Dos días para conocer al sr Moore.
Aquella mañana me despertó Alejo. No pensaba levantarme en todo el día, cada vez quedaban menos horas para el encuentro entre el Sr Moore y yo, y estaba que me comían los nervios. Necesitaba estar lo más descansada posible para no llevar unas ojeras de miedo, pero, aunque consiguiera dormir, siempre era bien entrada la madrugada cuando lo lograba; y entre eso y que enseguida amanecía, no conseguía dormir todo lo profundamente que me hubiera gustado. Cada día me levantaba más cansada que el anterior.
Alejo respetaba mis días de asuntos propios. Pero sin mí, su ansiedad aumentaba. No es que no fuera autosuficiente, que eso era y mucho. Pero solía delegar en mí muchas cosas, y ahora, que estaba ausente, estaba al borde del suicidio. Carlota ya lo había mandado a la mierda en varias ocasiones, así que su último recurso fue suplicarme ayuda. No tenía que ir a la editorial, simplemente acudir a una cafetería donde trabajaba una chica por la que se había interesado Alejo. Profesionalmente claro.
Él solía vagar por páginas de internet y por foros de gente anónima que escribe Fan-fincs, novelas y toda clase de historias inimaginables. Desde hacía cosa de un año seguía a una chica de mi edad que escribía historias en una página de lectura gratuita; después de estar sopesando varias de sus historias, una en concreto había llamado su atención. Iba a ser yo quien le iba a dar la gran noticia a aquella chica. –Soy el genio de la laaampara– Me encanta Aladín.
En teoría iba ser él quien acudiera a aquella cafetería donde la joven trabajaba y así explicarle cómo había ocurrido todo, ella solo había recibido un mail de un seguidor y había accedido a tomar algo con él para hablar. Ella no tenía ni idea de que se trataba de un editor de prestigio, Alejo era un encanto, y nada le gustaba más que transformar su día a día en un show de Opra. No era la primera vez que había hecho una cosa así, parte de nuestra plantilla de escritores eran diamantes descubiertos por él.
Me envió por mail los datos de la chica y dónde encontrarla, por motivos obvios no había tenido tiempo de leerme nada de aquella joven, pero él se encargó de adjuntarme sus partes preferidas de las distintas historias. Así que, mientras el taxi –puesto por la empresa– me llevaba rumbo a aquella cafetería, decidí conocer al talento que había encandilado a Alejo. Por la manera de escribir que tenía ya no me hacía falta leerme todo para saber que esa chica tenía talento.
Sonreí al ver una anotación sobre el archivo adjunto que me había enviado; «Nena, esto es solo el prólogo. ¿No es desternillante?»
«Prólogo
¿En serio podía pasarme eso a mí? ¿A qué narices me he estado dedicando en mis vidas anteriores? Tuve que haber sido algo horrible para que ahora el karma me diera tanto por el saco. ¡Mensaje a todos los hombres nada recomendables, seguramente acabe enamorándome de todos vosotros, id preparando vuestras estrategias, aún me queda algo de dignidad que pienso lanzar por la borda!
Mi hermana me llamaba exagerada, pero yo creo que no era que yo fuese exagerada, ella era una ilusa. ¿Acaso seria culpa de mis padres? Ella era estable, sensata y feliz, y yo era un auténtico desastre, por no mencionar que estaba completa e irrevocablemente tarada.
Quizá mi padre solo había usado su esperma más fructífero y sano con mi hermana, y para mí solo hubiera quedado los restos; un esperma cansado y vago que seguramente había estado dando tumbos por la trompa de Falopio de mi madre hasta que se topara por casualidad con el ovulo, ¡Vaya usted a saber! Sé que es asqueroso pensar en el esperma de mi padre, y no menos desagradable imaginar la tropa de Falopio de mi madre, pero estoy buscando culpables de mi situación y ¡Joder! Toda la culpa no puede ser mía, ¿no? tengo ganas de llorar.
ESTÁS LEYENDO
Ídem (pre-cuela de Si tan solo fuera sexo)
RomanceNadia Solaz trabaja para la editorial Millenium como editora, un trabajo que le apasiona, pero a su vez, también necesita renovar. A sus manos llegará el manuscrito del Sr Moore a través de la maravillosa escritora Jacqueline Amoros. Una obra de ar...