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Abrí mis ojos con dolor, la luz los lastimaba y mi cuerpo dolía como el infierno. Parpadee un par de veces para adaptarme a la luz, pero se me estaba haciendo difícil, parecía como si había una lámpara alumbrando directamente mis ojos.

Me rendí y los volví a cerrar, relajándome en la superficie ligeramente dura sobre la que estaba acostado ¡Pero que mier... Era una camilla de....

-Relájate, no estás en un hospital-Esa voz... Era la misma voz que escuche antes de rendirme ante los estragos que sufrió mi cuerpo. Tenía ese peculiar acento alemán al hablar inglés que me molestaba- Si es una cama de hospital, pero estas en casa de Jonathan Williams, aliado de tu jefe-escuche un clic y la luz que atacaba mis ojos pareció irse, no había luz tras mis parpados-Abre los ojos, ya apague la luz- Los abrí sin soltar palabra alguna y me encontré con una pelirroja con encantadores pechos a mi vista. La escasa luz del amanecer que entraba por la ventana a mi izquierda estaba alumbrando a medias su figura-

-¿Eres Jazmín?-arquee una ceja, reconociendo sus rasgos, comparándolos con esa imagen que había visto en mi computadora cuando me mandaron el perfil de mis aliados-

-Esa soy yo, que alegre que me conozcas, Flame. Llegaste antes de la hora, yo apenas iba llegando a la plaza cuando escuché los disparos. Me costó mucho llegar desapercibida, perdón por tardar-rodeó la cama para quedar a mi lado izquierdo y acarició mi brazo vendado, que estaba tan adolorido que ni había intentado mover- Tal vez hubiera logrado evitar esto si hubiera llegado antes... O la herida en tu espalda-Ahora que lo mencionaba, me ardía un costado, tenía sentido, dos heridas graves bastaban para perder demasiada sangre- Esos hijos de puta tendieron una buena trampa, pero pusieron a un incompetente para disparar. Claro, tú y tus habilidades te ... ¿Qué haces?-chillo al verme mientras me sentaba en la cama, sintiendo las punzadas de dolor que se producían en mi brazo y mi cuerpo entero resentía. Solo haciendo una mueca, me puse de pie y acomode mi brazo, inspeccionándolo, luego me vi la venda a mi costado derecho, cubriendo buena parte de mi espalda baja. Jazmín me estaba hartando, hablaba demasiado con un tono asqueroso, intentando seducirme o algo así- Los puntos se te pueden abrir, cuidado- advertía-

-¿Mis pertenencias? ¿Las dejaste en la estación?-ella solo negó. Señaló a mis espaldas y vi mi ropa sobre una pequeña mesa. Debía vestirme, no podía salir solo con bóxers a las calles de Alemania- Tráelas entonces, joder, debo irme.

-Flame, no puedo dejar que te vayas así, tus heridas debe sanar un poco más, apenas hace una hora estabas en la estación con una bala en tu brazo y un corte en la espalda- insistió, viéndome mientras colocaba mis pantalones con muecas de dolor. Mover mis brazos era un infierno-

-Bueno, ya no la tengo. Ahora trae mis malditas cosas y déjame largarme de este puto país, tengo cosas que hacer y mi avión sale a medio día-subí el tono de mi voz, sonando más amenazante para hacer que su jodido trasero hiciera lo que yo quería. Estaba muy enojado conmigo mismo-

-A-Ahora voy, ya vuelvo- tartamudeo, saliendo de la pequeña y bien decorada habitación en la que me habían encerrado. Mire mi camisa que era solo una bola de tela azul/negro con manchas oscurecidas por la sangre. Suspire con exasperación, no podía ponerme eso. Vi mi chaqueta de invierno y ya que no la llevaba puesta al bajar del tren, no había sufrido manchas por la sangre. Tome mis pertenencias de la mesa de noche como mi celular y otras pequeñas cosas que siempre andaba en mi bolsillo-

-¿Cómo cree ese desgraciado que lo dejaré ir?-una voz masculina sonó tras la puerta y acto siguiente, un hombre entre 45 a 50 años entró. Tenía un acento americano y su aspecto era muy diferente a la puta pelirroja de Jazmín- Flame, acuéstese, no puede irse. Me presento, soy el Dr. Williams, amigo íntimo del sr...-Trato de seguir, pero lo interrumpí con un quejido- Zayn ¿Cierto?... Sus heridas pueden empeorar si no coopera-hablaba mientras se acercaba con cautela. Le di una rápida mirada-

Fuego || Z.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora