Capitulo 1.

10.2K 288 14
                                    

Enfrentarte a la realidad no siempre es un problema, existe mas temor en ello que problema en realidad pero enfrentarte a personas sin un atisbo de corazón o sentimiento por la humanidad si que lo es.

-¿Esto es lo que me das?  !!No hay ni el treinta por ciento de lo que debes pagarme!! - Me grita, casi que escupiendo mi cara.

-Si señor, prometo volver pronto para darle lo restante.- Le digo, sintiendo como todo mi cuerpo tiembla, sin saber si es por el miedo o por el frío del lugar donde nos encontrábamos.

-Te doy un mes más para que te pongas al día - Esta vez no me grita pero si se acerca a mi, invadiendo aún más mi espacio personal para luego susurrar en mi oído: -O sino me veré obligado a darte trabajo y no creo que te agrade.

-Eso jamas sucederá, yo no soy ninguna prostituta. En un mes me pondré al día - Le digo tomando  valor y alejándome, ya que su olor me causaba asco.

-Espero que así sea, de lo contrario trabajarás para mí y me tocará evaluarte a ver si pasas el examen y créeme que no querrás saber que tan exigente soy en ello. - Me amenaza, agarrándose sus partes íntimas, para luego sacar de la pretina del pantalón una pistola y apuntarme a la cabeza.

>>Y si no vales la pena, solo es disparar a esa cabecita tan linda que tienes y así saldar la deuda que te dejo tu noviecito por salvarte - Vuelve a guardar el arma y da la orden para que me saquen de la oficina, si es que así se le puede llamar al lugar donde me encuentro.

Soy Lia Vargas, huérfana de padre y madre, nunca supe de ellos, me abandonaron.
Vivía en casas de acogidas, donde creí que mi vida era un infierno, donde las humillaciones y el acoso sexual eran el plato del día.
Un día dije no más y me escape. Ya estaba próxima a cumplir la mayoría de edad, los dieciocho años, así que no le vi el problema de ser independiente y optar por una libertad.

En la calle encontré de todo, entre eso el amor de mi vida, Samuel Alzate, un hombre al cual me entregue por completo. Siempre tuve claro quien era, un hombre de la vida negra. Trabajaba para un proxeneta y traficante de drogas, Roger Bueno, que de su apellido no tenía nada.
Con Samuel siempre viví después de mi huida, él me salvó cuando dos vagabundos intentaban abusar de mi, me defendió para luego darme acogida en su apartamento.
Con el tiempo nos hicimos amigos y la atracción sexual no faltó, me convertí en su mujer. Me daba de todo, tanto material como sentimental, me sentía protegida y ante todo amada, ese era mi paraiso.

Un día decidimos ir al médico, ¿los motivos? me daban muchos mareos acompañados de un terrible dolor de cabeza, al punto de hacerme perder la visión por minutos.
Los resultados de los exámenes no fueron nada buenos, me detectaron un tumor maligno en el cerebro, que debía ser operado lo antes posible.
La operación tenía un alto costo, con el cual no contábamos y era casi imposible de conseguir y digo casi porque del contrario no estaria contandoles mi historia.

Tenía tres días internada en la clínica, cuando el médico nos informó que el especialista, que no era de la ciudad, había llegado y que se nos había agotado el tiempo para hacer el pago de dicha cirugía. Esa fue la última vez que vi a Samuel, un día antes de la operación.

Después de despertar de un coma inducido por siete días, más quince días de rehabilitación, en los cuales nunca vi a Samuel, recibí una visita extraña y muy inesperada, Roger Bueno.

-¿Samuel donde esta?- Le cuestioné apenas lo tuve al frente, sabiendo que su respuesta no me agradaría, en ningún momento creería que quisiera hacerme una visita social. A pesar de que era el jefe de mi novio, él nunca gustó de mi ya que decia que desde que Samuel me conoció se volvio un blandeque y no se le media a todos los trabajos.

-A sí, él ya me pagó muy alto la traición - Dijo acercándose a mi cama

-¿Que hizo?- Pregunté con temor.

-¿Él?, me robó mucho dinero- Dijo haciendo pucheros falsos -¿Yo?, cobrarme la traición, porque el dinero me lo pagarás tú, pero como veo que estas un poco desvalida hablaremos otro día de ello - Anunció guiñando un ojo y sin más dio la vuelta y se marchó.

Todo mi mundo de desbordó, sentí que mi corazón dejó de latir y no me dí cuenta cuando mis lágrimas brotaban. Tuvieron que sedarme porque mis gritos se escuchaban en todo la clínica, alterando a los demás pacientes.

Ya afuera de la clínica me vi obligada a trabajar en dos empleos, en uno lavando platos y en otro de camarera en un motel por las noches.
Quedé con Roger, pagarle en cuotas mensuales.
El día que me citó, para acordar el pago, me dijo que como su apellido era "Bueno" me iba a dejar pagarlo en cuotas, pero que cuotas!! Ni con mis dos trabajos lograba juntar dicha cantidad.
Roger no desperdició la oportunidad para ofrecerme trabajo en su prostíbulo, el cual no estaba dispuesta a  aceptar.

Aquí estoy en el motel, son las diez y cuarenta de la noche y estoy molida del cansancio, pues en el restaurante fue un día ajetreado, y luego me tocó entrar aquí a las seis de la tarde.
Ya han pasado un año y dos meses después de mi operación y nada ha sido fácil, no sin Samuel que bien o mal me acostumbró a darmelo todo.
Era inevitable no pensar en él, como en estos momentos.

-Hola flaca - Me asustan por la espalda haciendome saltar en mi puesto. Es vicky, compañera de trabajo y única amiga por decirlo así, ella sabe todo lo que pasó con Samuel y lo que estaba pasando con Roger.

-¡¡Me matas!! - Le digo agarrando mi pecho del lado del corazón y pegándole en el brazo.

-Hay pero que agresiva - Responde sobandoce.

-Lo siento, pero me asustaste.

-Esta bien, igual no me pegaste duro, pero cuéntame ¿como te fue con el demonio? - Ese es el apodo que le tiene ella a Roger

-Pues... ¿que te digo? Lo mismo de siempre, me amenazó.

-Bastardo.

-No te preocupes, lo único que debo hacer es conseguir otro trabajo, donde gane más. - Digo tratando de restar importancia.

-¿Otro? ¿Y con que tiempo?, si no puedes con los que tienes.

-Lógico, debo dejar uno de los que tengo o los dos, no se.

-Osea... ¿me piensas abandonar?.

-Nunca te dejaría, eres lo único que tengo parecido a un familiar.

-Lo sé y yo también te veo como tal - Afirma dándome un fuerte abrazo - Vamos a trabajar antes que nos llamen la atención. La sigo dando gracias a Dios porque nos tocó el mismo turno.

Salgo de turno a las seis de la mañana. Me dirijo directamente a mi apartamento, me ducho y me acuesto, pero no sin antes poner el despertador, ya que entro a las diez de la mañana en el restaurante.
Tengo tres horas para dormir, así que no pierdo mi tiempo.
Se que será un largo día.

Hola!!!

Este es el primer capitulo, un poco soso, pero quería que conocieran un poco a nuestra protagonista.

Besos 💋 💋 💋

Atada en mi libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora