Capitulo 32

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//Daniela//

Aquello más que lograr una expresión de tristeza en el rostro de Salvatore, dibujo una de decepción, rabia, enojo, y muchas otras cosas juntas.

- ¿Qué mierda estas diciendo? - me sujetó del brazo de manera fuerte  inmovilizadome.

- Que no voy a continuar a tu lado.

Pasó de manera rápida sus manos por sus cabellos negros logrando despeinarlos aún sin creerlo.

- ¿Enloqueciste Daniela?

- No, me he cansado de tu manera egoísta de amar - limpié una lágrima que descendía por mi mejilla-. Me cansé de la forma en que reaccionas siempre, pero sobre todo me cansé de dar todo de mí y recibir migajas de tu parte.

- Eso no es cierto.

- Lo es, ¿Sabes porque?¡Porque he dado toda mi maldita vida por ti, te he puesto por encima de todo,incluso de mi familia. Y tú siempre  regresas con palabras y acciones para lastimarte, me haces sentir la culpable de todo y se siente como la mierda. No quiero eso, ya no lo quiero!

Moría por que mis palabras fueran diferentes, por quedarme allí y decirle que aún lo amaba. Pero no podía hacerlo. No era lo que quería pero era la única opción que ahora me quedaba.

- Sé que clase de hombre quieres ser - mi mano sostuvo su mejilla y está vez no la retiro bruscamente de su lado-. Siempre lo he sabido, soy la única que sabe lo que realmente quieres.  Pero ahora lamento no ser la mujer que este a tu lado para ver eso cumplirse - uní mi frente a la suya sin importar que lo que acontinuación dijera me fuera a terminar de romper el corazón-. Ya no puedo seguir a tu lado y ser tu familia. Lo siento.

Sorpresivamente su mano soltó la mía y sin creerlo el chico al que he amado toda la vida se quedó por primera vez sin decirme algo.

- ¿No tienes nada que decirme? - pregunté mientras él parecía aún analizar lo que estaba sucediendo.

- Nunca has sido mia Daniela, eres diferente a mí en todos los sentidos y si crees que esto es lo mejor...  te dejo ir - giró su cuerpo y lo vi apretar sus manos creando puños.

- Salva... - me acerqué a él con la intención de rodearlo con mis brazos pero me detuvo.

- Vete antes de que me arrepienta de dejarte ir - se estaba conteniendo de no explotar-. ¡Juro que lo haré si sigues aún allí!

- Te amo - es lo único que logre susurrar después de correr hasta el coche y subir a este para irme lo más rápido de allí. Miles de mensajes estaban rondando mi móvil, unos eran de Julieta y otros de Sebastyan. No podía permanecer en Campania o la próxima en arrepentirse de esta decisión sería yo.

No sé como logre llegar al complejo de habitaciones pero lo hice, en minutos estaba dentro de estas buscando mis cosas y colocandolas en una enorme maleta azul de terciopelo.

- ¿Daniela? - escuché la voz de Julieta a mis espaldas -. ¿A donde vas?

- He dejado a Salvatore - respondí en apenas un hilo de voz.

- ¿Qué?

- No puedo seguir con esto, lo intente, pero.. No funcionó - limpie mi rostro empañado por las lágrimas.

- Debe haber algo que pueda hacer cambiar las cosas entre ustedes - colocó su mano en mi hombro y yo negué con la cabeza.

- Ya no existe nada que podamos hacer, estar al lado de él me hace daño, me consume y me reduce al punto en que me desconozco. No quiero esto para mí.

Julieta era mi mejor amiga y durante años desde que éramos unas niñas nos contábamos lo que sucedía en nuestras vidas. Siempre habíamos estado la una con la otra y ahora le estaba confesando en medio del llanto que dejaba a su hermano, aunque lo amase con todo mi corazón.

Inevitable AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora