//Daniela//
Aquello más que lograr una expresión de tristeza en el rostro de Salvatore, dibujo una de decepción, rabia, enojo, y muchas otras cosas juntas.
- ¿Qué mierda estas diciendo? - me sujetó del brazo de manera fuerte inmovilizadome.
- Que no voy a continuar a tu lado.
Pasó de manera rápida sus manos por sus cabellos negros logrando despeinarlos aún sin creerlo.
- ¿Enloqueciste Daniela?
- No, me he cansado de tu manera egoísta de amar - limpié una lágrima que descendía por mi mejilla-. Me cansé de la forma en que reaccionas siempre, pero sobre todo me cansé de dar todo de mí y recibir migajas de tu parte.
- Eso no es cierto.
- Lo es, ¿Sabes porque?¡Porque he dado toda mi maldita vida por ti, te he puesto por encima de todo,incluso de mi familia. Y tú siempre regresas con palabras y acciones para lastimarte, me haces sentir la culpable de todo y se siente como la mierda. No quiero eso, ya no lo quiero!
Moría por que mis palabras fueran diferentes, por quedarme allí y decirle que aún lo amaba. Pero no podía hacerlo. No era lo que quería pero era la única opción que ahora me quedaba.
- Sé que clase de hombre quieres ser - mi mano sostuvo su mejilla y está vez no la retiro bruscamente de su lado-. Siempre lo he sabido, soy la única que sabe lo que realmente quieres. Pero ahora lamento no ser la mujer que este a tu lado para ver eso cumplirse - uní mi frente a la suya sin importar que lo que acontinuación dijera me fuera a terminar de romper el corazón-. Ya no puedo seguir a tu lado y ser tu familia. Lo siento.
Sorpresivamente su mano soltó la mía y sin creerlo el chico al que he amado toda la vida se quedó por primera vez sin decirme algo.
- ¿No tienes nada que decirme? - pregunté mientras él parecía aún analizar lo que estaba sucediendo.
- Nunca has sido mia Daniela, eres diferente a mí en todos los sentidos y si crees que esto es lo mejor... te dejo ir - giró su cuerpo y lo vi apretar sus manos creando puños.
- Salva... - me acerqué a él con la intención de rodearlo con mis brazos pero me detuvo.
- Vete antes de que me arrepienta de dejarte ir - se estaba conteniendo de no explotar-. ¡Juro que lo haré si sigues aún allí!
- Te amo - es lo único que logre susurrar después de correr hasta el coche y subir a este para irme lo más rápido de allí. Miles de mensajes estaban rondando mi móvil, unos eran de Julieta y otros de Sebastyan. No podía permanecer en Campania o la próxima en arrepentirse de esta decisión sería yo.
No sé como logre llegar al complejo de habitaciones pero lo hice, en minutos estaba dentro de estas buscando mis cosas y colocandolas en una enorme maleta azul de terciopelo.
- ¿Daniela? - escuché la voz de Julieta a mis espaldas -. ¿A donde vas?
- He dejado a Salvatore - respondí en apenas un hilo de voz.
- ¿Qué?
- No puedo seguir con esto, lo intente, pero.. No funcionó - limpie mi rostro empañado por las lágrimas.
- Debe haber algo que pueda hacer cambiar las cosas entre ustedes - colocó su mano en mi hombro y yo negué con la cabeza.
- Ya no existe nada que podamos hacer, estar al lado de él me hace daño, me consume y me reduce al punto en que me desconozco. No quiero esto para mí.
Julieta era mi mejor amiga y durante años desde que éramos unas niñas nos contábamos lo que sucedía en nuestras vidas. Siempre habíamos estado la una con la otra y ahora le estaba confesando en medio del llanto que dejaba a su hermano, aunque lo amase con todo mi corazón.
ESTÁS LEYENDO
Inevitable Atracción
Roman pour AdolescentsSalvatore Lombardi, el niño con el que jugaba a las escondidas, el mismo idiota que me pego un chicle en el cabello en mi cumpleaños número seis, la persona más fastidiosa, odiosa y orgullosa del mundo. Un narcisista de primera. Y para colmo el mejo...