Capitulo 32

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Decir que los primeros meses de vida de mis hijos fueron fácil, sería mentir, en realidad fueron a los extremos. Siempre existía angustia y más por parte de Angelo; aparte durarar dos meses más en la clínica, a diferencia de Alexandra y Martina, que fueron treinta y tres días los que duraron internadas. Él presentó varios agravantes que siempre lo tenían en vilo y a nosotros con el rosario en la mano.

Ya pasaron los cuatro años de edad, exactamente tienen cuatro años y cinco meses.
El desarrollo de los tres ha sido normal, como cualquier otro niño sano. Angelo siempre fue el último en todo con respecto al desarrollo, fue el último en gatear, caminar, hablar y valerse por sí sólo. En cambio Alexandra y Martina siempre apuntaron a lo que iban a hacer, son súper activas, hablan todo el tiempo, viven saltando y buscando qué travesuras hacer, claro Vicky las secunda en ello, las tres son muy unidas. Por el contrario de Angelo que siempre está buscando la calma y a pesar de ser el menor por minutos de nacido, es el más adulto, siempre las está cuidando y pendiente del peligro que las pueda rodear.

-Lia, la señora Marthia Alonso ha llegado - Me informa Juliana por teléfono, es nuestra recepcionista.

-Juli guiala a la salita y ofrecerle algo para tomar y avísale también a Vicky. Gracias.

-Sí señora y ¿Usted desea algo? Quizá un café.

-Te lo agradecería toda la vida.

Al entrar junto con Vicky a la salita, donde nos reunimos con los clientes. Me encuentro con dos mujeres, ellas son muy elegantes y hermosas, podría decir que son extranjeras por sus facciones.

-Buenas tardes. Soy Lia Vargas y ella Vicky Suárez, nos placer poder ayudarles en lo que necesitan - Digo con hermetismo y a la vez con cortesía.

-Hola - Responde mi saludo una de ellas, levantándose de la silla, extendiendo la mano a modo de saludo -Yo soy la que se va a casar: Marthia Alonso y ella es una amiga y madrina de bodas: Elizabeth Rosas - presenta a su acompañante, la cual se levanta dándonos la mano. Noto el acento europeo de la novia, lo que me hace erizar la piel.

-Bueno pero siéntense, ya les muestro los catálogos que ofrecemos, o si ustedes tienen alguna sugerencia o gusto bien es aceptada. - Digo tratándo que no noten mi incomodidad.

-En realidad es una boda sencilla pero elegante, no más de sesenta invitados. Quiero ofrecerles estadía en la ciudad, dos días antes y dos días después de la boda para quien lo desee.

-Nos comunicó Juliana, la chica que les tomó los datos de la cita para hoy, que la boda se realizará en Cartagena de Indias - Habla Vicky por primera vez.

-Sí, así es. La he visitado un par de veces y me parece una ciudad hermosa y se acota a lo que quiero.

-Contamos con una casona allí, de hecho no tenemos más de dos meses de haberla adquirido, cuenta con cuarenta y cinco habitaciones. Los pocos eventos que hemos hecho en ella ha sido al aire libre, en el área de la piscina que es muy grande y se presta para la decoración que queramos. Lo que no sé, es si usted quiere su boda en un ambiente cerrado, o sea en un salón de eventos.

-No, para nada. Creo que sería perfecta ¿Quién quisiera casarse en una ciudad como esa y estar encerrado?

-Casos hemos tenido - Responde mi amiga alzando los hombros. -Para la otra semana podríamos ir a visitarla y ver si cumple sus expectativas, o del contrario diligenciar otro lugar. Aunque la casona es bella - Afirma mi amiga con orgullo.

-Aquí dice que la boda es para dentro de tres meses. Es raro, siempre nos contactan como mínimo seis u ocho meses antes. Pero bueno, estamos capacitados para organizar una en un mes - Digo con un dejé de arrogancia pero acompañado con una sonrisa, orgullosa de mi empresa.

Atada en mi libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora