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Un recuento en mi vida iniciaba esa mañana de navidad. Apenas el reloj marcaba mas 7:30 am, su rostro descansaba en mi pecho y su cabello hacía cosquillas en mi cuello, su calor me daba paz y su presencia llenaba algo en mí. Sonaba tan irreal pensarlo, no creía que una mujer me cambiara y estaba seguro que no era así, ante otros yo era el mismo, mi forma de vida me llamaba a seguir, pero en su compañía era como un switch que encendía mi humanidad.

Su calor, su amor, su forma de pensar me hizo ver algo que creía imposible. Existía bondad, existía empatía... Quería tenerla a mi lado para siempre para aprender y sentir, pero el mismo amor que había surgido entre las tinieblas me decía que lo correcto era lo contrario. Unas lágrimas se asomaron a mis ojos, incluso me asustó sentir como un dolor causaba un nudo en mi garganta y era tan doloroso que mis ojos no soportaban las lágrimas, no lograba retenerlas.

-mmm hola-su voz me altero, me puse tenso e intenté no seguir llorando. Levantó su cabeza y se separó de mi para verme, sonriendo adormitada. Paso su delicada mano por su rostro y apenas abriendo sus ojos, me miró a los ojos- Feliz N... ¿Estás llorando?-alzó sus cejas y despertó de golpe. Se inclinó a mi, acercandose a mi rostro y limpió una lágrima. Ya traté de apartar mi rostro-

- Feliz Navidad, pequeña... Quiero que vayamos a un lugar, vamos a arreglarnos -le di un beso y me puse de pie, ignorando sus intentos por insistir en mi llanto- me iré a bañar al otro baño... Salimos en una hora.

-¿No me dirás que te pasa?-sus ojos eran tristes y mostraban preocupación, sentada en la cama envuelta en sábanas blancas con nuestros aromas mezclados-

-una hora -repetí y me salí del cuarto-

Busqué en un armario unas toallas y entré sin aviso a la habitación de Jared. Él despertó de golpe y antes que pudiera decirme algo, me encerré en el baño, dejándome vencer por la duda y frustración.
Mientras el agua tibia caía por mi cuerpo, tapaba mi rostro con mis manos y gruñía con dolor... Debía dejarla ir, debía soltarla y ser libre, debía demostrarle amor con compasión. No quería, en verdad no quería, pero era lo sensato.

-¿A donde irás?-Jared levantó su mirada de su celular para verme, yo me detuve sosteniendo la toalla en mi cadera-

-Llevaré a Tess a un lugar que sé que quiere ir -sacudí mi cabello para quitarme el exceso de agua. Jared solo me miró en calma, claramente sin entender totalmente lo que yo acababa de decir-

-¿A dónde?-finalmente habló, yo dude un momento y tomé aire para hablar-

-te diré cuando volvamos... Te veo por la tarde, investiga lo que venimos a hacer, por la noche empieza nuestra tarea -Jared solo hizo una nueva y asintió, dejándome ir. Caminé a la habitación y entré lentamente, asegurándome no interrumpir a Tess, pero ella seguía en la ducha-  Apresúrate -grité y escuché una afirmación de parte de ella-

A la media hora ya estaba parado en la puerta, clavando mi mirada en el celular, pero la mente en otra galaxia. No parecía reaccionar hasta que Tess llamó mi atención y sonrió animada a irse. Abrí la puerta para dejarla salir y  verifiqué la placa del auto que vendría por nosotros.
La primera parada fue en una agencia de alquiler de autos, donde solo con entregar una carta, nos llevaron al área trasera del lugar donde nos esperaba nuestro auto. Un bello Mercedes usado, que no llamara demasiado la atención sin ser un auto cualquiera.

- Puedo asegurarle que somos de confianza -repetía nerviosamente el hombre calvo que nos atendía- el Sr. Parker es nuestro mejor cliente -su acento alemán me daba asco, solo lo ignoraba mientras revisaba con máximo cuidado el auto-  Sie bezahlen mich nicht genug für diese Scheiße. Verdammte Mörder, Drogenabhängige und Diebe -murmuró en alemán, yo miré de reojo a Tess que sin si quiera verme, se levantó de la silla en la que estaba-

Fuego || Z.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora