Capitulo 13

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Such a Boy - Astrid S

Mi mirada se centraba en la reacción de Salvatore, lo iba a matar y no podía permitírselo. No podía dejar que asesinara a ese chico porque lo más seguro es que terminara en la cárcel, la policía llegaría y tomaría lo que fuera para acusarlo.

- No cometas una locura por favor – lo tomé de su brazo mientas su espalda subía y bajaba conforme a su respiración descontrolada.

- ¡No te metas en medio! – me hizo a un lado aun cegado por la rabia y choque con mi espalada con uno de los cubículos del baño.

Estaba a punto de disparar y yo estaba presa del miedo, aterrada.

- ¿Qué mierdas son ustedes.. – susurro Dylan mientras intentaba colocarse de pie cosa que le fu inútil porque Salvatore lo timbo de nuevo sobre el frio suelo haciendo presión con su pie en su pecho.

- Algo que jamás debiste retar – recargo su arma y supe que sería el fin.

- Deja que se vaya – volvió a tomar fuerzas en mi voz que sonaba temblorosa-. ¡Déjalo!

- ¡Suéltame! – lucho contra mi agarre y vi en su mirada azul algo diferente.

Dylan nos miró con horror.

- Deja que se vaya, la policía vendría.

- ¡A la mierda la policía! – refunfuño cabreado.

- ¿Que esta pasando? – la voz de Julieta apareció de la nada, sus ojos se centraron en la escena-. ¿Salvatore que haces?

- Darle una lección – apretó sus labios.

- Dani.. – me miro alarmada-. ¿Qué ha pasado?

Me quede en silencio sintiendo que todo me temblaba.

- Aléjate de él – Julieta hizo a un lado a Salvatore mientras su jefe de seguridad lo tomaba por la espalda.

- ¡Suéltame cabrón, no voy a dejar que se vaya así como si nada! – luchaba por zafarse de allí.

- ¡Estás loco!– lo grito Julieta-. Si mi padre se entera esteras en problema.

Salvatore se soltó de la fuerza ejercida por Raffalle.

- Parece que todos han perdido la cabeza, me llaman lunático por ver lo que otros no ven al estar pensando en estupideces – me dio un vistazo a mí.

Trague saliva.

- ¡Tú te vienes conmigo! – me tomo del brazo y casi por inercia su fuerza me saco de aquel lugar, mis pies no podían seguir el ritmo acelerado que llevaba y tuve que detenerme a mitad del patio mientras luchaba por recobrar mi respiración.

- Casi cometes una locura..

- Ganas no me hubieran quedado. Te dije que no confiaba en él, te lo advertí y no quisiste escucharme.

- No tenía idea de que..

- ¿De qué? ¿Solo porque un chico se acercó a ti a decirte lo bonita que te veías? – bufó-. Abre los ojos Daniela, ya no eres una cría.

- ¡Si! Le creí a una persona que por primera vez creí que era honesta y sincera y que podía notarme. Soy quizás una tonta por creer en que alguien por fin si daba cuenta de que existía en el maldito instituto – me aleje de allí pero su brazo me detuvo una vez más.

- Ese imbécil no te merecía.

Limpie mis lágrimas.

- Me diste miedo. Parecías..., un demonio.

Inevitable AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora