Siempre, la mayoría de las personas, suelen pensar que con el solo querer van a conseguir lo que deseen en la vida, sin detenerte a pensar un momento en si ese querer es el deber ser de las cosas.
A veces hay necesidades que solo lo son porque lo creemos así y son estas las que te atan al fracaso y lo digo en todo los aspectos, en este caso el fracaso es la muerte o la pérdida de las ganas de vivir, que en realidad tienen similitud estos dos términos. Si me dieran a escoger alguno de los dos escogería la muerte en vez de estar como un sonámbulo por la vida, es así ¿Para que vivir sin ganas?
Siempre he dicho y he ratificado en todo momento que nosotros como personas tenemos lo que nos merecemos, si obras bien así te irá o en su defecto si obras mal de la misma manera serán las remuneraciones, pero entonces yo me cuestionó lo anterior ¿amar a una persona es un pecado o acaso es obrar mal? Lo cuestiono por el simple hecho, amar y perder, no creo que amar sea un pecado o una falta.
Cuando causas dolor sabiendo que lo estás haciendo y conoces el resultado de este, te conviertes en una persona altamente nociva para la persona que está a tu lado. Pero ¿Que pasa cuando sabes que causas dolor y no quieres que sea así pero no sabes como impedirlo? Es una de los términos que aun me cuestionó.
Todos te dicen que tienes que ser fuerte, tener fuerza y optimismo, pero yo precisamente no estoy entre ellos ahora, y hace tiempo que lo deje de estar. Las expectativas frustradas, la falta de empatía, la invisibilidad ante nuestras situaciones, los clichés creados, hacen tanto daño o más como el dolor físico en sí.
R Kipling decía, "cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir, cuando ofrezca tú camino solo cuestas que subir y precises sonreír aun teniendo que llorar, cuando ya el dolor te agobie y o puedas ya sufrir, descansar acaso debes pero ¡nunca desistas!.
Quisiera con todo el alma poder aplicarlo en esta parte de mi vida pero ánimos es lo que menos me queda, aunque se que lo tengo que sacar de donde sea.—Lia, te están hablando – Interrumpe Vicky mis pensamientos.
—Perdón, no la escuche – Me excuso ante la señora mayor que tengo al frente, que me imagino debe estar dándome el pésame por la trágica muerte de mi esposo.
—Tranquila, yo más que nadie se lo que es perder a un ser querido y más a un esposo, él mio murió apenas hace siete meses y llevábamos veintiséis de casados. – Dice con pena la mujer y se nota que no sabe ni un ápice de mi situación.
No es que no me duela la muerte de Silvio, en realidad si, es o más bien era el padre de mis hijos y aunque fue mucho el sufrimiento causado por ambas partes, esto no hace que duela menos o me sienta feliz por su muerte.
—Lia por favor, pareces una zombi. Vámonos – Me toma por el brazo Vicky, instándome a caminar.
—Ella no se puede ir, debe hacer acto de presencia, aunque sea por respeto a los pocos minutos que duró casada con mi hermano que viene siendo el padre de sus hijos. - Habla con dolor y un poco de desdén Marthia. Que en su momento no sabíamos que estaba cerca.
—Mi amiga no tiene porque quedarse, ya hizo mucho viajando a este país, que malos recuerdos si le deben traer. – Expresa mi amiga, apretando los dientes para así no alzar la voz.
—Vicky...
—Por lo menos que se quede mientras le dan cristiana sepultura y no demuestre la mala situación por la que pasaba el nuevo matrimonio...
—Como siempre... los ricos sólo viven de la apariencia, del que dirán. – Vicky habla dándole la espalda a Marthia —Lia, si quieres nos largamos ahora mismo de aquí, solo ordena.
—Esperaré. - Digo mirando a Marthia.
—Cómo quieras. – Dice mi amiga mientras se aleja de mí y se que está enojada.
ESTÁS LEYENDO
Atada en mi libertad
RomansaNo siempre una historia termina en un final feliz y puede que mi historia sea una de ellas. Esta es mi vida un nuevo comienzo, donde estaré atada a una libertad inexistente. Contenido adulto 🔞. Contiene escenas de sexo explícito, maltrato físico...