Luna
Escucho mis propios pasos sobre la madera del piso de la casa de Stone, el ruido me molesta y los guantes en mis manos quedan grandes.
Algo malo está por pasar.
Lo presiento, pero de todas maneras, ¿Qué cosa buena podría pasar al ingresar a la casa de un asesino-roba-órganos? Me detengo en una puerta que está cerrada. Ya he pasado por dos habitaciones, y en ambas solamente había camas. Ahora es distinto, la puerta está cerrada y cuando intento girar la manilla, descubro que tiene puesta la llave. Me toma tres segundos decidir cómo abrirla. Siempre tengo cargo con mi tarjeta de crédito (tarjeta de emergencias realmente), y la verdad, sabotear una puerta con una tarjeta es bastante fácil. Cuando por fin logro abrirla, me quedo quieta unos segundos. Mirando todo.
Un mapa.
Un gran mapa ocupa todo el lugar, y tiene algunos lugares marcados con plumón, y una buena cantidad de fotos pegadas encima. Antes de darme cuenta siquiera tomé la cámara y saque cuanta foto pude. Todos los círculos eran con plumón negro, excepto uno, que estaba con rojo. Era en Nueva York, y pensé que era irónico que de todas las cuides, esa precisamente estuviera en ese color. Había un escritorio también, con muchas cosas anotadas en hojas al azar, una tenía un número de teléfono escrito, nada más. Le tomé una foto, y todo fue bien hasta que llegó Noah, con la respiración agitada y la mirada preocupada.
- Te toca conducir Gray, hay cámaras.
Me tomó de la muñeca y me jaló fuera de ese lugar, al tiempo que hacía lo imposible por cubrirme el rostro con el cabello.
- Bajo cualquier otra situación no te dejaría conducir conmigo en el mismo auto, pero ahora…
- Cierra la boca Baker. Me irritas. – Cuando llegamos abajo Noah me pasa las llaves del auto y entro a toda prisa, y antes siquiera de darme cuenta ya estamos todos en la carretera y el velocímetro está en sus 140 y subiendo.
- Baja la velocidad, nos vas a matar todos. – Dice Noah en el asiento de atrás. Quiero gritarle que se cierre esa boca que tiene y me deje conducir, pero Tori se me adelanta.
- Entre más distancia entre nosotros y esa casa, mejor. – Comenta con voz tranquila mientras revisa las fotos que todos tomamos. Yo asiento con la cabeza y sigo conduciendo, pensando en ese gran mapa cuando escucho a Tori silbar a mi lado impresionada. – Lindo mapa, ¿cierto?... Espera… ¿Por qué le tomaste foto a un número de Oregón? Porque la extensión de allá es 503, ¿cierto? ¿Pero qué hay con ese número 1 al inicio?
- ¿Qué numero es? – Pregunta Eric con un tono entre curioso y esperanzado, y yo ya estoy casi segura del porque su voz tiene ese tono. – Puede que sea el número de mi abuela…
Noah, quien está sentado atrás mío, sujeta mis hombros con las manos, aprovechando el espacio que hay entre el respaldo y la cabecilla del asiento, y si no fuera por mí experiencia conduciendo, posiblemente hubiésemos tenido un feo accidente.
- Pero que… ¡Idiota! ¿Qué se supone que estás haciendo grandísimo imbécil? – Chillo molesta, y a mi lado Victoria frunce el ceño, recién noto que un auto por el lado contrario de la carretera avanza casi con la misma velocidad que yo. Y no lleva patente, lo que puede significar, A) Es un corredor ilegal, B) Es un mafioso.
Levanté las luces tres veces, esperé un poco, dos veces. Respondieron de la misma manera y sentí como mi alma volvía a mi cuerpo. Eran corredores, cuando les dije a los demás pude sentir como el ambiente se tornaba nuevamente tranquilo… Bueno, tan tranquilo como podía estarlo. Tori le había pasado la cámara Eric, y él ahora se la entregaba de vuelta.
- Bueno, tenemos noticias, ese es el número de mí abuela, pero tiene una extensión internacional… El numero 1 al inicio es lo que lo indica. – Tengo el ímpetu de voltearme, pero entes de poder llegar a hacerlo Noah vuelve a interrumpir mi corriente de pensamiento.
- Luna, ¿A dónde se supone que vamos? – De pronto, Victoria estalla en carcajadas, y me preocupo realmente de su situación, ¿habrá colapsado? Bueno, eso realmente no era probable de todas maneras. - ¿Qué pasa Tori?
- Estábamos tan preocupados en otras cosas que ni siquiera nos hemos preocupado por eso… No lo puedo creer. – Mí sonrisa se amplía, y termino soltando una risita, que sorpresivamente libera mucha tensión de mi cuerpo.
- Bueno, vayamos a mí casa, analicemos las fotos, compartamos información y de paso hago jugo de naranja. – Comento, disminuyendo de a poco la velocidad, hasta parecer un auto normal, como cualquiera de la carretera. Estamos cerca, y nadie se opone.
Cuando llegamos no hay nadie, posiblemente por el hecho de que papá debe tiene que estar en la editorial y mamá en el trabajo. No dirigimos a mi pieza luego de hacer el increíble jugo exprimido de Luna, marca registrada. Cuando llegamos Noah tiene una reacción parecida a la que tuvo Eric cuando vio mí muro de vergüenzas y victorias. - ¿Por qué tienes esto colgado?
- Porque quiero. Bien, veamos, veamos ¿Qué tenemos por acá? ¿Qué encontraste Tori? – Le pregunto, inclinándome lo suficiente como para poder ver las imagines que hay en su cámara.
- Las fotos de sus próximas víctimas… Datos estadísticos de salud tipos de sangre… Todo lo que te puedas imaginar… ¿Sabes? Creo que tu padre tiene un fetiche por las chicas jóvenes, Eric. –Comenta con una mueca y él se encoge de hombros, como restándole importancia. – Como sea, no encontré mucho más. Le tomé fotos a todos los expedientes que encontré.
- Bien, eso nos puede ayudar… Tal vez si les decimos a las familias o algo por el estilo. – Posiblemente mí voz sonó más lastimera de lo que hubiese querido, pero no podría llegar a imaginar lo horrible que debía ser para esos padres que perdían a sus hijas y pasaban toda su vida intentando buscar un indicio de ellas.
- Yo encontré una agenda telefónica. Muchos, muchos números, extensiones internacionales, y si mi memoria no me falla, posiblemente la gran mayoría hacia Alemania. – Comentó Noah, aun mirando mi esquina, como si fuese demasiado interesante como para alejarse un par de metros. – ¿Estuviste en un club de ajedrez?
- Sí, así es. – Me levanté de la cama mientras Tori revisaba las fotos de Noah y comprobaba en internet si lo que él decía era cierto. - ¿Por qué te parece tan interesante?
- Haz hecho muchas cosas. – Siguió hablando, realmente interesado en mi esquina. – Patinaje, ajedrez, ¿Y de que es ese trofeo de allá atrás?
- No lo recuerdo. Noah, me siento acosada ahora mismo, así que por favor deja de mirar de esa manera mis cosas, me siento como un fenómeno con mucho tiempo libre – Dije arrugando la nariz, y tanto él como Tori soltaron risas divertidas.
- Eso es porque lo eres fenómeno antisocial. – Dijo ella con una sonrisa de lado y yo simplemente la miré con los ojos entornados.
- Tú también eres una antisocial Victoria. – Por un momento pareciera que todo volvió a la normalidad, que simplemente somos un grupo de amigos normales, conversando de banalidades, pero las tres cámaras desechables que están sobre la cama y él hecho de que uno de nuestro grupo ya esté muerto me hacen recordar que realmente no somos precisamente normales.
Intentamos buscar resultados de nuestra arriesgada excursión a la casa de Michael Stone, pero a medida que más miramos las fotos nada nos da un indicio seguro de que es lo que hará a continuación. Quedamos estancados de nuevo.
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Tormentos Del Pasado
ParanormalEl mundo de dos chicas se pone de cabeza cuando un crimen sin resolver llega a sus vidas de la manera más inesperada posible