Capitulo 34

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Según lo qué me ha contado Vicky, todo en la organización de la boda de Marthia Alonso, o más bien Valverde, salió a la perfección. Ayer fue una excelente noche para ellos, fueron las palabras de mi amiga. Quedaron maravillados y aún más al recibir nuestro regalo de bodas, ya que por ser invitados debíamos darle a los novios uno, este consistió en un paseo después de la ceremonia, por toda la ciudad murallada, en un coche tirado por dos caballos, es algo tradicional en Cartagena de Indias hacerlo, por eso lo optamos como regalo.

Mis hijos se portaron excelentemente bien, sobre todo Alexandra y Martina que son las más traviesas, se comportaron como unos angeles.
Ya deben estar por llegar a Barranquilla junto a Fernando y Angélica, eso fue lo que me informó Vicky hace dos horas. También me informó sin yo preguntarle, cabe aclarar, que Silvio también se había marchado casi que al mismo tiempo que mis hijos, que no me preocupara más por él, que según lo que escucho de él cuando se despedía de sus hermanas, era que su avión saldría en pocas horas desde Barranquilla y que debía marcharse enseguida.
Me relajó un poco saber qué Silvio no  reconoció a Vicky, porque según mi memoria, ellos se vieron una vez, aquella en la que Vicky fue por mis documentos y lo golpeó.

Mi amiga debió quedarse en Cartagena con el resto del equipo de trabajo, ya que Marthia había quedado con nosotros en ofrecerle estadía y turismo a todos los invitados que lo quisieran.

—¡¡Mami!! - Escucho el grito en coro de mis dos hijas desde la primera planta de la casa, por lo que decido bajar.

—¿Cómo les fue? ¿y Angelo? - Pregunto mirando hacia todos lados, buscando al pequeño hombre.

—Bien mami y Angelo lo trae Fernando dormido - Responde Alex

—El es un oso dormilón - Argumenta Martina, llegando hasta donde mi, para darme un beso.

—Y ustedes unas parlanchinas - Las abrazo a las dos, dándole besos en sus pequeñas cabezas. —Tomemos la merienda y después se van a tomar un baño - Digo achicando mis ojos.

—Nosotras...

—¿Nosotras qué? Vicky me dijo que formaron un show para no bañarse, no sean cochinadas - Interrumpo a Martina, para regañar las a las dos.

—Es que esa agua estaba muy fría - Se defiende Alexa, bajando la cabeza y haciendo pucheros.

—Como sea. Vamos para que coman algo, también me dijo que no quisieron desayunar casi nada - Las empujó a la cocina donde les tengo preparado algo para comer –Siempre he dicho que ustedes se mangonean a su tía.

—¡¡Camilo!! - Gritan las dos al ver a su primo, sacándose de mí y de me regañó.

—¡¡Pequeñas!! ¿Cómo les fue? Las extrañé - Dice este, agachándose para abrazarlas.

—Bien. Paseamos como princesas en un carruaje - Afirma Alexandra con brillo en sus ojos.

—Vaya y no me invitaron. Recuerden que yo soy el rey de la casa...

Así transcurre todo el rato hasta que ellos se comen todo y van a acatar mi orden, de darse un baño.
Me levanto y tomó todos los platos sucios y me dispongo a lavarlos. Pero antes de abrir el grifo suena el citófono de la casa.

—Tía yo voy a abrir, estoy esperando a Martín para hacer una tarea de mañana - Grita Camilo, bajando las escaleras. Yo lo detengo antes de abrir la puerta.

—Primero antes de abrir la puerta mira quienes, atiende el citófono.

—Es Martín. Le acabo de colgar y me dijo que ya estaba en la puerta.

—Está bien - Respondo regresando de nuevo a la cocina para retomar la tarea abandonada. Antes de poder abrir el grifo, de nuevos soy interrumpida.

Atada en mi libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora