Fuego || Z.M.

0.2

-¡¿La has soltado?!-Jared casi deja caer su laptop del regaso. Entre la sorpresa, la puso a un lado y me miró perplejo, jadeando- ¡Sabe demasiado, Zayn! ¿Qué te sucede? Oh no, el jefe estará furioso.

-Yo me resuelvo... Debemos ir esta noche a cumplir nuestra misión, me iré a preparar.

-Zayn, explícame ¿Por qué hiciste esa idiotez?-parecia enojado y nervioso, rascando su cabeza-

-no lo sé... Era lo correcto-apreté el puño que formaba con mi mano y le di la espalda, subiendo a la habitación-

Cerré con llave y con mi dolor en silencio, guardé todas sus pertenencias que habían quedado regadas por el cuarto. Una que otra lágrima escapaba sin previo aviso, pero ya había pasado y debíamos ser inteligentes con Jared por si nuestros nombres y rostros terminaban en la TV.
Guardé mis cosas también, así estabamos listos para cualquier escape. Me arreglé para el trabajo y mataba el tiempo haciendo todo con calma, entreteniendome con música sonando a todo volumen en mis oídos.

Llegó las 11pm, salimos de la casa con todo el equipo preparado y terminamos en un lujoso edificio donde teníamos notícias que ahí se encontraba alguien importante de la empresa competencia del Sr. Parker. Toda esa historia era sorprendente, le contaba mejor lo que yo sabía a Jared en el camino.
Un viejo socio alemán del Sr Parker desapareció cuando apenas iniciaban en este mundo de negocios, lavado de dinero y venta de drogas. El Javier Parker era un hombre admirable y atemorizante a los ojos de muchos, ya que era un hombre de negocios con un corazón frío y una mente calculadora; por otro lado, Luther era un hombre atrevido y de temperamento más explosivo. Ambos vivían en Estados Unidos, donde fundaron una empresa pequeña de compra y venta, fueron muy exitosos tanto con su empresa como en sus trabajos sucios, pero Luther viajaba constantemente a Alemania y en uno de esos viajes, desapareció. Lo dieron por muerto y al tiempo el sr. Parker empezó a ser acusado de fraude por un error que su socio cometió. Las cosas se complicaron, su esposa fue asesinada y su primer y único hijo era buscado por los asesinos de su esposa. En desesperación ya que la ley y su competencia lo buscaban, escapó hacia Gran Bretaña, cambiando su identidad, su nombre real solo sabía que iniciaba con J al igual que su identidad falsa y su hijo Daniel fue adoptado por una familia en Los Ángeles, con apenas 3 años de edad.
Me encontró y en ese mismo tiempo, deshaciendose de todo aquel que supiera quien es, compró una empresa de energía renovable y cambió su nombre a J&L, en honor a su inicial y la de su ex socio, que él daba por muerto. El problema fue años después, cuando un grupo de alemanes empezaron a presionar y ganar terreno en la venta de drogas fuertes, controlando mercado que el jefe ya tenía en su palma. Las cosas se complicaron cuando los problemas se volvieron más personales y finalmente el jefe se dio cuenta que su socio, bajo las sombras, estaba tras esos ataques y ese mercado poderoso que quería competir con él... Desde aquel descubrimiento, todo se ha vuelto muy difícil, porque seguimos sin tener el nombre con el cual Luther vive ahora, ni sus intenciones o negocios, vamos jalando de dónde encontramos, pero nada es seguro. Era complicado explicar toda esa historia y la repasaba en mi cabeza, queriendo entender como todo había sucedido, como Zac Teller había terminado  trabajando para una mafia alemana y Tess estaba metida en todo eso. Cómo sabían tanto de todo y cual era el interes con ña chica, ya que aunque Zac había muerto, seguían exprimiendo del secuestro de Tess.

-Bueno, todo lo que sabemos es que esta firma de abogados está metido en todo esto. Según los archivos que me mandaron, Luther era abogado y notario de profesión-asentí, recordando los apuntes que el jefe había hecho para nosotros- Hoy tú serás el guarda espaldas, amigo, yo me encargaré de todo.

-¿Seguro ya no hay nadie en el edificio?-Jared asintió con seguridad y tomé aire- de acuerdo, vamos.

Con pocos disparos, mucha precaución y las técnicas de Jared con la tecnología, colocamos cámaras y micrófonos y un programa en una computadora de la sala de juntas del lugar. A pesar del tamaño del edificio, la seguridad era pobre y nosotros profesionales.