Capitulo 4

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Close - Nick Jonas

Odette

Llevo cerca de unos diez minutos trepada en lo alto del árbol de manzanas esperando a que el portón principal del viñedo sea abierto.

Sé que a mi padre no le gusta la idea de que viva subiendome a cuanto árbol encuentre, o que salga y vea el cielo estrellado cerca de los demás. A decir verdad a mi padre no le gusta que mantenga contacto con nadie que no sea de la familia.

Me siento peor que rapuncel encerrada en una torre. Él único que me ha entendido durante estos años ha sido Eduardo,él y yo hemos sido inseparables, aunque a papá no le agrade del todo nuestra amistad.

Ahora que he pasado tiempo lejos de él, la tardes no han vuelto a ser las mismas, las clases de francés tampoco, Eduardo es muy inteligente y es con quien he aprendido todo lo que sé de historia y geografía. Fue mi tutor por así decirlo durante unos años.

Es el amigo y hombre perfecto que cualquier mujer soñaria, pero sé que yo no soy esa chica estoy lejos de serla, porque amobos somos buenos amigos, si me padre se enterase de eso de que tengo sentimientos por él,se metería en un serio problema.

- ¡Odette bajate de ahí, puedes lastimarte! - me grita mi hermano menor mientras lo veo cruzado de brazos.

- Deja el drama Valentino - ruedo los ojos. Es un exagerado de primera.

- Ya sabes lo que ha dejado estipulado mi padre en cuanto se fue de vacaciones con mamá. Nada de problemas.

- No hay problemas, ¿Porque no vas y llevas a tu novia a verte jugar polo?

- Ariel vive muy lejos del viñedo, sabes que no le es fácil ir a verme.

- ¿Cuando le vas a decir a mis padres que te enamoraste de la nieta de los dueños de la queseria?

- No les voy a decir aún, Ariel no sabe de.. - acorta sus palabras-. De nuestra familia y no quiero traerle problemas.

- Deberías ser sincero con ella si tanto la quieres.

- Debo irme ya - da una vista a su reloj de mano-. Bajate de ahí y no causes problemas.

Mi hermano desaparece en medio del viñedo cuando veo a Gabriella aparecer de la nada con una jarra de jugo de naranja.

- Y pensar que hace unos años eran unos niños - se ríe.

- Gabriella ¿Sabes que día es hoy?

- Claro que lo sé - sonríe graciosa.

- ¿Crees que llegue en la tarde o en la mañana ?

- Lo que creo es que debería bajar de ahí señorita - deja la jarra de jugo en una de las mesas que hay al lado.

Es inútil quedarme a esperar, Eduardo debió avisar cuando llegase.

- ¿No lo extrañas? - le pregunto a Gabriella y ella sonríe.

- Por supuesto que sí, es mi hijo. Pero ya sabes como es.

- Lo sé..

En ese instante el portón se abre y veo un auto aparcado justo en la entrada, un hombre alto baja de allí con unas gafas de sol. Reconozco esa figura, reconozco esa pulsera a pesar de que apenas logro verla.

- ¡Ha llegado! - me lanzo del árbol y corro a donde está, Eduardo a penas está dejando su morral en el suelo cuando lo tomo por sorpresa.

- ¡Dio! - grita cuando ambos caemos al suelo.

- Eres un idiota,debiste llamar y decir a que horas llegabas -  frunzo el ceño y él esboza una sonrisa. Su cabello está más corto, sus facciones son más varoniles, ha dejado de ser un adolescente para convertirse en un hombre más apuesto.

Inevitable AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora