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La rabia crecía en mí, ya no sabía si mi mirada estaba nublada por el dolor o por mis emociones. Mis manos temblaban de la fuerza con la que apretaba el puño, pero por mucho que me esforzaba en ponerme de pie, mi pierna me tiraba al suelo. Solté un grito que podría haber atraído a alguien, pero no hubo movimiento.

Pensé en Tess y si algo no estaba tenso, pues lo tensé en ese momento... Mierda ¿Dónde estaba? No podía quedarme ahí, no sabía dónde estaba mi compañero, a habían pasado unos 15 minutps y me podían descubrir en cualquier momento. Tome aire, mientras me quitaba la chaqueta y seguido la camisa. Ahora temblaba también del frio, el otoño estaba siendo cruel.

-Maldita mierda-gruñía mientras trataba de romper mi camisa. Finalmente se deshilo y logré romperla. Ya siendo una tira de tela, me hice un torniquete y lo soqué con fuerza. Dolía y la pierna completa me palpitaba, pero me puse de pie y abrí la puerta. Casi caía al querer dar un paso-

-¿Qué te sucede?-dijo Jared al entrar por la puerta de emergencia, viéndome caminar hacia la misma puerta. Se apresuró a ayudarme, dándome apoyo en mi lado izquierdo-

-¿Tess?... ¿Y mi revolver?-pregunté mientras llegábamos a la puerta que daba al callejón. No sabía dónde íbamos-

-Tranquilo, solo camina- Al salir vi un carro iluminando el callejón que me evitaba notar que había en la calle. La puerta de emergencia del edificio de Jared estaba abierta y una vieja cara conocida estaba ahí, hablando con un policía. El Sr. Parker era sumamente efectivo, tenía sus equipos infiltrados hasta en las organizaciones más importantes del gobierno, era un hombre de poder e influencias y a pesar de tener años de trabajar para él, aún no sabía todos sus negocios ilícitos y como tenía tal influencia en cada país que pisaba- Ya nos salvaron.

-¿Y Tess?-repetí, caminando hacia el auto con las luces encendidas. Jared suspiró por mi necedad y me abrió la puerta. Ahí estaba ella, vendada y temblando como de costumbre. Creí que me daría rabia verla, pero sentí un alivio invadir cada adolorida célula de mi cuerpo- Oh pequeña, en qué problema nos metiste-reí sínicamente, con amargura y dolor, sentándome sin ver quien manejaba-

-¿Flame?-la llama que había estado ardiendo en la boca de mi estómago se minimizó y suspiré, dejando mi pierna descansar. Ella no se movió ni mostró alguna emoción, seguía escondida en el asiento de cuero de los lujosos autos que la empresa otorga como transporte- ¿A dónde me llevan?

- No molestes –murmuré, dejándome ir en un cansancio diferente al sueño. Mi cabeza pesaba, mi cuerpo palpitaba, mi mente estaba en blanco. Solo deseaba cerrar mis ojos y desaparecer-

No sabría decir donde nos encontrábamos, me habían dormido por largas horas y todos los recuerdos eran difusos. Escuchaba la voz de mi amigo susurrar a mi lado y después era Tess discutiendo con él, sus sollozos, sus quejidos, su confusión tan palpable entre el miedo e ira. Me movieron más de una vez y abría mis ojos solo para recibir más sedantes, mis heridas eran graves y necesitaba más reposo del que me daría, así que por mi bien me mantenían atrapado en esa cama, a medio dormir.

-Quítame esta mierda-murmuraba de enojo, tratando de despertar. Jared discutía que no podrían tenerme dormido por mucho más tiempo. Al escucharme, mi amigo volteó a la cama y suspiró. Al fin reconocía mi cuarto y la gente a mi alrededor, pero no me agradaba lo que veía- ¿Me escuchas?-dije queriendo sentarme, arrancándome una intravenosa que tenía en mi mano. Dolió la aguja salir de mí mano, pero más dolió el movimiento de esfuerzo de mis músculos al sentarme-

-Te escucho, amigo-Jared parecía tan acostumbrado, mientras que el otro hombre en mi habitación miraba asustado mis acciones- Trae la comida y de paso trae a la chica-indicó Jared, ahí supe que ese hombre era un guardaespaldas. Siempre era así después de un suceso tan peligroso y expueso, nos asignaban a un vigía 24/7 a nuestro lado-

Fuego || Z.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora