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Ruedo una y otra vez en la cama sin lograr encontrar una posición cómoda. Aún no me acostumbro al colchón de esta nueva habitación. En la torre de los Vengadores, como Stark la había rebautizado, tenían colchones que no eran tan blandos. Aquí en la base había cambiado de proveedor. Cansada, golpeo el colchón a mi alrededor antes de levantarme. Me acerco al control del cristal de la pared y lo pongo de forma que me permite ver que aún es muy temprano. No hay rastros del sol.

Mi reflejo me hace llevar mi mano a mis labios. Tengo una cortada fea en el lado derecho, también un moretón que apenas se nota en el pómulo. Cortesía de mi última misión de infiltración. Había ido sola y me habían capturado. Estuve tres días siendo torturada por ex agentes de la KGB. No habría logrado sobrevivir si ellos utilizaban mi verdadera debilidad en mi contra: a Steve. Por eso era importante que lo nuestro permaneciera en secreto.

Una semana y media había pasado desde mi rescate. Steve no se había despegado los primeros días y la presencia de Tony y Pepper había normalizado la situación. Ahora puedo moverme sin sentir tanto dolor en las costillas. Mi cuerpo había tenido que decidir lo que precisaba sanar con más urgencia para mantenerme con vida.

Voy hasta el minibar de Stark y me llevo una botella de licor. Camino de regreso a mi habitación. Necesito descansar un poco más para poder unirme a los entrenamientos en unas horas. Mezclo una pastilla con el alcohol, luego me recuesto en la cómoda que está cerca de la pared de cristal. Pasan unos segundos antes de que me sumerja en el mundo de los sueños.

Suena la alarma de mi celular y me levanto a prepararme. Tomo una ducha con agua fría, me seco, rodeo mis costillas con un protector y me pongo la ropa de entrenamiento.

Paso por la cocina para tomar un poco de jugo y llevar una botella de agua. Al llegar a la sala de entrenamientos, veo a los nuevos charlando con el capitán.

―Creo que ya es hora de que se muevan un poco. ¿Qué tal si calentamos con unas diez vueltas al complejo? ―hablo con voz autoritaria.

Rhodey, Wanda, Visión y Sam asienten antes de salir en línea recta hacia afuera. Camino lentamente hasta acercarme a Rogers.

―Espero que no hayas sido muy blando con ellos ―lo molesto.

―Están mejorando. Tienen mejor resistencia.

Él sabe que noto que no me respondió la pregunta, lo cual me hace hacer una mueca.

Cuando terminan de correr, se reúnen frente a nosotros para que les de algunas indicaciones. Rogers tenía razón, ya no jadeaban tanto después de dar varias vueltas.

―Beban algo de agua y comenzamos con los entrenamientos en la sala de proyecciones ―hablo con voz firme.

Tony se había lucido con la sala de entrenamiento. Los que ingresan allí tienen un traje especial de color negro. Es como un espacio de realidad virtual que te ayudaba a entrenar devolviendo los golpes. Una buena forma de comenzar los combates cuerpo a cuerpo.

La primera en entrar es Wanda. No es muy rápida para pensar en combate pero irá mejorando o eso espero. La vemos caer cinco veces hasta que doy por terminado su turno. Luego sigue Sam, quien a pesar de haber tenido entrenamiento militar, parece estar buscando algún arma para apoyarse. Cuando le llega el turno a Rhodey, él cae dos veces antes de vencer a su oponente en la sala. Visión es el último en intentarlo, aun le falta moverse más rápido para mejorar en su ataque.

―Espero que sean excepcionales con sus habilidades porque hasta ahora no he visto nada resaltante ―comento mientras termino de calificar a cada uno en la tablet que tengo en las manos.

―Quisiera una demostración de lucha, por favor. Para mí es difícil imaginar que una mujer pueda contra un enemigo mucho más grande sin usar mis poderes ―habla Wanda con inseguridad.

My heart is Open [Romanogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora