El novio de Andrés

Capítulo 3: Un puñal en la papa

Después de retozar esta vez consciente nos volvimos a quedar dormidos pero en esta ocasión abrazados, no se cuanto tiempo pasa pero me despierto asustado por el sonido de un portazo, veo a un hombre en el dormitorio que nos mira muy enfadado y cruzado de brazos, mi acompañante lo mira acojonado y agarrando fuertemente las sábanas se tapa más con ellas mientras exclama:

-¡Papá!-No Estoy seguro si descubrir que no es su pareja, aunque fuese mucho mayor que él pudiera ser, me hacía estar fuera de peligro por que siendo su padre pudiera ser incluso peor.

El Padre de mi acompañante coge aire y en susurro expresa furioso:

-¡¿En mi cama?!¡Tú no tienes vergüenza!-Mueve un brazo con brío mientras ordena:-¡Sal de ahí y vestiros ya!- Mientras el chico sale a recoger su ropa y me lanza la mía su padre abre un poco la puerta para asomar su cabeza y mirar a un lado del pasillo.

Me visto debajo de las sábanas nervioso, el corazón me va a salir por la boca pero el otro parecía estar peor que yo, recojo los condones y sus envoltorios envolviéndolos en un pañuelo y lo guardo en un bolsillo, en ese momento su padre deja de mirar el pasillo y vuelve a cerrar la puerta mientras dice con el mismo tono de antes señalandola cama:

-Haced la cama, vamos.-Nos pusimos a ello.- Como se entere tu madre de esto... ¿No te da vergüenza, Andrés?¡En nuestra cama!-Lo único bueno de todo eso era que ya podía asegurar su nombre pero si yo me encontraba tenso y contando los segundos para poder salir de allí,Andrés temblaba con un flan.-¿No vas a decir nada?

-Pensaba que regresabais mañana.-contesta decaído en un hilo de voz mientras acabábamos de hacer la tarea.

-Estabas mejor callado.-replica su padre con desprecio.-No solo tengo que descubrir que eres homosexual por que te encuentro con un hombre en la cama si no que encima esa cama tiene que ser la mía.-Señala la puerta y con cuidado de mantener su voz con un susurro pregunta molesto:-¿Es que no sabes que tu hermano volvía hoy de Londres? Te pedí que estuvieras en casa sobrio por eso.

-¿Hoy?¡¿Pedro está aquí?!-cuestiona alucinado.

-En la cocina con tu madre.-responde serio.-¡Si es que no vales para nada!- declara arreándole una colleja, Andrés solo cierra los ojos y se encoge al recibirla manteniendo su cabeza baja.- A la cocina y déjame hablar a mi.-Su padre me mira serio.-¡Y tú!-Su tono me ponemás tenso de lo que ya estoy pero lo cambia para preguntar:-¿Cómo te llamas?

-Ma...Marcos.-respondo nervioso.

-Marcos,no te conozco pero seguro que mereces algo mejor que este sin oficio ni beneficio.-Miro como Andrés pone gestos de disgusto y baja más aún su cabeza.-Los condones.-indica señalando a mis bolsillos provocando que me asuste.-Ahora vas a la cocina y los tiras a la basura, no lleves eso encima.-Empuja ligeramente a su hijo hacia el pasillo ordenando: -Camina,vamos, que me tienes contento.

La cocina es bastante grande; además de los fogones, fregadero de dos senos y amplia encimera hay una pequeña mesa cuadrada rodeada de cuatro sillas, al llegar a esta de inmediato el padre de Andrés mueve un pequeño cubo a mi lado para que tire el contenido de mis bolsillos mientras dice:

-María,pon un plato más a la mesa tenemos un invitado.-La madre anda entrelos fogones mientras el que suponía que es el hermano de Andrés hace de pinche pelando y cortando patatas.

-Tú como en casa ¿Te gusta la sopa de marisco? Si no de segundo tenemos filete con patatas fritas, eso gusta a todo el mundo y puedes repetir hasta hartarte.-ofrece risueña mirando los ingredientes.

-Muy amable.-Estaba más nervioso y tenso que antes, tanto que hasta siento como calor por mi rostro por lo que digo lo mejor que puedo:-Pero no me puedo quedar a comer, de hecho tengo que marchar ya.