Poemas de Jaime Sabines

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Es la sombra del agua 
y el eco de un suspiro, 
rastro de una mirada, 
memoria de una ausencia, 
desnudo de mujer detrás de un vidrio. 

Está encerrada, muerta -dedo 
del corazón, ella es tu anillo-, 
distante del misterio, 
fácil como un niño. 

Gotas de luz llenaron 
ojos vacíos, 
y un cuerpo de hojas y alas 
se fue al rocío. 

Tómala con los ojos, 
llénala ahora, amor mío. 
Es tuya como de nadie, 
tuya como el suicidio. 

Piedras que hundí en el aire, 
maderas que ahogué en el río, 
ved mi corazón flotando 
sobre su cuerpo sencillo.

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Me tienes en tus manos 
y me lees lo mismo que un libro. 
Sabes lo que yo ignoro 
y me dices las cosas que no me digo. 
Me aprendo en ti más que en mi mismo. 
Eres como un milagro de todas horas, 
como un dolor sin sitio. 
Si no fueras mujer fueras mi amigo. 
A veces quiero hablarte de mujeres 
que a un lado tuyo persigo. 
Eres como el perdón 
y yo soy como tu hijo. 
¿Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo? 
¡Qué distante te haces y qué ausente 
cuando a la soledad te sacrifico! 
Dulce como tu nombre, como un higo, 
me esperas en tu amor hasta que arribo. 
Tú eres como mi casa, 
eres como mi muerte, amor mío.

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Mi corazón emprende 
de mi cuerpo a tu cuerpo último viaje. 
Retoño de la luz, 
agua de las edades que en ti, perdida, nace. 
Ven a mi sed. Ahora. 
Después de todo. Antes. 
Ven a mi larga sed entretenida 
en bocas, escasos manantiales. 
quiero esa arpa honda que en tu vientre 
arrulla niños salvajes. 
Quiero esa tensa humedad que te palpita, 
esa humedad de agua que te arde. 
Mujer, músculo suave. 
La piel de un beso entre tus senos 
de oscurecido oleaje 
me navega en la boca 
y mide sangre. 
Tú también. Y no es tarde. 
Aún podemos morirnos uno en otro: 
es tuyo y mío ese lugar de nadie. 
Mujer, ternura de odio, antigua madre,
quiero entrar, penetrarte, 
veneno, llama, ausencia, 
mar amargo y amargo, atravesarte. 
Cada célula es hembra, tierra abierta, 
agua abierta, cosa que se abre. 
Yo nací para entrarte. 
Soy la flecha en el lomo de la gacela agonizante. 
Por conocerte estoy, 
grano de angustia en corazón de ave. 
Yo estaré sobre ti, y todas las mujeres 
tendrán un hombre encima en todas partes.



Jaime Sabines

Poemas Históricos 3 (TERMINADO)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora