Poemas de Leconte de Lisle y Auguste Villiers de L'Isle-Adam

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A UN POETA MUERTO

Tus ojos erraban, alterados por luz,
del color divino al contorno inmortal
y de carne viva al esplendor del cielo,
duerme en paz en la noche que sella tu párpado.

¿Ver, entender, oler? Viento, humo y polvo.
¿Gustar? La copa de oro contiene sólo la hiel.
Así como un Dios lleno de aburrimiento que deja el altar,
vuelve y dispérsate en la materia inmensa.

Sobre tu mudo sepulcro y tus huesos consumidos
qué otro vuelque o no las lágrimas acostumbradas,
qué tu siglo común te olvide o te renombre;

Te envidio, en el fondo de la tumba tranquila y negra,
de ser liberado de vivir y no saber más,
de la vergüenza de pensar y el horror de ser un hombre.

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A ORILLAS DEL MAR

Al salir de aquel baile dejamos nuestras huellasen playas que a un destierro conducen al azar.Una flor en su mano se acaba de ajar.Era una hermosa noche de ensueños y de estrellas.Rompíanse en la sombra oleajes enlutadoshacia el ópalo atlántico y la áurea lejanía.El ultramar sus luces místicas expandía.Las algas perfumaban los ámbitos helados.En la escarpa, los ecos sonaban mientras tanto;con la espuma rizaba la onda volutas locasy, densa, acometía el bronce de las rocas.Brillaban en la duna cruces de un camposanto.Su silencio acallaba del mar la baraúnda.No tenían las cruces por el mar ultrajadasni coronas de duelo, ni flores; arrastradasfueron por la tormenta que retumbando inunda.En declive, las tumbas desde el mar, cuesta arriba,bajo la niebla oían que la sombra a lo arcanodel infinito sueño interrogaba en vano.Él, callaba el secreto de la ley decisiva.Friolenta, cubrió con un oscuro chalsu seno, egregio exilio de muchos agasajos;y admiré a la mujer de los párpados bajos,esfinge cruel y aciaga, pesadilla fatal.Mata a los niños sólo con su mirada atrozy sobrevive a todo aquello que destruye.La amamos porque a ello la Noche contribuye.Los que la tratan de ella hablan a media voz.La reviste el peligro de un nimbo familiar,y aun en su tierno abrazo que quiere desmentirsus crímenes, parece al evocarlos, oírculatas de fusiles que van a ejecutar.Tras el oprobio ilustre que, empero, la sujeta;bajo el duelo en que goza su alma sin ardor,todavía descansa un virginal candorcomo un lirio en el ébano de bruñida bujeta.Atenta, prestó oído al tumulto del mar,bajó su hermosa frente que los años besarony en dolorosos términos sus labios declararonsu lóbrego destino que duele recordar




Leconte de Lisle y Auguste Villiers de L’Isle-Adam

Poemas Históricos 3 (TERMINADO)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora