y poco fiable. A cada foto que aparece siento un retorcijón en el estómago, ya que todas son víctimas de traficantes de órganos, y como esperaba, mi madre casi logró obtener la verdad. Sólo faltaba una pieza, una sola no encajaba. Los órganos de Eric Stone están donde deberían. Yo tampoco lo entendía, ¿No que Eric había dicho que su padre le había quitado sus órganos luego de matarlo? Había algo que no encajaba, pero no me detuve a pensarlo, yo sólo seguí pasando páginas, preocupándome de que las fotos salieran lo suficientemente enfocadas.
Lo peor fue el final.
Faltaban solo un par de hojas, unas simples 4 fotos cuando las vi. Las fotos de la autopsia de Eric Stone. Mis estomago se revolvió al ver su rostro tan pálido, sus ojos cerrados y sus labios morados, algo tan típico de la muerte en alguien que aunque no lo estaba, parecía tan vivo para mí. Había una del momento de su muerte, ensangrentado, con el cuerpo abierto.
Me levanté y corrí al baño, vomitando todo lo que había comido en el día. Cuando terminé me limpie la cara y tire la cadena. Me acurruqué junto a la ducha, haciendo nada, simplemente esperando que los escalofríos dejaran de sacudirme.
Quería llorar, quería gritar, quería desesperadamente ayuda, pero no podía pedir ayuda a mí madre o a mí padre, ellos no querían que estuviera en esto, y lo habían dejado en claro. La voz de mí mamá resuena en mí cabeza: Debo advertirte que están en un terreno peligroso.
Me levanto con cuidado, para evitar marearme. Con lo poco de valor que me queda me acerco al folder que está en el suelo y le tomo las últimas fotos. Lo cierro, preocupándome que todo quede como estaba antes y lo guardo, procurando que quede lo más parecido que como cuando lo saqué.
No vuelvo a tocar mí móvil en lo que resta de día.

Tormentos Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora