Capitulo 8

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Daniela

Detuve a Sebastyan antes de que golpeara a Salvatore.

- ¡No vuelvas a tocar a mi hermana de esa manera!– gruño mi hermano furioso mientras centraba su vista en él.

- Menuda mierda – Salvatore arrojo un puño en la puerta de su jeep amarillo para después subir y desaparecer del lugar a toda prisa.

Tenía miedo de sus impulsos y sus decisiones y de lo que estos le obligaran a hacer, así que solo me acerque a Julieta quien al igual que yo estaba sin pronunciar ninguna palabra.

- Es un verdadero dolor de cabeza – Sebastyan se rasco la nuca.

- ¿Qué demonios ha sido todo es escandalo?– murmuro Lucian mientras salía en compañía de los demás chicos.

- ¿Qué crees tú? – mi hermano enarco una ceja-. Salvatore una vez más ocasiona problemas.

Lucian dio un fuerte respiro.

- Es mejor dejar los problemas personales por fuera de esto.

- Nadie menciono problemas personales.

- Cuando solucionen las cosas volveremos a reunirnos, mi hermano y yo tenemos otros asuntos pendientes.

Julieta fijo su vista en la mía.

- ¿Qué hay de nosotras? Hemos quedado fuera, no me parece lo justo – se cruzó de brazos molesta.

- Habíamos llegado a un acuerdo.

- Si, pero las decisiones tontas de mi hermano no cuentan – murmuro ella.

- Da igual, no fue unánime – Lucian debía estar lo bastante afanado como para tomar su auto e irse de allí sin decir nada más.

- Siendo así... - Julieta me miro-. Crearemos nuestro propio club.

- ¡De ninguna manera! – grito mi hermano.

- Eso no está dentro de su manual.

Observe a Julieta, estaba realmente loca. ¿Crear nuestro propio club? No sabíamos mucho de armas o de nexos con otras mafias, los chicos llevaban la delantera.

- Y si Dani no se une, lo hare yo sola.

- ¿Que? No he dicho nada – le respondí.

- Más te vale no cometer una tontería Daniela.

- Ya no soy una niña, déjame de tratar como si fuera una Sebastyan, nunca cuestiono tus decisiones y no es que sean las más sensatas.

Tome mis cosas del lugar en el que estaban y sin pensarlo dos veces subí a uno de los autos que había traído el jefe de seguridad de Julieta. En ese mismo instante hice lo que ninguna otra vez había hecho, le escribí un mensaje de texto a mis padres en el que les decía que me quedaría a dormir en casa los Lombardi. Curiosamente mi padre accedió. Creo que en el fondo buscaba darme esa clase de libertad que nunca antes había tenido.

El auto nos condujo lejos del sitio de reunión y pronto nos dejó en la mansión de los Lombardi. Julieta no había hablado los últimos minutos en definitiva ella no se sentía cómoda con aquella mujer viviendo en su casa. Lo pude notar en el mismo instante en que cruzamos la puerta de la mansión y esta nos recibió.

- Mi hermano no ha llegado aún – Julieta deja a un lado sus cosas sobre la mesita de noche que da a un lado de su cama. Se quita los tacones que llevaba puestos y se deja caer sobre las sabanas. ¿Cómo puede usar esas cosas tan altas en el instituto? Es decir, yo uso tenis la mayor parte del tiempo porque todos los malditos me hacen ampollas en mis pies.

Inevitable AtracciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora