Tori
Luna estaciona frente mi casa y me mira fijamente por un rato antes de preguntar:
-¿Crees que pueda hacernos algo? ¿Algo grave?
-Creo que puede.-le respondo y veo como su cara empalidece un poco.- No sé si lo vaya a hacer.
-¿A qué te refieres? No creo que nos vaya a dejar tranquilas.
-Yo tampoco, pero no creo que nos vaya a hacer daño, tal vez nos moleste hasta la muerte pero no creo que de verdad nos haga algo malo.
Asiente y le da un sorbo a su café, la imito mientras pienso, de verdad no creo que nos vaya a hacer algo, pero no lo descartaría completamente, me guardo ese pensamiento y una pregunta me llega a la mente.
-¿Cómo se supone que ibas a hacer el artículo de la historia de Eric? No podrías hacer una entrevista, y aparecer con esas pistas de la nada sería bastante sospechoso.
-Pensé que lo averiguaríamos en el camino.- dijo encogiéndose de hombros.- Es una oportunidad demasiado buena para perdérsela.
Asiento dándole la razón.
-Bueno.- le digo después de minutos de silencio.- Me voy a casa mándame un mensaje cuando llegues a casa. Seguramente voy a dormir un rato, así que no creo que te responda.
-Claro, tal vez tome una siesta al llegar también, esto fue bastante agotador.-Asiento saliendo del auto.- ¿No sabes cuándo estará lista la motocicleta de tu hermano? Poder dar un paseo en ella me serviría.
-Ni idea, pero tienes el auto, puedes salir a pasear en el.
-No es lo mismo.-opina.- Sentir el viento contra tu cuerpo, y tener tu cabello a su merced no tiene igual.
-¿Sabes que más te da una sensación parecida? Las bicicletas, te podría prestar la mía.-me burlo.
-¡No! -exclama.-Ni muerta me subiré a una.- Grita mientras cierro la puerta del auto.- Ni muerta
Entro a la casa y dejo caer mis cosas, relajada por saber que no hay nadie en casa, me tiro en el sillón y cierro los ojos. Necesitaba dormir
Despierto dos horas después y decido que tengo que salir de la casa si no quiero un sermón de mi madre, subo a mi cuarto a dejar mis cosas y a cambiarme de ropa. Decida a pasar una tarde tranquila. Pasa una semana sin grandes complicaciones y sin saber nada de Eric, las cosas están tan tranquilas que Luna y yo decidimos que sufrimos algún tipo de intoxicación y nada de lo que paso en esos dos días fue real, excepto el trabajo de arte, nos aseguramos de que eso fuera cierto.
Todo promete normalidad hasta que un día vuelvo del colegio y él está en mi habitación
-Es una linda habitación.-Comenta.- Tienes muchos libros.
-Vete de aquí.- Exclamo molesta.
-No gracias, estoy bastante cómodo.
-¿No se supone que no puedes entrar a un lugar a menos que hayas sido invitado o algo?-Pregunto apoyada en la pared.
-Estoy bastante seguro de que esos son los vampiros.- Me responde.
-Bueno, no me importa en l más mínimo. Vete de mi pieza.
-No eres una anfitriona muy servicial. No me has ofrecido nada de tomar.
-Te ofrecería asesinarte.- Le digo.-Pero alguien ya me ganó.
-Que mala suerte tienes.
Lo miro fijamente por unos momentos, sospesando mis opciones. Gritarle en la cara hasta que mis cuerdas vocales se rompan parece una idea bastante placentera, pero no una muy útil. Decido que ignorarlo va a tener que servir y que salir a dar una vuelta en bicicleta ya no me parece una opción agradable, así que me siento en mi escritorio y me pongo los audífonos. Decidida a pretender que el fantasma de un adolescente asesinado no está en mi cama por más que me perturbe el hecho.
-Ignorar a alguien no es muy educado. Pensé que podríamos tener una conversación interesante.
Cierro los ojos y anulo su voz, sé que puedo hacer esto, lo hago todos los días con los gemelos y con Nik. Pero por alguna razón todavía estoy consciente de él cuando decide irse.
La tranquilidad no dura mucho, a los pocos minutos Luna me llama, tomo el teléfono y lo primero que escucho es su voz desesperada.
-Está aquí.-susurra.
-¿Qué?
-Eric.-explica.- Está aquí, en mi sillón, en mi sala de estar, en mi living, como si fuera lo más normal del mundo.
Cierro los ojos y cuento hasta diez, sabiendo bien que no va a funcionar.
-Ignóralo.-musito con voz tensa.- Solo ignóralo.
-No va a funcionar.
-Créeme.-le aseguro.-Sí, lo va hacer.
-¿Como lo sabes?
-Estuvo aquí hasta hace unos minutos.
-Okay.-Murmura.- Lo haré, espero que funcione.
-Lo hará.-vuelvo a decir antes de escuchar el tono que me dice que ya corto.
Me pregunto si se puede golpear a un fantasma, porque de verdad que tengo ganas.
Pasan dos horas antes de Luna me mando un mensaje diciéndome que Eric ya no está en su casa, y sé que no está en la mía, así que decido relajarme, por lo menos hasta mañana.
-.-.-.-.-
Cierro de golpe la puerta de mi casillero y veo el pecho del alguien, levanto mi cabeza para ver quién es y que quiere y me encuentro con una cara sonriente que me hace dar un salto hacia atrás y morderme el labio para no soltar un grito. Su risa resuena en los pasillos y miro alrededor agradecida de que solo las pocas personas que no tenemos profesor en esta hora estemos fuera de clase.
Lo miro con los ojos muy abiertos y le indico con la cabeza que me siga hacía el patio trasero.
-¿Qué haces aquí?-susurro exasperada y asustada de que l alguien lo vea.
-Decidí ver como estaba mi hermosa escuela y pasar a visitar a mis nuevas mejores amigas.
-¿Que va a pasar si alguien te ve?
-Dudo que haya mucha gente que pueda hacerlo.
-Tú no tienes idea eso.-Le rebato.
-Bueno si alguien me ve, va a sumir que soy un alumno común y corriente. Hay aproximadamente cuatrocientos adolescentes acá, nadie va a notar una más.
-Adolescentes que han vivido y estudiado juntos toda su vida, alguien lo va a notar.
-Siento decirte que la mayoría de la gente no es tan detallista como tú.
-Ok pero que pasaría si un profesor te ve y te pide tu nombre, todos los adultos saben que no un Stone adolescente en la ciudad.
-Relájate.-Me dice levantado las manos.- Ya me aseguré de que ninguno de los profesores puede verme.
-¿Te aseguraste?-repito sorprendida por las implicaciones de esa oración, decido cambiar el tema a uno que me tiene intrigada desde el principio.-Como sea, ya no importa. Lo que si me importa es que hace que haya gente que te pueda ver y otra que no.
-Te lo diría si fueras amable conmigo y me ayudaras en mis predicamentos, pero como eres molesta y mal educada no lo haré.
-Eres un niño.-Digo rodando los ojos. - Has lo que quieras solo asegúrate que nadie te vea.
-¿Por qué? Tal vez si otras personas me ven podrían ayudarme.
-Por eso mismo. No necesitamos adolescente corriendo detrás de un asesino por una venganza inu..
-Tori.- Me interrumpe una voz que me hace desviar la mirada asusta, Noah viene hacía mí con una bola de Voleyball en la mano.-¿Quieres jugar?
Lanzo una mirada hacía donde esta Eric, para darme cuenta de que ya no hay nadie. Le sonrío al chico castaño frente a mí y asiento silenciosamente.
-¿No estabas hablando con alguien?-Pregunta
-En lo absoluto.-murmuro
El resto de la semana se pasa con Eric apareciendo en los lugares más extraños y en los momentos menos esperados. Se pareció en mi sala de estar, en mi cocina en medio de mi clase de Física, en la cafetería, cuando estábamos comprando café, en medio de un presentación de historia, en la que incluso aplaudió cuando Lu y yo terminamos, de copiloto en el auto de Luna, en su habitación, en la oficina que tiene su madre en casa, cuando fue a dejar nuestro articulo al periódico. Incluso casi me mata al aparecerse del la nada, literalmente de la nada, a mitad del camino cuando estaba andando en bicicleta.
Luna y yo estamos corriendo una mañana de sábado cuando ya creo que es suficiente, este fantasma...chico...o lo que sea tiene que entender que no lo vamos a ayudar y que nos tiene que dejar tranquilas.
-¿Por qué no dejas de seguirnos?-Grito desesperada.
-Ya les dije lo que les iba a pasar si no me ayudaban.
-Podrías ser una persona decente y aceptarlo.
-Nah, no me gusta ser una persona decente.
-Entonces se un imbécil con otra personas por qué no aprecio que me hagas dudar de mi sanidad.
-¿Dudar de tu sanidad?-se burla.-Pensé que tu problema era que las siguiera.
-Me importa poco que nos sigas, lo que me importa es que me hagas pensar que debería en estar en un hospital mental…O peor que ya estoy en uno.- Digo dándome para seguir corriendo.
-Tu mejor amiga también me ve.- Me dice apuntando a Luna.
-Eso lo arregla todo, tenemos que conocernos mejor, salgamos a tomar un café.-digo levantando los brazos exasperada.- ¿Acaso puedes tomar café o te tengo que dar ectoplasma?
-Se supone que los fantasmas están hechos de ectoplasma.
-Sería feliz de darte a ti mismo de comer si me dejas tranquila.
-Técnicamente sería de beber.
Quiero gritar, quiero insultarlo pero lo único que hago es darme vuelta y ponerme los audífonos.
Lu que se había quedado callado en todo este intercambio, hablo tensa.
-Tori, tiene razón.-Dice apretando los puños.- Tienes que dejar de seguirnos por lo menos hasta que sepas lo que de verdad quieres hacer con tu vida.
-Luna.- susurro acercándome.- Ya no puede hacer nada con su vida.
Me lanza una mirada enojada y yo me callo. Veo a Eric asintiendo, por lo menos alguien aquí aprecia mi sarcasmo en momentos inadecuados
-No sé a qué te refieres.- Le contesta a mi amiga
-Me refiero a que si te quisieras vengar de verdad de tu padre ya lo habría hecho. Podrías atormentarlo como lo estás haciendo con nostras, créeme que sería suficiente.
-O podrías simplemente matarlo.-Agrego.- Todos aquí sabemos que puedes tocar objetos tangibles. No sería difícil tomar un cuchillo y asesinarlo.
-En serio, necesitas aclarar tus ideas y saber si la venganza es lo que realmente necesitas.-Dice con tono final Luna, y parece que Eric se lo toma así porque de un segundo a otro ya no está en frente de nosotras.
Lu y yo nos miramos a los ojos, preguntándonos que va a pasar de ahora en adelante y si esto significa que decidió dejarnos tranquilas.
Wings
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Tormentos Del Pasado
ParanormalEl mundo de dos chicas se pone de cabeza cuando un crimen sin resolver llega a sus vidas de la manera más inesperada posible